La Jornada 20 de julio de 1996

El visitador general de la PGR, acusado y amenazado por presuntos narcos

Colocaron una granada en su casa para exigir la devolución de un supuesto pago ilícito Implican también al subprocurador Hiram Escudero Es una intimidación, dice la dependencia; niega cualquier vínculo de sus funcionarios con actividades ilegales

Juan Manuel Venegas La granada no explotó, pero la advertencia ``es la última''.

El artefacto fue lanzado a la casa del visitador general de la PGR, Tristán Sánchez Canales, al que amenazan de muerte ``si no devuelve 5 millones de dólares'' que supuestamente recibió de un comandante de la Policía Judicial Federal (PJF) por olvidarse y dejar pasar un cargamento de 12 toneladas de cocaína, hasta ahora perdido.

Las amenazas llevan consigo acusaciones por actos de corrupción que involucran además de Sánchez Canales al subprocurador general de la República, Hiram Escudero Alvarez.

Para la Procuraduría General de la República, el artefacto explosivo en la casa del visitador ``no es más que un acto intimidatorio'' posiblemente de ``enemigos internos'' de Sánchez Canales, encargado entre otras tareas, de denunciar los actos de corrupción que cometen funcionarios de la dependencia.

No se descarta, sin embargo, que tenga que ver con amenazas de narcotraficantes. La PGR negó categóricamente que Sánchez Canales y Escudero Alvarez estén inmiscuidos en actos de corrupción relacionados con el tráfico de drogas.

No obstante, confirmó que el domingo pasado en el patio de la casa de Tristán Sánchez Canales, ``mientras cortaba el pasto, el jardinero encontró una granada'' que no explotó ``porque no le habían quitado el seguro''.

Las acusaciones... las amenazas

Según documentación enviada a La Jornada a mediados de 1995, ``el comandante (José Alberto) Grajeda Lara fue denunciado por proteger un cargamento de 12 toneladas de cocaína en el estado de Zacatecas''.

La droga, ``bajo la custodia'' de agentes federales al mando de Grajeda Lara, sería transportada a Estados Unidos.

Sin embargo, descubierto y denunciado por sus nexos con el narcotráfico, el comandante Grajeda ``recurrió'' al soborno para poder cumplir con su cometido y evitar ser enviado a la cárcel: ``La denuncia por las actividades de Grajeda fueron presentadas al visitador de la PGR, Tristán Sánchez Canales, quien en complicidad con Alberto Woolrich, recibió 5 millones de dólares de parte de Grajeda.

``Woolrich fue quien cobró el dinero en diversas partidas y las entregó a Sánchez Canales en su oficina de la PGR, en Paseo de la Reforma 75'', dice la información con la que cuenta este diario.

De todo ello agrega el documento sin remitente ``fue notificado el subprocurador general de la República, Hiram Escudero Alvarez, quien dio su anuencia a Tristán Sánchez para que no se levantara el acta en contra del comandante Grajeda que, en todo caso, era lo que procedía''.

No se hizo así, ``porque Sánchez Canales ya había recibido parte de los 5 millones de dólares que obtuvo por proteger'' al comandante involucrado en el narcotráfico. No obstante el dinero que ``entregó'' Grajeda Lara sólo pudo evitar la cárcel, pues el cargamento de 12 toneladas de cocaína ``desapareció''.

Y con esto, el comandante se metió en un lío: los 5 millones de dólares ``que ofreció y entregó a Sánchez Canales, le habían sido prestados sólo para salir de su bronca y sobre todo para cumplir con el cometido de hacer pasar las 12 toneladas de cocaína''.

Advierte que en este caso, ``Sánchez Canales actuó siempre con la anuencia'' del subprocurador Escudero Alvarez, por lo que ``no hubo ninguna investigación por la cocaína perdida''.

De Grajeda Lara, el documento precisa que ``murió el 24 de diciembre del año pasado y su familia ha sido amenazada de muerte si se queja o hace pública alguna declaración''.

Estas acusaciones van acompañadas de una amenaza en contra de Tristán Sánchez Canales, al que se le exige ``devolver los 5 millones de dólares'' que recibió de Grajeda Lara. La granada lanzada a su domicilio, indica el documento, ``no es ninguna broma. Va en serio y es la última advertencia''.

Información confirmada

La Jornada confirmó que ``efectivamente'' al mediodía del domingo 14 de julio, fue encontrada una granada en el jardín de la casa de Tristán Sánchez Canales en el municipio de Cocoyoc, estado de Morelos.

La Procuraduría indicó que ``desde el sábado'' una llamada anónima a la delegación en Morelos, había advertido que ``sería lanzada una granada a la casa de Sánchez Canales, para presionar por el caso de Abraham Polo Uscanga'', el abogado de los trabajadores de la Ruta 100, asesinado el año pasado y que era ``un gran amigo'' del visitador de la Procuraduría.

Un grupo de agentes fue comisionado al domicilio de Sánchez Canales, sin que encontraran algún artefacto.

Sin embargo, informó la PGR, el domingo al mediodía ``mientras cortaba el pasto y entre la hierba que recogía, el jardinero encontró una granada de mano a la que no le habían quitado el seguro''.

La dependencia sin embargo, negó que Sánchez Canales o Escudero Alvarez hayan participado en los hechos que tienen que ver con la pérdida de 12 toneladas de cocaína y aseguró que ``posiblemente se trata de alguna venganza en contra del visitador que, entre sus funciones, debe investigar internamente cómo se llevan a cabo las averiguaciones, el trabajo de ministerios públicos y, en caso de detectarlos, denunciar los casos de corrupción a la Contraloría interna de la PGR''.