La Jornada 20 de julio de 1996

Nuevas amenazas

Evacuan el centro de radio y tv en Atlanta, al hallar un paquete sospechoso Falsa alarma de bomba obliga a desalojar el edificio donde trabajan los investigadores del siniestro, en NY

Ap, Reuter, Afp, Dpa y Ansa, Atlanta, 19 de julio La policía de esta ciudad desalojó hoy el edificio donde trabajan cientos de periodistas de radio y televisión que cubren los Juegos Olímpicos, tras el hallazgo de un ``paquete sospechoso'' cuando faltaban dos horas para la inauguración de la justa deportiva y se informó que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) comenzó una investigación al respecto.

Asimismo, una amenaza de bomba obligó el desalojo del hotel donde se hospedan los investigadores de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte que investigan el accidente del avión de TWA en Long Island, Nueva York.

Un comunicado oficial en Atlanta indicó que la presencia de un paquete que había sido enviado por correo, obligó a bloquear el Centro Internacional de Transmisiones de Radio y Televisión y a desalojar parte del edificio. Los organismos de seguridad ``encontraron algo, yo no sé qué exactamente, porque no dijeron nada más. Pero su posición es que es mejor tomar precauciones'', declaró Dave McKellar, miembro del servicio de seguridad del Comité de Organización.

Añadió que el paquete sospechoso fue enviado por correo y descubierto dentro en el tercer piso del centro de radio y televisión por un empleado que alertó de inmediato a los servicios de seguridad. El edificio fue desalojado a las 4:30 horas local y no se permitió el acceso al mismo por casi una hora.

La alerta de bomba sacudió a la ciudad bajo el síndrome del temor de un ataque terrorista y en la cual se encuentra desde la mañana de este viernes el presidente Bill Clinton, además de otros jefes de Estado.

Apenas bloqueado el edificio, una primera información de fuentes de la organización había indicado que sólo se trataba de un ``ejercicio de seguridad'', pero posteriormente se informó en forma oficial que el FBI emprendió ``una inmediata investigación sobre el incidente''.

Más al norte, sobre la costa este del país, otra amenaza de bomba obligó a la policía a desalojar un hotel ubicado en la localidad neoyorquina de Long Island, donde se alojan los investigadores de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte que participan en las pesquisas de la explosión y posterior caída del vuelo 300 de TWA ocurrida el miércoles pasado.

Los escuadrones de emergencia registraron el lugar con perros, y hasta el momento no quedó claro si los investigadores federales se encontraban en el el lugar cuando se recibió la amenaza de bomba.

En Atlanta, el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos se declaró este viernes confiado en las medidas de seguridad existentes ante la eventualidad de un ataque terrorista, tras la explosión del avión de TWA. ``Ciertamente nos preocupa (esa eventualidad), pero confiamos en nuestras fuerzas de seguridad'', declaró LeRoy Walker, presidente del Comité Olímpico estadunidense.

``La explosión del avión de TWA está en la mente de todos'', indicó por su parte Ralph Hale, jefe de la misión de la delegación estadunidense. Añadió que ``los juegos siguen adelante, no podemos hacer nada (para remediar la desgracia del avión). Los juegos son una ocasión para celebrar''.

No obstante el todavía no aclarado origen de la explosión del avión intensificó en alto grado las medidas de seguridad en Atlanta, que antes del accidente ya era extremadamente fuerte, pero que este viernes fue reforzada no sólo por el temor provocado por el accidente de avión, sino por la presencia de Clinton y otros jefes de Estado.

Un ejército de más de 30 mil personas tomó posesión desde las primeras horas de este viernes en lugares asignados, desde la Villa Olímpica hasta el aeropuerto, desde el centro de la ciudad hasta los lugares de competencia. Clinton se halla permanentemente protegido por una escuadra de agentes del Servicio Secreto que forman en torno a él un verdadero escudo humano.

Junto a él viajó a Atlanta su esposa Hillary Rodham y la vicesecretaria de Justicia, Jamie Gorelick, quien aseguró al llegar a la ciudad sede de los Juegos Olímpicos que ``la seguridad se halla ya en el nivel más elevado que es posible obtener'', y afirmó estar ``muy convencida'' de que las más de 30 mil personas encargadas de proteger la seguridad de la justa deportiva cumplirán su cometido.

Y si esa fuerza de seguridad no fuera suficiente, se acudiría a la Guardia Nacional de los estados vecinos, adelantó la jefa de policía de Atlanta, Beverly Harvard, la primera mujer negra en ocupar ese puesto. ``Atlanta es en estos momentos la ciudad más segura del mundo, y lo seguirá siendo hasta el final de los juegos'', indicó por su parte el alcalde Bill Campbell.

Los reflejos y consecuencias del impresionante operativo de seguridad fueron inmediatos. El tránsito en la zona denominada ``anillo olímpico'' (centro de la ciudad) quedó paralizado, con gran parte de las calles de acceso al Estadio Olímpico cerradas desde la madrugada. Los desplazamientos desde la Villa Olímpica al centro, que normalmente requieren 10 o 15 minutos, alcanzaron hasta una hora y media.

Numerosos empleados llegaron tarde a sus trabajos o no llegaron e incluso miembros del Comité Olímpico Internacional fueron controlados en el lujoso hotel Marriott Marquis. Y en medio de este operativo, un hombre que aseguró tener una bomba asaltó esta tarde un banco en un suburbio de Atlanta, en momentos en que la caravana de Clinton pasó a 273 metros del lugar en ruta a la Villa Olímpica.

Dos decenas de policías en motocicletas y miembros de escuadrones especiales de la comitiva armada del presidente fueron desplegados rápidamente y detuvieron al sospechoso cuando trataba de abandonar el edificio del banco. ``Definitivamente escogió el momento equivocado para asaltar un banco'', declaró el vocero de la policía del condado de Cobb.

``Hubo cierta preocupación entre el equipo de la caravana (presidencial) de que si el asaltante trataba de huir en un vehículo podría tratar de subir a la carretera interestatal. Así que se disponían a inhabilitar el vehículo, bloquearlo esencialmente'', añadió Robert Quigley.

Finalmente el hombre fue detenido y miembros del escuadrón olímpico de desactivación de bombas examinaron el maletín y descubrieron que en su interior no se encontraba bomba alguna.