La Jornada 17 de julio de 1996

Dinero y poder en exceso son una droga, dice el obispo Lona

José Antonio Román ``Yo no sé de dónde han sacado que hay un primero, un segundo y un tercer mundo, México está en el sótano del cuarto'', dijo el obispo de la diócesis de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes.

En su homilía por la peregrinación anual de su diócesis a la Basílica de Guadalupe, el prelado dijo que el dinero y el poder en exceso se convierte en una droga. Y luego se preguntó: ''Qué hará con tanto dinero esa gente que está robando a la patria?''.


Arturo Lona Reyes, obispo de Tehuantepec, en la Basílica
de Guadalupe.
Foto: José Antonio López

Acompañado de varios sacerdotes de su presbiterio y un grupo de mujeres y niñas tehuanas, el obispo, identificado con posiciones más progresistas dentro de la Iglesia católica en el país y con la teología de la liberación, destacó la pobreza y la marginación extrema en la que vive la población en el istmo de Tehuantepec. En realidad, dijo, sólo hay un mundo, que el hombre se ha empeñado en dividir.

``Hay obreros y campesinos sin trabajo, hay un sistema cruel e inhumano, y así es difícil la fe en estos hombres. Cómo voy a predicarles a esa gente hambrienta y humillada, o a esa mujer que va a dar a luz un hijo y que al nacer muere (ella), y por eso hay tantos huérfanos en Tehuantepec'', dijo el prelado, dirigiéndose a la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Señaló que bajo estas circunstancias se hace todavía más difícil la fe de los católicos en un Dios de vida, de esperanza y de amor, aunque dijo nada es imposible para el Señor, y mientras el pueblo siga cantando tendrá esa fe que aún lo mantiene vivo y con esperanza de que algún día cambie su difícil situación.

Pese a este panorama, Lona Reyes, quien ha sufrido varios atentados contra su vida por defender los derechos de los sectores más pobres de su diócesis, agregó: ''Cuántos hermanos míos obispos se quejan de que no tienen vocaciones; hoy quiero decirles a esos obispos que vayan a mi diócesis a pedir vocaciones para el sacerdocio. Hay por una sencilla razón: es una diócesis de esperanza y de encuentro''.

Luego, como si se refiriera a la reciente polémica que se generó en torno a las declaraciones del abad de la Basílica, Guillermo Schulenburg, al no creer en el ``milagro guadalupano'', el obispo de Tehuantepec dijo que él sí cree que un 9 de diciembre de 1531 se inició un diálogo que todavía no termina y que sí existió un indígena llamado Juan Diego.

Ese indígena, agregó, lo veo en todos los indígenas de México y vive en todos nosotros. ``A Juan Diego lo veo en los niños anémicos que se nos mueren con frecuencia porque se nos ha olvidado que todos somos hermanos y por eso somos tan crueles, pero no entiendo''.

Desde el altar de la Basílica, en su mensaje ante cientos de feligreses, el obispo Lona Reyes recordó la plática que tuvo con un taxista un día antes en la ciudad de Toluca, donde asistió a la toma de posesión del nuevo obispo de esa diócesis. ``El me decía recordó una frase que jamás había oído: Yo creo que el dinero es droga, droga del tener y del poder y que aniquila a los más pobres''.