La Jornada 14 de julio de 1996

Declara Oñate al PRI listo para las elecciones capitalinas del 97

Alberto Nájar y José Ureña En su primera gira por la capital y que constituyó el inicio de la campaña por la gubernatura del Distrito Federal, el presidente del PRI, Santiago Oñate Laborde, declaró listo y organizado al partido para ganar la contienda electoral de 1997.

Durante su visita, que incluyó un recorrido por la zona de cañadas de Alvaro Obregón y una concentración al viejo estilo en Iztapalapa, el líder del tricolor dijo que la lucha del PRI en la ciudad de México es política y social, porque además de buscar el voto mayoritario de los ciudadanos ``confrontamos día a día nuestro proyecto con el de otras fuerzas que también actúan en la ciudad''.

De todo hubo en el primer recorrido de Oñate por la capital, desde empujones que le propinaron los acarreados y que causaron su enojo, hasta la detección de un hombre armado por parte del coordinador regional Silvestre Fernández Barajas. Trabajadores del partido aprovecharon la visita a Alvaro Obregón para afiliar a los vecinos de las colonias La Araña y Punta de Zehuayo, a quienes prometieron otorgar despensas a cambio obtener la credencial del PRI; incluso el diputado Roberto Campa Cifrián, líder del partido en la capital, anunció que en corto plazo gestionarán descuentos en la compra de artículos de primera necesidad o paquetes turísticos, exclusivos para afiliados al tricolor.

A lo largo de su recorrido, el líder priísta insistió en que el escenario político al que se enfrentará el partido el próximo año en la capital es distinto, ``con nuevos tiempos de competencia política'', en los que a pesar de las distintas opciones que se ofrecerán a los ciudadanos ``sólo el PRI constituye una opción real de cambio''.

Según Oñate, su partido aspira al poder no sólo para ocupar los cargos, sino ``para transformar la sociedad, las condiciones de exigencia''. Por eso a las elecciones de 1997 ``llegamos con la seguridad de sabernos la fuerza mejor organizada, con un trabajo permanente y un liderazgo real'' que se basa no sólo ``en la descalificación de personas''.

Una y otra vez, tanto en las cañadas de Alvaro Obregón como en Iztapalapa o en el California Dancing Club, el presidente del PRI insistió que ganarán las elecciones del próximo año y su principal garantía es, dijo, la unidad de todos los sectores que integran al tricolor. El partido, dijo, tiene presencia en cada una de las colonias y es ``garantía de progreso y triunfo electoral'', a pesar de que ``sabemos que nos falta mucho por lograr''.

Este ambiente de optimismo se repitió durante las tres horas que duró el primer recorrido de Oñate por el DF, y no se empañó ni siquiera cuando al intentar pasar por el puente que cruza el arroyo de aguas negras de la colonia La Araña, el coordinador regional Silvestre Fernández Barajas se encontró de pronto, a sus pies, a un individuo que, al tropezar se le cayó su pistola.

Fue un momento difícil. La geografía del lugar recordó a los reporteros las características que tenía Lomas Taurinas el 23 de marzo de 1994: es una zona marginada, con alto índice de delincuencia, terreno accidentado, una sola vía de acceso y un precario puente que necesariamente había que cruzar para llegar al lugar donde se suponía que el líder priísta debía ofrecer su mensaje.

Precisamente en este sitio fue donde ocurrió el incidente. Santiago Oñate, rodeado por decenas de acarreados y ya para ese instante completamente molesto por el acoso, empezó a caminar sobre el puente, cuando de pronto la comitiva se detuvo. Metros más adelante a un individuo no identificado se le había caído la pistola después que tropezó, y fue rápidamente sometido por Fernández Barajas e integrantes del cuerpo de seguridad del ex secretario del Trabajo. Después de dos minutos de forcejeo todo volvió a la normalidad.

No fue el único incidente, porque la presencia de cientos de acarreados provenientes de las colonias Piru, La Cebada, Ampliación La Cebada, San Angel, Santa Fe y de los mercados sobre ruedas, rebasó por momentos el dispositivo de seguridad. Oñate lucía visiblemente molesto por el acoso de los vecinos que querían tocarlo, entregarle cartas con peticiones y quejas, besarlo, abrazarlo o nada más gritarle porras... Pero al oído.

La visita del líder priísta a las cañadas de Alvaro Obregón representó por lo menos mil nuevos afiliados al PRI. Son habitantes de las colonias La Araña y Punta Zehuayo, a quienes trabajadores del partido entregaron las fichas de afiliación con la promesa de que, una vez obtenidas las credenciales, tendrían derecho a obtener mensualmente despensas y servicios médicos en la delegación.

Al menos esto fue lo que prometieron a Juana Ramírez, José Hidalgo, Luis Fernández, Elena Esparza, Esperanza Ruiz, Graciela Villaseñor, José Luis Iñigo y Esteban Sandoval, habitantes de las colonias antes mencionadas. Ellos tuvieron suerte, pues a los agremiados a la Unión de Comerciantes de Alvaro Obregón los amenazaron con retirarles los permisos si no acudían al mitin, según testimonio de Bertha Chávez, Ignacio Benítez y Elizabeth Fernández