La Jornada 15 de julio de 1996

Samper: funesto precedente, usar visas con fines intervencionistas

Dpa, Ansa, Afp, Efe, Ap y Reuter, Santafé de Bogotá, 14 de julio El presidente de Colombia, Ernesto Samper, descartó nuevamente la posibilidad de renunciar, como lo sugirió la víspera el periódico El Tiempo, ante la crisis política que vive el país y el creciente deterioro de las relaciones con Estados Unidos.

Samper aseguró que continuará en el poder para mantener la vigencia del estado de derecho y la preservación de la condición de nación soberana e independiente. "Un desarrollo político distinto confirmaría la existencia de un propósito intervencionista para desestabilizar la democracia colombiana", aseveró el mandatario en una carta de respuesta al director del diario, Hernando Santos.

Declaró que Estados Unidos ha lanzado una ``guerra de visas'' contra Colombia, que calificó de "camino arbitrario que conducirá a enemistar a los dos pueblos amigos``, y añadió que es un "funesto'' precedente que las visas se puedan utilizar como instrumentos de presión para intervenir en asuntos internos de un Estado o modificar de alguna forma su derecho autónomo para conducir sus relaciones internacionales.

El mandatario dijo en su carta, publicada hoy, que los motivos expuestos por Estados Unidos para cancelarle la visa son inaceptables "en cuanto pretenden separar la condición personal de un presidente de su carácter de jefe de Estado, elegido democráticamente". El Departamento de Estado explicó que se trata de una sanción contra Samper, no contra Colombia, por haber sido elegido con ayuda de dinero del narcotráfico y por considerar que ello podría "influenciar sus actos como presidente".

Samper indicó que dichos argumentos implican un "desconocimiento de nuestro estado de derecho", por cuanto la Cámara de Representantes investigó estas denuncias, exonerándolo de toda responsabilidad el pasado 12 de junio. Sobre la extradición de los capos del narcotrafico, expuso que fue rechazada porque está prohibida en la Constitución, pero reiteró que Colombia desea mantener relaciones amistosas con Estados Unidos, y que la nueva canciller María Emma Mejía, quien asumirá sus funciones esta semana, se concentrará en la búsqueda de una redefinición de las relaciones bilaterales.

El ministro saliente de Relaciones Exteriores, Rodrigo Pardo, criticó por igual la política intervencionista de Washington mientras, aseveró, se escuchan algunas respuestas ``narconacionalistas''. En declaraciones a El Tiempo, dijo que se está viviendo un locura colectiva cuya principal fuente es la política ``injusta y equivocada'' de Estados Unidos que lleva a Colombia a un desprestigio internacional que, afirmó, no le corresponde.

La respuesta de Santafé de Bogotá a esa política, agregó, es ``incorrecta y errónea". ''Se requiere de una actitud seria entre las partes: el intervencionismo y el narconacionalismo son igualmente peligrosos", advirtió.

Aclaró que si Estados Unidos mantiene su política actual, pueden presentarse dos efectos: la quiebra de la democracia colombiana o la pérdida del consenso para la lucha contra la droga, y en cualquiera de los dos casos, dijo, "habrá más droga en las calles estadunidenses".

Sobre su país, Prado criticó la ceguera de quienes no aceptan la debilidad de Colombia en la confrontación con Estados Unidos, debilidad dada no sólo por las diferencias entre una potencia y un país en desarrollo, sino por la infiltración de dinero del narcotráfico en la campaña electoral de Samper, en 1994.

En tanto, el presidente del Congreso colombiano, José Guerra Tulena, demandó el retiro del embajador de Estados Unidos en Colombia, Myles de Frechette, y sugirió mantener acéfala la embajada de Santafé de Bogotá en Washington.

Tulena consideró que pueden existir problemas para que se dé el visto bueno a un nuevo embajador en ese país, de donde regresó hace pocas semanas el dimitente Carlos Lleras de la Fuente.

El congresista dijo que Frechette debería ser retirado de Santafé de Bogotá dado que el mandatario ``supuestamente'' ha dicho que no volverá a recibirlo. Frechette recomendó al gobierno de Washington el retiro de la visa a Samper horas antes de que la Cámara de Representantes de Colombia lo exonerara de cargos por corrupción, lo que fue revelado hace unos días por The Washington Post.

El Tiempo también informó que Frechette planteó el martes anterior a los ministros de Defensa, Juan Carlos Esguerra, de Justicia, Carlos Medellín, y de Relaciones Exteriores, una serie de exigencias de su país para volver a certificar a Colombia en la lucha contra las drogas.

Estas condiciones se refieren, indicó El Tiempo, al ataque a la corrupción, la extradición de los narcotraficantes, aumento de penas de prisión, persecución y eliminación de las empresas fachada de los cárteles, fortalecer las leyes contra el lavado de dinero, suscripción de un acuerdo marítimo bilateral, desmantelamiento de los grupos criminales y eliminación de cultivos para la producción de drogas.

Mientras, el ex tesorero de la campaña de Samper, Santiago Medina, condenado el jueves a una pena de 64 meses de prisión y una multa de tres millones de dólares por su actuación durante la campaña de Samper, dijo que el mandatario terminaría suicidándose antes que dimitir o renunciar a su posición de que nunca supo que el cártel de Cali financió su campaña, de acuerdo con el contenido de una carta que Samper le envió al arzobispo de Santafé de Bogotá, Pedro Rubiano, y que Medina tomó como referencia.

En opinión del ex tesorero, el presidente está en una encrucijada, y tiene que escoger entre Estados Unidos o los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, capos del cártel de Cali. "Está a la mitad; por cualquier lado que se vaya, revienta. Si escoge a los Rodríguez, Estados Unidos lo tumba, si escoge a los gringos, los Rodríguez lo tumban", expresó.

Añadió que los Rodríguez Orejuela no hablarán sobre la entrega de dinero del cártel a la campaña, "porque no acaban de decir una palabra cuando ya están montados en un avión para afuera. Ese es lo primero que debe haberles dicho Samper, mientras estén callados, están acá, y si no, se mueren", explicó Medina en declaraciones a la prensa local.