La reforma política va, señalan partidos y Gobernación
El secretario de Gobernación y los líderes nacionales del PRI, PAN, PRD y PT se comprometieron a que las negociaciones de la reforma política estarán concluidas en los ``próximas días'', a fin de que los cambios constitucionales sean aprobados antes del primero de noviembre, fecha en que se inicia formalmente el proceso electoral de 1997.
``La reforma en la que estamos empeñados entrará a tiempo, pero no escatimaremos ningún esfuerzo para que ésta se sustente en el más alto grado de acuerdo posible'', dice un comunicado de Gobernación, firmado por su titular Emilio Chuayffet y los líderes del PRI, Santiago Oñate; del PAN, Felipe Calderón; del PRD, Porfirio Muñoz Ledo, y del PT, Alberto Anaya.
Porfirio Muñoz Ledo, Santiago Oñate y
Felipe Calderón,
al llegar a la sede de las negociaciones sobre la
reforma
electoral. Foto: Frida Hartz
El texto, dado a conocer anoche, señala que tras varios meses de trabajo hay numerosos acuerdos entre los partidos y el gobierno, y algunas diferencias que aún se están discutiendo, para generar nuevas reglas que garanticen a los mexicanos desterrar definitivamente sospechas y conflictos en los procesos electorales.
En la Cámara de Diputados, legisladores del PRD y PT que participan en las negociaciones con Gobernación explicaron que hasta el martes pasado se tenía previsto concluir las pláticas, y solicitar a la Permanente que convocara a periodo extraordinario el miércoles, con el fin de iniciar sesiones camarales el lunes próximo, pues se tiene listo el 95 por ciento de acuerdo para la reforma.
Sin embargo, indicaron que en el último momento el PAN dio un ``apretón de tuercas'', al advertir que si no se aceptaban sus propuestas, no suscribiría la iniciativa que se enviará a la Cámara de Diputados.
Ello originó, dijeron, que Gobernación propusiera al PRD y PT un plazo de dos días más para continuar las negociaciones con el PAN, y en los puntos donde aún hay divergencias con PRD y PT.
Según los legisladores consultados, perredistas y petistas aceptarían que la iniciativa se elaborara con base en el espíritu de los Acuerdos de Bucareli, aunque señalaron que aún existen discrepancias con el PRI y con Gobernación en temas como organismos electorales, financiamiento y elección de magistrados electorales.
A pesar de estas discrepancias, perredistas y petistas aceptarían suscribir la iniciativa de reformas y reservarse el derecho de votar en contra de los aspectos en que no se alcance acuerdo. El PAN, en cambio indicaron, sujeta la suscripción de la iniciativa a la aceptación de sus propuestas en temas como organismos electorales, conformación de cámaras y financiamiento.
En el transcurso del día antes de darse a conocer el comunicado de Gobernación el coordinador de la diputación del PAN, Ricardo García Cervantes, afirmó que en la etapa final de la negociación de la reforma, los acuerdos los están construyendo el PRI y el PRD. ``Qué bueno que se pongan de acuerdo'', dijo, pero agregó que los puntos a los que lleguen necesariamente tendrán que conciliarlos con el PAN.
En este sentido, el diputado perredista Juan Guerra confirmó que esa negociación sí se está dando, y que incluso se pensó que el día de ayer, en el transcurso de la mañana, se iban a presentar las iniciativas ya redactadas, en la Permanente, para convocar al periodo extraordinario.
Incluso, dijo que se habían dado instrucciones al líder del Senado y presidente de la Permanente, Fernando Ortiz Arana, para que estuviera pendiente de la llegada de las iniciativas. Sin embargo, a última hora hubo cambio de planes. El PRI y el PRD habían llegado a acuerdos durante la noche del martes y la madrugada del miércoles. Pero el deseo de consensar con el PAN detuvo la redacción de las iniciativas.
El PRD manifestó su inconformidad y advirtió que si una nueva negociación con Acción Nacional implica modificar los acuerdos con el PRD, las negociaciones se pondrán en un ``punto de quiebra''.
García Cervantes declaró a periodistas que su partido no se ha retirado de las negociaciones, como se publicó en algunos medios este miércoles, pero sí destacó el hecho de que el PRI y el PRD estén negociando bilateralmente. ``El PAN está siendo víctima de la confusión que se ha generado a partir de la falta de información''.
El panista censuró, por otro lado, la actitud de Porfirio Muñoz Ledo, quien ha sido el promotor de los giros que ha dado la negociación de la reforma, en esta recta final.
``Se debe de tener cuidado de no ceder ante los protagonismos invernales de Muñoz Ledo'', dijo. García Cervantes consideró que el perredista merece un reconocimiento por la tarea desarrollada en la construcción de la reforma, pero manifestó que no por eso, ahora que está por dejar la dirigencia del PRD, se tiene que sujetar la negociación y los intereses de la nación a su ``finiquito político'' (Salvador Guerrero, Oscar Camacho, Ismael Romero y Ricardo Alemán).
Salvador Guerrero Chiprés Por primera vez,
públicamente, juntos para discutir sobre la reforma electoral, los
dirigentes nacionales de los cuatro partidos con representación en el
Congreso reivindicaron ``el interés superior de la nación y de la
democracia'', detallaron sus diferencias sobre los temas en que no
logran acuerdo y ofrecieron su disposición a buscar nuevos
acercamientos para que sea convocado un periodo extraordinario de
sesiones.
Durante un debate en la sede del IFE convocado por el Centro de Estudios para la Reforma del Estado, el PAN y el PRD aludieron en seis ocasiones a la ``desproporción ilegítima'' de gastos de campaña en Tabasco e ilustraron con ese hecho lo que podría ser una dificultad a enfrentar por la transición democrática en marcha, si no se controla el gasto gubernamental y no se transparenta el respaldo público y privado a los partidos en campañas electorales.
Felipe Calderón, dirigente de Acción Nacional, evidenció la postura de ese partido en lo que respecta a la integración del Senado, uno de los temas torales. La fuerza política que él representa, señaló, estima que podría ``suprimirse'' la existencia de un cuarto senador por entidad.
El PRI, el PRD y el PT, según la expresión de sus dirigentes, están todos de acuerdo en incorporar a un cuarto senador por estado, bajo el principio de proporcionalidad y a partir de ``listas nacionales'' de cada partido.
Porfirio Muñoz Ledo afirmó que, pese a la insistencia del partido que preside, tiende a ser una posibilidad el aplazamiento de la discusión sobre el voto de los mexicanos que viven en el extranjero, el plebiscito, la iniciativa popular y el referéndum.
El perredista reivindicó que la permisión del voto en el exterior es un derecho humano, como debe serlo la prerrogativa del habitante de la capital del país a elegir sus gobernantes y el hecho de termine la afiliación colectiva a partidos políticos.
Santiago Oñate Laborde, dirigente nacional del PRI, fue requerido por Calderón para que, ``de buena fe'' y en un acto de honestidad pública, aclarara su posición frente a los gastos de campaña en que incurrió Roberto Madrazo en Tabasco. ``Estamos igualmente en contra de toda aquella desviación de recursos públicos para fines distintos a los establecidos en el presupuesto''., dijo, y eludió hacer referencia al caso que el PAN y el PRD mencionaron como ejemplo de lo que debería terminarse en el tránsito a la ``equidad democrática''.
Alberto Anaya respaldó la postura de que las campañas no pueden ser ``insultantes'' ni ``suntuosas'', y sugirió una doble auditoría de los gastos de los partidos en las campañas, en cuanto aprocedencia y uso de los mismos, y advirtió contra el riesgo de que la competencia electoral sea espacio para el predominio de intereses privados.
Muñoz Ledo recordó a Oñate que fue el propio Presidente de la República, Ernesto Zedillo, quien reconoció en Europa que la campaña electoral que lo llevó a la primera magistratura no fue equitativa, y que ``un periodista europeo le dijo que, para ellos, si no era equitativa, no era legítima''. En ningún país democrático moderno, aseguró, ``el candidato de un aprtido gasta más del doble que cualquiera de sus contrincantes''.
Felipe Calderón se dijo opuesto a la tendencia que podría convertir, a partir de experiencias como la de Madrazo Pintado, a las elecciones ``no en una competencia para ganar las elecciones sino para comprarlas''.
Muñoz Ledo reiteró su idea de que el IFE, con su ``desmedurada burocracia'' ha pasado de ser la Ifelandia con que se presumía de la transpárencia electoral después de 1988 a la ``Conasupo electoral'', en que un porcentaje importante del presupuesto no va a los partidos.
Oñate Laborde expresó que existe la propuesta priísta de que en la nueva estructura haya nueve o diez consejeros electorales. Calderón Hinojosa se pronunció por reconocer experiencias y aportaciones de los que están actualmente, hasta el grado de plantear su permanencia, y criticó el ``desnucamiento'' del IFE, por el cual, dijo, pueden ser tomadas muchas decisiones discrecionales.Con una mesa de discusión conducida por la periodista Tere Vale y el politólogo Alonso Lujambio, el debate se extendió durante dos horas y media y permitió variar los turnos de las intervenciones, y la introducción y conclusiones de cuatro minutos para cada dirigente.
Oñate Laborde se dijo a favor de estructurar nuevas condiciones para ``la construcción de un horizonte de normalidad democrática''. Muñoz Ledo señaló que debe recogerse la preocupación por la ``credibilidad de la política'' y considerar que ``los estallidos sociales pueden ganar la carrera a la reforma política''. Felipe Calderón subrayó que lo que urge no es un diseño de tipo jurídico sino ``la vigencia de los ordenamientos constitucionales''.