Contradicciones en el gobierno de Aznar ante ETA: Pérez Esquivel
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 15 de julio Desde que se conoció su tarea como mediador entre el anterior gobierno español de Felipe González y la organización separatista vasca ETA, Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980, tiene pocos momentos de descanso. ``Decidí asumir todas las dificultades y también dudas que esta mediación significaba, pero estoy trabajando en forma constante por la paz y esa es nuestra tarea. Siempre trabajar por la paz supone riesgos o incomprensiones, pero luego los logros --si los hay-- justifican el esfuerzo'', dice en entrevista con La Jornada.
No es la única tarea en sus manos. ``Hay demasiados reclamos en el mundo en estos tiempos tan especiales y oscuros para la justicia'', recuerda mientras su teléfono no deja de sonar. Desde cualquier lugar del mundo se le pide ayuda, apoyo, solidaridad y las causas son muy variadas.
En estos momentos trabaja además en el rescate de niños de la calle. Logró formar un hogar con mucho esfuerzo, donde ya hay 60 pequeños que estudian y trabajan en una zona semirural, muy cercana a esta capital. Allí pasa muchas horas, mientras los niños y adolescentes se preparan en un ambiente acogedor, donde ``todo es amor para una nueva vida''.
``Aún no puedo decir todo lo que fue sucediendo en esta mediación. Me vinieron a buscar a través de un intermediario y yo actué con todo cuidado. Era un tema muy delicado. Asumí que si los palestinos habían negociado con Israel, o el ERI con Gran Bretaña, el caso sudafricano, Centroamérica y otros asuntos, me dije que hay que hacer todo lo necesario para encontrar un hilo de comunicación. No se puede pensar que la violencia desaparece con más violencia. Cuando se asume una mediación se está pensando siempre en las vidas que se pueden salvar'', razona.
Desde hace casi un año ``recogió el guante'', como el mismo lo dice, y se abocó a trabajar cuidadosamente un hilo de comunicación entre ETA y el gobierno. ``No supe lo que estaba escrito en la carta que me entregaron para que González pudiera enterarse de la propuesta.
''Yo pensaba entonces que si la ETA vino a buscarme es porque tenía voluntad política de avanzar hacia negociaciones de paz, pero puse determinada condiciones, entre ellas que si ambas partes estaban de acuerdo intentaríamos un acercamiento. Además ya lo he dicho que se habló de gestos de voluntad por ambas partes, como la ya lograda liberación del empresario José María Aldaya, y del funcionario penitenciario José Antonio Ortega, aún en manos de la ETA. Por cuestiones humanitarias se habló del traslado de los presos de la ETA a lugares más cercanos a sus familias. Creo que los pasos que se den en este caso son todos buenos, aunque es muy difícil una negociación de este tipo, donde hay tanta historia y tragedia detrás``.
Para Adolfo Pérez Esquivel lo más importante en una negociación es ''utilizar el sentido común, el menos común de los sentidos, porque se está ante hechos de sangre y se han heredado demasiadas cicatrices. ¿Qué puede pasar ahora? Hay algunas contradicciones entre lo que dice y hace José María Aznar y el Ministerio del Interior. Creo que no hay una posición uniforme frente a esta situación, pero mi esperanza es que haya en las partes esa voluntad necesaria, porque mi mediación sólo tenía como objetivo ayudar a la paz, salvar vidas. Hemos aprendido, a través de muchas historias de sufrimiento, que los grandes conflictos cierran mejor con la participación de toda la sociedad, porque vuelvo a decir que el futuro se construye con el coraje de lo que vivamos y hagamos en el presente''.
Alimentos, armas de chantaje
Pérez Esquivel está muy preocupado por la situación social en el país, y a nivel mundial especialmente en los países pobres. ``Un trabajo realizado en Namibia y Sudáfrica nos permitió ver el verdadero papel que cumplen empresas transnacionales actuando por sobre los Estados, imponiendo sus códigos y conductas, determinando los gobiernos que les son dependientes o afines. Lamentablemente vimos, y esto se reproduce, que las decisiones están cada vez más lejos de los gobiernos. Se utilizan los alimentos como armas de chantaje. Vimos como, en un modelo límite que se reproduce a nivel mundial, las transnacionales no sólo manejan nuestros recursos, sino los medios de comunicación. Aunque nadie quiera recordar, lo que se hizo con la guerra del Golfo fue perverso. Nadie veía en el mundo, no sentía las más de 175 mil víctimas''.
Recuerda la situación en Namibia, donde se llevaron todos los recursos en oro a Suiza y Londres y se cotizaba durante las 24 horas del día. Los diamantes de Namibia pasaban por talleres en Israel, donde están los mejores talladores de diamantes. Salían luego al mercado. ¿Que queda de Namibia? No puede olvidarse esto, porque si las transnacionales continúan avanzando sin piedad ese es nuestro futuro``.
Entre los temas en los que este hombre sencillo, que viste con humildad, se ocupa a diario, está el de la globalización. Esto por lo que ha significado para los derechos humanos, las pérdidas, la extensión de la pobreza y la marginalidad.
``Como lo ha dicho el estadunidense Noam Chomsky, se trata de una dictadura global. Las guerras son por mercados no por territorios. Ya no existen muchas fronteras, sólo el mercado por sobre el hombre, por sobre la humanidad. Estamos avanzando cada día hacia una temible dictadura global. Los derechos de autodeterminación de los pueblos están en las penumbras. Los intereses económicos por sobre el futuro del mundo. ¿Qué hacen frente a estos los mal llamados países del Tercer Mundo? La desunión es su debilidad. La corrupción con que se compra todo. Se compran hasta países enteros; es otra perversión que imposibilita la democracia''.
En otra parte de su análisis señala con un dejo de orgullo: ``No somos países pobres, porque somos muy ricos en recursos. Somos, eso sí, la reserva de rapiña de los grandes intereses internacionales. Este sistema es excluyente en su totalidad. Y es necesario pensar en una sociedad solidaria. Vemos el caso de Argentina, un país desintegrado, cada vez con más pobreza, con una gran potencialidad, país rico, donde ahora proliferan mendigos y se ha producido un retroceso sin igual. Estamos a punto del que el país se deshaga. Hay mucho que hablar de todo esto. Pero es un mundo injusto, cruel y con síntomas de perversión en todos los niveles. Hay peligros de que la mentalidad fundamentalista de algunos capitales termine creando un mundo impredecible e invivible''.
Pero Pérez Esquivel no pierde la confianza en la ``recuperación del hombre'', como ha sucedido en todos los periodos ``más oscuros de la historia''. Ve avanzar canales de intermediación antes inexistentes, redes de apoyo, solidaridad. Pero también cree que debe haber un diálogo más profundo Sur-Sur, que como nunca hay que mirar hacia el otro, ``hay que mirar a Africa, por ejemplo, los semejantes, nuestro espejo y nuestro deber de conciencia''.