ESTALLO EN EL AIRE; 249 MUERTOS
Ap, Reuter, Afp y Dpa, Nueva York, 18 de julio Un avión de pasajeros con 249 personas a bordo estalló en el aire poco después de despegar la noche del miércoles del aeropuerto John F. Kennedy y se hundió en el mar frente a las costas de Long Island; las autoridades informaron que no había sobrevivientes.
Varios testigos dijeron haber escuchado ``una tremenda explosión'' y luego ver partirse en dos el aparato, un Boeing 474 de la compañía TWA. Larry Johnson, experto en terrorismo, declaró a la cadena televisiva CNN que, de acuerdo con los relatos de los testigos, ese tipo de explosión es muy poco probable en un avión civil y especuló que pudo haberse tratado de un atentado con bomba cometido por un suicida.
No obstante, el Departamento de Estado informó que "no tenía motivo para esperar que fuera terrorismo``, pero añadió que ''todas posibilidades están abiertas por el momento".
Tras el accidente, ocurrido a las 20:45 horas del miércoles, la Casa Blanca anunció una conferencia de prensa, que fue cancelada poco después a la espera de más información de las autoridades de aeronáutica civil. El vocero presidencial, Mike McCurry, indicó que el presidente Bill Clinton estaba siendo informado y que estaba ``profundamente preocupado'' por el accidente.
Una fuente policial de la Dirección de Puertos de Nueva York declaró esta madrugada a la cadena CBS que las autoridades locales sospechaban que hubo algo criminal en el accidente y descartaron dificultades mecánicas entre las posibles causas del siniestro.
Jim Hall, presidente del directorio del comité de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos, manifestó que cualquier especulación sobre la causa de la caída del avión era ``irresponsable'', y el portavoz del Departamento de Estado, Nicholas Burns, señaló que hasta el momento, el gobierno desconoce la causa del mismo.
Vicent Cannistraro, ex funcionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y especialista en contraterrorismo, respondió así cuando se le preguntó si podría tratarse de un atentado: "Es prematuro decirlo. En estos momentos sólo podemos especular. No resulta claro todavía si fue un acto de terrorismo. Es todavía muy pronto".
Preguntado sobre la posibilidad de una bomba, el vocero de la Administración Federal de Aviación, Eliott Brenner, contestó: "No podemos hablar de asuntos de seguridad".
En todo caso, Mike Kelly, vicepresidente de TWA, insistió en conferencia de prensa que no se podía especular sobre la posibilidad de que se tratase de sabotaje y precisó que el aparato transportaba 249 personas a bordo y no 281 como había indicado previamente la Guardia Costera. Las autoridades esperan recuperar la caja negra del Boeing para poder esclarecer las causas del accidente.
Trascendió que la seguridad en los aeropuertos de todo el país se encuentra en su máximo nivel. La seguridad ya había sido incrementada debido a los Juegos Olímpicos que comienzan en Atlanta, Georgia, el viernes próximo.
El avión cumplía el vuelo 800 con destino al aeropuerto Charles de Gaulle en París. El aparato había llegado a la terminal aérea neoyorquina John F. Kennedy apenas tres horas antes. Algunos de los pasajeros a bordo se dirigían a Roma.
Unos 15 minutos después del despegue, a las 20:45 horas local, el aparato desapareció de los radares, estalló en el aire y se precipitó al mar, a 24 kilómetros al sudoeste de Shinnecock Inlet frente al punto costero de Moriches, Long Island y a unos 30 kilómetros del aeropuerto neoyorquino, informaron las autoridades. De inmediato comenzaron las labores de rescate en el mar, pero poco después la Guardia Costera informó que no había sobrevivientes.
``Fue una tremenda explosión'', relató Robert Roseblum, residente del lugar. "Luego vimos que algo se quemaba sobre el agua, parecía como un barco que ardía sobre el mar", añadió. Otros testigos refirieron haber visto "una bola inmensa de fuego con trozos de todo que salían despedidos", y que el aparato se había partido en dos.
Steven Faret, piloto privado en la zona, dijo que había presenciado también el accidente: "Estábamos realizando un vuelo a unos 2 mil 590 metros de altura... miramos y vimos unas luces de aterrizaje... luego vimos un gigantesco círculo en llamas... la más grande esfera de llamas que haya visto. Un instante después sólo se veían pedazos y llamas de color naranja sobre el agua".
Las labores de rescate continuaban esta madrugada y participan seis helicópteros y más de 10 embarcaciones, pero voceros de la Guardia Costera indicaron que las tareas se dificultan por la oscuridad.
El 11 de mayo pasado,110 personas murieron cuando un DC-9 de la empresa ValuJet se precipitó en la zona pantanosa de Everglades, Florida.