La Jornada 20 de julio de 1996

Desalojan a golpes a 101 colonos en Iztapalapa; 30 lesionados

Trascavos y bulldozers demolieron más de cien casas de Las Maravillas, con todo y pertenencias Entre los lastimados, un reportero de Tv Azteca, un camarógrafo de Canal 40 y un fotógrafo de La Prensa Retiraron el asfalto y sembraron jacarandas Aseguran los desalojados tener documentos que acreditan la propiedad y un amparo en su favor

Trascavos y buldozers apoyados por unos 700 granaderos y 300 presuntos empleados de la delegación Iztapalapa demolieron ayer, ``conforme a la ley'', de manera violenta más de cien casas del predio Las Maravillas, porque ``se localizan en terrenos considerados como reserva ecológica del Cerro de la Estrella'', de acuerdo con versiones de la delegación, a cargo de Jaime Aguilar Alvarez.


Durante el desalojo en el predio Las Maravillas, en
el Cerro de la Estrella, en Iztapalapa.
Foto: Carlos
Ramos Mamahua

Mientras la maquinaria pesada hacía caer a su paso puertas, ventanas, techos y paredes, los habitantes aseguraban poseer documentos que les acreditan la propiedad desde 1989 y la sentencia definitiva de un jucio de amparo en su favor que impedía la destrucción o demolición de las construcciones asentadas en el predio de 37 mil metros cuadrados.

Bajo las órdenes de Raúl Contreras Bustamante, subdelegado jurídico y de Gobierno, desde las 7 de la mañana los empleados de la delegación Iztapalapa, más de una decena de camiones de volteo, 18 trascavos y buldozers esperaron la llegada de los uniformados, que al mando del militar Marco Antonio Pérez Soto, apoyaron el desalojo.

En cada casa, al filo de las 9 de la mañana fue ``entregada'' una notificación. En donde no hubo nadie que abriera las puertas se puso una marca que era la señal para derribarlas.

No importó que hubieran pertenencias, lo que antes fueron casas se convirtieron en escombros, el trazo de las calles se perdió, el asfalto que cubría la continuación de la avenida Hidalgo fue amontonado y en su lugar se sembraron árboles de jacaranda.

Al filo de las 10 de la mañana, cuando entró la maquinaria pesada al terreno a través del Panteón Civil de Iztapalapa, los colonos se armaron de palos y piedras para impedir la demolición de sus casas, lo que provocó un enfrentamiento con los granaderos.

De este choque resultaron lesionadas alrededor de 30 personas; algunas de ellas fueron atendidas por ambulancias del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), a quienes inicialmente se les impidió el acceso. También fueron golpeados un reportero de Televisión Azteca, un camarógrafo de Canal 40 y un fotógrafo de La Prensa.

Las pérdidas materiales no han sido cuantificadas, ya que se trata de construcciones precarias, material para construcción y enseres domésticos, cuyos restos serían trasladados a una bodega de la delegación por camiones de volteo, ``para que la gente pueda pasar a recogerlos, si lo desea'', dijo José Navarro Islas, subdirector de Obras y Mantenimiento.

El predio Las Maravillas fue adquirido desde 1989 y hasta 1991 por las cerca de 200 familias que ahí habitaban en terrenos de 96 metros cuadrados, a un costo que fluctuó entre los 20 y 50 millones de viejos pesos. Los vendedores fueron Jesús Flores Flores y Mario Lara, quienes adquirieron el predio en 1966.

Hasta las 16:00 horas la presencia policiaca se mantuvo en el lugar junto con los supuestos empleados de la delegación, ya que la maquinaria comenzaba a ser retirada y los afectados se reunían para aportar sus testimonios a la denuncia de hechos que este sábado será presentada ante el sector central de la Procuraduría capitalina.

Luego de la demolición, José Navarro Islas recorrió la zona para ``ofrecer'' a los afectados camiones para trasladar sus pertenencia a donde quisieran, y les recordó que tenían 72 horas para desalojar el lugar, ya que continuará la demolición de construcciones.

La acción de la delegación se sustentó en un decreto presidencial de fecha 30 de mayo de 1991, en el cual se declara a la zona como sujeta a conservación ecológica y área natural protegida.

qSin embargo, ante la ejecución del decreto los habitantes de Las Maravillas solicitaron planos del polígono y su ubicación exacta de la zona de conservación ecológica, mismo que a decir de ellos no existe y que tampoco fue presentada por el Registro Público de la Propiedad ante el juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa.

Por su parte, el regente Oscar Espinosa Villarreal afirmó que antes de proceder al desalojo se agotaron todas las instancias legales y de diálogo con los ocupantes del predio. Incluso dijo que ``fue una demanda y un consenso de todas las organizaciones políticas y de los consejeros ciudadanos'' de Iztapalapa.

En ese sentido, el jefe de agrupamientos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), el general Mauro Enríquez Tello Quiñones, aseguró que los uniformados sólo dieron cumplimiento a un mandato judicial y acudieron en apoyo de la delegación. Además, dijo, ``se actuó apegados a la ley y con respeto a los derechos y todo lo legal que sea posible''.

En un comunicado de prensa, la delegación Iztapalapa informó que los ``42 integrantes del Consejo de Ciudadanos de manera unánime demandaron el rescate del área natural protegida mediante decreto de expropiación del Cerro de la Estrella''. Se indicó que ``desde hace meses se inició una lucha jurídica frontal para consolidar los objetivos del decreto de expropiación y recuperar a través del marco del derecho una importante superficie que se encuentra ocupada ilegalmente''.

La delegación dijo que de 12 demandas de amparo en contra de la procedencia del decreto, 11 fueron resueltas a favor del DDF y resta un proceso judicial federal que está pendiente de resolución''.

La jurisdicción reconoce en su comunicado que este mismo viernes notificó a los ocupantes las resoluciones y sanciones a las que se hacen acreedores por habitar en una zona ecológica.

Por su parte, Erasmo Morales Rivera, dirigente de una parte de los habitantes de Las Maravillas, dio a conocer un amparo federal de fecha 3 de julio de 1996, en el cual, en su página tercera, indica que ``se concede la suspensión definitiva solicitada por los quejosos para que no sean desalojados ni privados de sus derechos''.

También en la pagina cuatro señala: ``Igualmente se hace extensiva la presente medida cautelar para que no se destruyan ni sean demolidas las construcciones asentadas en el inmueble antes mencionado y que se encuentra en posesión de los quejosos''.

Hasta las 22:00 horas de ayer una comisión de colonos de Las Maravillas se encontraba en el DDF en espera de que los recibiera el secretario de Gobierno, Jesús Salazar Toledano, para solicitar que les dotaran de casas de campaña, cobertores, alimentación, agua potable y servicios médicos, puesto que no están dispuestos a abandonar el predio. (Miriam Posada, Gustavo Castillo, Alberto Nájar)


En su propia voz

Noé Jiménez: (Parado a escasos 10 metros de lo que fue su casa, contempla las ruinas): No es cierto, no somos invasores como la delegación quiere engañar a los periodistas, somos dueños, nosotros compramos desde hace cinco años. Solamente fui a un mandado y cuando regresé una barda ya estaba dentro de mi casa; a estas gentes no les importó si había alguien adentro o no. No midieron el riesgo de que explotarán los tanques del gas, porque yo los tengo adentro y ahora me ofrecen un camión para sacar mis cosas. Están locos, ¿dónde las voy a llevar si esta era mi casa, donde piensan que las voy a meter? Hace como una semana también vinieron golpeadores, mi esposa y yo todavía estábamos dormidos y vinieron a tocar la puerta. Nos dijeron que teníamos que sacar nuestras cosas porque nos iban a desalojar. Del susto tuve que internar a mi mujer y estuvo a punto de perder a nuestro bebé.

Cristina Hernández: (Lo único que encontró fueron los restos de una casa pobre, cartón, los palos tirados, las láminas dobladas, y al descubierto un colchón, canastas, cajas de refrescos): Yo no vivo aquí, vine a buscar a mi hermano y a mi cuñada que vivían ahí mientras acababan de construir su casa --sin embargo, nadie pudo decirle qué había pasado con su familia--. Dicen que hubo muchos golpeados, y que también se llevaron a otros a la delegación; también me dijeron que habían sacado en una camilla a una señora desmayada, pero no sabían cómo se llamaba. No sé si ir a buscarlos o quedarme aquí a cuidar lo que quedó de su casa, porque qué tal si los policías se roban las cosas.

Isabel González: (Sentada sobre lo que fue la barda de una casa): Mejor ya ni me muevo de aquí porque éstos son capaces de pegarme, andan como perros de un lado para otro, dicen que son trabajadores de la delegación, pero son golpeadores --la mujer ``agradece'' en tono irónico el ofrecimiento de un funcionario de la delegación que le dice: ``si quiere le mando un camión para que saque sus cosas''--. -- ``No, gracias, señor es usted muy amable, pero primero tengo que ver a dónde me voy a meter. Nada más le voy a pedir de favor que nos respeten los tres días que nos dieron para salirnos, no vaya a ser que nos tiren la casa encima en la madrugada''.

Vicente Salazar: ¿Usted cree que si fueramos invasores la delegación nos habría mandado pipas de agua durante años y nos hubiera dado el uso de suelo? Se hacen, ahora resulta que ayer se dieron cuenta de que según estamos sobre una reserva ecológica, porque resulta que ayer mismo fuimos a la delegación a llenar un cuestionario que como un censo; nos pidieron recibos de compra y venta, y siguieron con el cuento de que no nos iban a hacer nada. Que no digan que nosotros empezamos la bronca, porque eran los golpeadores los que les aventaban piedras a los granaderos para prenderlos. Hubo mujeres y niños golpeados. No nos dejaban salir del predio y nosotros no pensamos irnos porque nos ha costado mucho dinero tener un lugar donde vivir.

(Miriam Posada y Gustavo Castillo)