La Jornada 15 de julio de 1996

TRIUNFO Y TRAGEDIA EN TORONTO

Agencias, Toronto, 14 de julio Luego de 48 carreras desde que llegó a la Indy Car en 1993, el mexicano Adrián Fernández consiguió la victoria en el Gran Premio de Toronto, un triunfo ganado a pulso, pero manchado por el mortal accidente del estadunidense Jeff Krosnoff, en el que también perdió la vida un comisario de la justa.

Al intentar un rebase, Krosnoff colisionó con el auto del sueco Stefan Johannson, antes de estrellarse contra el muro de protección, desde donde el auto prácticamente se desintegró; salieron volando pedazos de carrocería hacia toda la pista, y la cápsula donde viajaba el piloto se proyectó hacia el enrejado. Ahí fue donde se cobró la segunda víctima, el canadiense Gary Arbin, quien colaboraba como banderero.

La asistencia tardó en sacar a Krosnoff de lo que quedó del monoplaza, y el responsable del circuito médico del circuito, Hugh Scully, precisó que Krosnoff murió en el acto, y Arbin poco después del accidente.

Fernández, de 31 años de edad, arrancó a bordo de su Lola-Honda desde la tercera posición, y fue en la vuelta 66 --de 98 al circuito callejero de 2 mil 870 metros-- cuando se apoderó del liderato, aunque poco después entró a pits a cargar combustible y cambiar neumáticos, en tanto el italiano Alex Zanardi recuperaba la punta que desde la primera vuelta le había arrebatado al brasileño Andre Ribeiro, coequipero del mexicano.

Ribeiro estuvo a punto de ocasionar el fracaso de Fernández en los primeros giros, cuando circulaban en segundo y tercer puestos, respectivamente. El brasileño no midió que Adrián había conseguido mayor ritmo y potencia, y no permitió el rebase, pero el mexicano pudo frenar a tiempo.

Clave para el triunfo de Fernández fue precisamente la rápida y precisa atención que su equipo, Tasman Motorsports Group, le proporcionó en las dos entradas que hizo a pits. En la segunda parada, los miembros de la escuadra tardaron sólo 9 segundos en la maniobra, mientras que Zanardi y el estadunidense Bobby Rahal, quienes se encontraban delante, se retrasaron.

Al volver a la pista, Fernández logró colocarse en la segunda posición, detrás del canadiense Greg Moore, pero con la diferencia de que Moore aún no hacía su segunda salida a pits. Fue en la vuelta 75 cuando Adrián retomó la vanguardia y la defendió con entrega, agresividad e inteligencia, primero frente a Rahal y después ante Zanardi, quienes lo presionaron en todo momento, aunque después lo felicitaron.

Entonces, por el retrovisor de Adrián apareció el auto del estadunidense Michael Andretti, quien se enfilaba hacia su primer triunfo de la temporada, de no haber sido por el despiste que sufrió en el giro 87, motivo de una bandera amarilla, y de que Zanardi volviera a acortar distancia hacia el mexicano.

Después de tres giros de control, todos en fila sin rebasar, apareció la bandera verde de rearrancada en el 9, y para cerrar el 92, fue cuando se produjo el accidente de Krosnoff. De inmediato, los comisarios de pista detuvieron la carrera con banderas rojas, lo que significó la victoria del mexicano, a seis giros de un final que habría resultado espectacular.

"Fue una competencia muy difícil, y el ritmo fue brutal, pero gracias a Dios, logré recorrer la pista más rápido que mis rivales'', dijo, y sostuvo que a siete vueltas del final fue cuando sintió realmente que podía ganar, pese a la presión que le imponían Zanardi y Rahal, quienes le siguieron en el podium.

Sin enterarse aún de la desgracia de Krosnoff, el campeón dijo estar triste y conmovido por la forma en que concluyó la carrera. "Mis rezos inmediatamente fueron para él''.

El piloto, que con el resultado ascendió del décimo cuarto al décimo lugar general, dedicó la victoria "a todo el pueblo de México, y a todas las personas que han creído en mí''.