La Jornada 16 de julio de 1996

Mutuas reservas al iniciar nueva reunión previa en Larráinzar

José Gil Olmos, enviado, y Elio Enríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 15 de julio El gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) iniciarán mañana una reunión de dos días en San Andrés Larráinzar para identificar los consensos y divergencias sobre el tema de Democracia y Justicia, cuya mesa plenaria iniciará el 6 de agosto próximo.

Al respecto, Marco Antonio Bernal, jefe de la delegación gubernamental, manifestó que su principal preocupación y tarea es cómo lograr el equilibrio entre las demandas de los partidos políticos que han acreditado su capacidad y peso político mediante el voto, y las del EZLN en la negociación de San Andrés.


Revisión minuciosa con aparatos detectores de explosivos,
en el lugar donde se realizarán las negociaciones de paz.
Foto: Duilio Rodríguez

Por ejemplo, abundó en rueda de prensa, ``si me piden que esté de acuerdo en una nueva Constitución, pues no voy a estar de acuerdo'' porque en el país ``no existe el consenso para ello, y no quiero hacer sobre esto una polémica, pero creo que los partidos se han pronunciado por una reforma política en la cual el tema está ausente''.

Mientras, a su llegada a San Andrés Larrainzar, el comandante David, al frente de la delegación zapatista compuesta en esta ocasión por sólo cinco miembros, dijo que esperaban del gobierno ``hechos concretos'' y que se cumplan los acuerdos firmados por ambas partes para avanzar en el diálogo.

En breves declaraciones, advirtió que se mantiene la desconfianza en el gobierno, no por pesimismo sino por la experiencia de ``racismo y marginación'' con las que han tratado a las comunidades indígenas del país.

Por su parte, Bernal dijo que las declaraciones del EZLN en torno a que las armas no son el camino, se deben reflejar en la mesa de negociación, pues el gobierno ha acreditado su voluntad de diálogo y ha hecho todo el esfuerzo para que realice todas las actividades políticas en el estado, como el Foro Especial para la Reforma del Estado.

Sostuvo que de parte del gobierno ``no hay ningún afán persecutorio'' en contra del subcomandante Marcos, y así se constató con su estancia en San Cristóbal de las Casas, y ha dado suficientes muestras de que quiere la paz por la vía política.

Sobre las nuevas reglas y formato del diálogo, expresó que su naturaleza no está en la dinámica de la negociación, sino en darle las garantías al EZLN por parte del gobierno federal de que no van a existir más circunstancias externas que puedan afectar el proceso, aunque eso no quiere decir que no se vayan a presentar, sino que ya se tienen los mecanismos para resolverlos sin que afecten.

La reunión iniciará a las 10 horas, confirmó el representante gubernamental, y servirá para indentificar cuáles son los puntos posibles de avanzar en acuerdos, en cuáles existen diferencias sustantivas y cómo salvarlos, así como identificar aquellos donde por la naturaleza de las posiciones no se puede avanzar.

A esta estapa se le ha llamado ``fase de identificación de las bases de acuerdos'' y por la naturaleza del tema democracia y justicia ``se requiere que tengamos claro cuál es la posición de las partes. Se trata de fijar posiciones y saber qué es posible acordar y qué no''.

Sobre la postura oficial, Bernal insistió en que ``no podemos transitar más allá de lo que los partidos políticos han consensado y ha sido su acuerdo básico, y tenemos que compasar, porque esa es nuestra obligación, el sentir de otras fuerzas políticas nacionales con el sentir de lo que aquí se está dando''.

Sin embargo, dijo que hay muchos temas sobre los cuales se puede avanzar, por ejemplo, en la cuestión electoral no hay gran distancia entre lo planteado por los partidos y el EZLN y por lo tanto no tiene porqué ser un tema que los divida ``a no ser que el EZLN quiera mantener el tema como tema de lucha''.

En declaraciones por separado, el diputado perredista César Chávez, presidente en turno de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), manifestó que la reunión servirá al gobierno federal y al EZLN para hacer ``una especie de inventario o catálogo de cuáles son las coincidencias y cuáles las diferencias''. Comentó que si las partes no muestran voluntad de diálogo las nuevas reglas ``serían letra muerta''.