Hambre y hacinamiento en zonas áridas: Conaza
Laura Gómez Flores El 97.3 por ciento de la población que habita las zonas áridas y semiáridas de Coahuila, Zacatecas, Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí calculada en 567 mil 500 habitantes se encuentra por abajo de los niveles mínimos de subsistencia que, en la mayoría de los casos, se traduce en muertes por hambre, desnutrición y penuria visible.
La Comisión Nacional de Zonas Aridas (Conaza) destaca en un estudio que entre 46 y 60 por ciento de la población que se dedica a las labores agrícolas percibe un ingreso menor al salario mínimo; el resto labora por comida y un techo bajo el cual vivir.
En estas regiones conocidas como ixtleras por la recolección y tallado de las fibras de lechuguilla y palma para hacer costales o lazos, y que comprenden 36 municipios de dichas entidades, una expresión más de la pobreza y el hambre la constituye la migración temporal o definitiva, la cual fluctúa entre 30 y 40 por ciento de la población masculina.
``En la mayor parte de los casos los jefes de familia emigran en busca de trabajo para ya no regresar jamás, quedando las mujeres e hijos en el más completo desamparo'', se indica.
Dicha situación abunda la Conazaha provocado que las familias no tengan acceso a una canasta básica de productos alimenticios, por lo que tienen que comer hierbas y plantas silvestres, así como algún animal de campo.
El organismo de la Secretaría de Desarrollo Social, en el documento dado a conocer en la reunión de evaluación del Programa Mundial de Alimentos, indica que esta situación ha provocado cuadros graves de desnutrición y mortalidad, cuya tasa se sitúa en 12.19 por ciento.
En el aspecto educativo menciona los rezagos que se arrastran y que han sido difíciles de cubrir ante la falta de maestros y la construcción de escuelas.
El promedio de analfabetas abarca a 20 por ciento de la población, mientras que la gente que no concluyó su primaria asciende a 70 por ciento. Los que llegan al sexto año muchas veces enseñan a los que les preceden sin paga alguna.
Aunado a ello, se tiene que sus condiciones de vivienda son dramáticas: 53 por ciento de la gente de estas zonas áridas y semiáridas se encuentra en un alto grado de hacinamiento, con un promedio de 2.5 personas por cuarto, sin contar con agua potable, letrinas ni luz eléctrica.
La Conaza, que encabeza Heladio Ramírez López, explica que la irregularidad y escasez de las lluvias, que frecuentemente se manifiesta en pérdidas totales de cosechas o rendimientos bajos de entre 200 y 500 kilogramos por hectárea de maíz y frijol, respectivamente únicamente para autoconsumo, han provocado que las poco más de 100 mil familias ixtleras no hayan logrado el progreso de sus comunidades.
Asimismo, la actividad ganadera en las más de mil 200 comunidades se encuentra limitada por las condiciones naturales adversas y la pobreza alimenticia que ofrece la vegetación, generada por el sobrepastoreo. En promedio, una cabeza de ganado mayor requiere una superficie de agostadero de 25 a 30 hectáreas para poder sobrevivir y no se cuenta con ella.
Menciona que aunque las actividades de recolección y tallado de lechugilla y palma que abarcan una extensión de 200 mil kilómetros cuadrados han permitido arraigar a los moradores de estas zonas, las plantas tienden a desaparecer, al menos en las áreas cercanas a las comunidades.Esto obliga al campesino tallador a recorrer distancias superiores a los 50 kilómetros en un día, para obtener en otro, a lo largo de ocho horas de trabajo, apenas cuatro o cinco kilogramos de la planta procesada por 10 pesos y poder ``mantener'' a sus familias con ocho miembros en promedio.
Los municipios con mayor marginación de las zonas áridas y semiáridas de Coahuila, según un estudio de la Comisión por microrregiones, son: Ocampo, Juárez, Hidalgo, Jiménez, Escobedo, Viesca, General Cepeda y Arteaga, donde se encuentran establecidas 312 comunidades con una población de 100 mil 800 personas. En la zona industrial de Nuevo León se tiene que la gente que habita los municipios de Mina, Galeana, Iturbide, Doctor Arroyo, General Zaragoza, Aramberri y Mier y Noriega, calculada en 191 mil 300, vive en un grado de marginación catalogado como medio y alto.
En San Luis Potosí se presenta una situación similar, aunque en un mayor número de municipios: Catorce, Vanegas, Cedral, Santo Domingo, Villa de Ramos, Salinas, Moctezuma, Venado, Villa de Guadalupe, Villa de Arista, Charcas, Villa Hidalgo, Guadalcázar, Ciudad del Maíz, Ahualulco, Mexquitic de Carmona, Armadillo de los Infantes, Cerro de San Pedro, Villa de Arriaga, Tierra Nueva, Zaragoza y Santa María del Río.
El número de comunidades afectadas es menor a los estados anteriores: 280, pero con 180 mil 600 personas.
En Tamaulipas, los 10 municipios considerados áridos y semiáridos presentan una marginación media y alta: Burgos, Cruillas, Méndez, San Nicolás, San Carlos, Bustamante, Miquihuana, Tula, Jaumave y Palmillas. Las 118 comunidades catalogadas cuentan con una población de 48 mil 400 personas.
Finalmente, en Zacatecas los municipios con mayores problemas de pobreza, derivada de que más de 85 por ciento de la población percibe menos de dos salarios mínimos, son Melchor Ocampo, El Salvador, Concepción del Oro y Mazapil, Jiménez del Teúl, Villa de Cos, Genaro Codina, Pinos y Villa Hidalgo. Su población asciende a 46 mil 400.