Ajusticiamientos y asesinatos de funcionarios de la PGR podrían indicar un relevo en las mafias

Juan Manuel Venegas Con el asesinato al comandante Isaac Sánchez Pérez, en lo que va del año, suman ya cinco los homicidios cometidos en contra de funcionarios de la PGR asignados a Baja California, sin que hasta el momento ninguno se haya resuelto.

La PGR ha guardado total hermetismo en torno al último de los crímenes, aunque agentes de la corporación, de manera extraoficial, han informado que se trató de una venganza de narcotraficantes.

Según estas mismas fuentes, ``existen pistas'' de los presuntos homicidas, aunque descartan una pronta resolución del caso, pues la forma en que se llevó a cabo la ejecución indica que fue hecha por gatilleros profesionales, ``muy probablemente ligados al narcotráfico''.

En los primeros siete meses de 1996, han sido asesinados Arturo Ochoa Palacios y Sergio Moreno Pérez, ex delegados de la PGR en Baja California; los comandantes Sergio Armando Silva Moreno e Isaac Sánchez Pérez, así como la agente del Ministerio Público Federal, Rebeca Acuña Sosa. Todos con una misma característica: estuvieron asignados en Tijuana. Los cinco fueron acribillados, usando sus ejecutores armas de asalto AK-47, mejor conocidas como cuernos de chivo.

Ninguno de los casos ha sido resuelto por las autoridades ni se ha identificado a los homicidas.

Descubren una fábrica de sellos y etiquetas apócrifos

Agentes de la Policía Judicial Federal desmantelaron este domingo, en la colonia Doctores del Distrito Federal, una fábrica donde se elaboraban etiquetas y sellos para ropa. Las etiquetas, con las firmas Guess, Levi's, Furor y Gap, eran distribuidas entre comerciantes ambulantes de Tepito y la colonia Guerrero, quienes las utilizaban para la venta de ropa.

En el inmueble, ubicado en la calle Doctor Martínez 155, los agentes federales encontraron, además, equipo de cómputo que era utilizado para la elaboración de los sellos y etiquetas para ropa. En la acción no se registraron aprehensiones.