Mexicali-Calexico, corredor natural de cocaína
Antonio Heras Sánchez, corresponsal, Mexicali, BC, 16 de julio A pesar de que durante los últimos 30 meses corporaciones policiacas de ambos lados de la frontera han decomisado más de 400 toneladas de estupefacientes, el gobierno de Estados Unidos sigue considerando a la región Mexicali-Calexico como un corredor natural de cocaína.
Fuentes consultadas por La Jornada aseguraron que, por cada cargamento ``sacrificado'', logran pasar cuatro, incluso, la lucha por este territorio propició los ``pitazos'' entre cárteles y sicarios, lo que aumentó los decomisos y ajusticiamientos de centenares de personas involucradas en actividades ilícitas. No sólo las cárceles están llenas de integrantes de estas bandas, sinó también los panteones del Pacífico mexicano.Si en los dos primeros años de esta década los ajustes de cuentas pasaron a aumentar las muertes violentas en Tecate, a partir de 1993 se bifurcaron hacia Tijuana y Mexicali y su valle.
Los decomisos de droga se encuentran a la orden del día, no sólo de parte de la Procuraduría General de la República (PGR) y del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), sino de los organismos del llamado Proyecto Imperial en California.El aserto de la PGR de que la banda de los Arellano Félix abandonó Tijuana y que sus cabezas visibles ya no se pasean por la ciudad fronteriza más visitada del país provocó especulaciones sobre quién o quiénes están cruzando la droga por el área de Mexicali-Calexico.
La apreciación de la comandancia de la II Zona Militar señala que en este corredor se encontró el lugar predilecto para almacenaje de estupefacientes, en la parte alta del Golfo de California, en aguas e islas de una reserva de la biosfera decretada por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, en las inmediaciones de San Luis Río Colorado y el Golfo de Santa Clara, en las vecinas tierras sonorenses.
De esta manera, los valles de Mexicali y San Luis se convirtieron en terreno apropiado para depositar cargamentos de droga, provenientes de rutas lejanas, con escalas en Sinaloa y Sonora. Los agricultores de ambos valles han denunciado el empleo de la zona para el narcotráfico, a través de lanchas rápidas y avionetas.
Esta zona se ganó en 1994 el sobrenombre de corredor natural de cocaína y, a partir de ese año, la Procuraduría de Justicia norteamericana puso los ojos y conoció a fondo el problema del narcotráfico en el noroeste mexicano. Ante la magnitud del problema, la dependencia estadunidense decidió crear el Proyecto Imperial, el cual agrupa a 17 corporaciones policiacas que operan en el condado limítrofe con la capital de Baja California.
Aunque la naturaleza de esas corporaciones es diversa el Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN), el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Droug Enforcement Administration (DEA), todas desempeñan un papel importante en la lucha antinarcóticos en un área delimitada por Yuma, Arizona; San Diego, California, y Mexicali, Baja California.
Sólo la Patrulla Fronteriza del sector El Centro, California, decomisó cerca de 56 toneladas de estupefacientes, durante los años fiscales 1994 y 1995 y en los primeros meses de 1996, lo que le valió el reconocimiento de la procuradora de Justicia, Janet Reno. De octubre a julio de este año, la migra arrestó, en las ciudades de Calexico y El Centro, a cerca de mil extranjeros involucrados en las drogas.
Por su parte, la PGR, el Ejército Mexicano, la Dirección de Seguridad Pública municipal, la Policía Fiscal Federal y el INCD aseguraron, en el periodo referido 376 toneladas, principalmente marihuana. Desde el 1ro. de enero hasta el 9 de julio de este año, detuvieron a 639 personas, por delitos contra la salud.
Con la incautación de propiedades y la ``cacería'' federal en Tijuana, pero sobre todo con el encarcelamiento de Héctor Luis El Gero Palma y del Chapo Guzmán y sus operadores en esta frontera, Mexicali se convirtió en una extensión para las actividades de los Arellano Félix.
Ni con un operativo efectuado en Mexicali, en noviembre de 1994, donde participaron más de 30 caminetas suburbans con agentes de la PGR traídos de otras partes del país, ni con la Operación Alacrán en Tijuana se logró capturar a los narcotraficantes más buscados de México.
En el dispositivo mexicalense, sólo se desmanteló un laboratorio de droga y se detuvo a varios integrantes de este cártel, entre ellos, el ex jefe de grupo de homicidios de la Procuraduría General de Justicia del Estado, Francisco Fiol Santana, cuyos presuntos vínculos con el narcotráfico trascendieron al permitir la huida de Javier El Tigrillo Arellano y su lugarteniente Ismael Higuera Guerrero El Mayel, tras la balacera del 3 de marzo de 1993 en Tijuana. Justamente, 20 días antes del asesinato de Luis Donaldo Colosio.
Sobre la Operación Alacrán, que conmocionó a Tijuana por la participación conjunta de efectivos militares y de la PGR, el delegado en Baja California, Luis Antonio Ibáñez Cornejo, afirmó a La Jornada que su importancia residió en la información que obtuvo la corporación, y advirtió que los Arellano recibieron golpes en donde más les dolía; sin precisar la región ni la magnitud de ese dolor.
En su oportunidad, el delegado desestimó el sobrenombre asignado a esta región de corredor Mexicali-Calexico, al afirmar que toda la frontera norte del país sirve para cruzar droga a los Estados Unidos.
En la actualidad, la PGR realiza una labor de ``taponamiento'' de brechas en esta capital, en especial en la zona de El Centinela y en los límites con Sonora, en donde se presume que se encuentran los caminos rurales del narcotráfico, en pleno desierto.
Mientras tanto, el Ejército reforzó su vigilancia, a través de volantas, e incrementó sus retenes en el valle de Mexicali, so pretexto de la detección de armas de fuego. No obstante, su labor la centró en la lucha contra el narcotráfico.