La Jornada 22 de julio de 1996

El presunto nexo Samper-narco, filtrado por la DEA

Afp, Efe, Dpa, Reuter y Ap, Washington, 21 de julio El agente de la DEA estadunidense Joe Toft fue quien divulgó en 1994 las cintas en las que se aludía a los aportes que hizo el cártel de Cali a la campaña electoral del presidente colombiano Ernesto Samper, informó este domingo el diario The Washington Post.

En Santafé de Bogotá, en tanto, el ex presidente Alfonso López Michelsen propuso a Samper que deje su cargo luego de lograr que se apruebe la reforma constitucional que presentó la víspera al Congreso.

Las cintas que filtró el agente de la DEA contenían intervenciones que realizó la policía a las llamadas telefónicas del jefe del cártel de Cali, Miguel Rodríguez Orejuela, en las que el narcotraficante dijo que dispuso el traslado de 3.5 millones de dólares a la campaña de Samper.

De acuerdo con un artículo de la revista dominical de The Washington Post, el agente, que consideraba a Samper, entonces presidente electo, de igual nivel que un narcotraficante y estaba molesto con la posición de Washington que conocía las pruebas sin tomar medidas al respecto, desobedeció las órdenes de sus superiores y decidió por su voluntad filtrar las cintas.

El 16 de julio de 1994, tres días antes de las elecciones presidenciales ganadas por Ernesto Samper, las grabaciones llegaron a la embajada de Estados Unidos para el conocimiento del embajador Morris Busby por medio de Luis Moreno, gerente de la campaña electoral del rival de Samper, el candidato conservador Andrés Pastrana.

Siempre según el Post, al entregar las cintas, Moreno argumentó que Pastrana no podía filtrarlas por su calidad de candidato, pues sería acusado de oportunismo, pero que Estados Unidos sería visto como imparcial y sería el indicado para divulgarlas.

Toft, quien escuchó las cintas al día siguiente, realizó una reunión con Busby y otros funcionarios de la embajada de Estados Unidos y propuso que los casetes se publicaran a fin de impedir el triunfo de Samper, propuesta que fue dirigida al gobierno de Washington. No obstante, la respuesta fue negativa y se vetó la filtración, así como la injerencia en las elecciones colombianas.

El día en que se dio a Samper como ganador en los comicios, Toft se mostró furioso. "Tomé esto como otro encubrimiento y no vi posibilidades de que el gobierno de Estados Unidos hiciera algo", afirmó el agente en declaraciones al rotativo.

Fue entonces cuando el agente concertó citas con periodistas y filtró los llamados narcocasetes que desconcertaron a Colombia el 20 de julio de 1994. Semanas después de que Ernesto Samper asumió, el 7 de agosto, Toft renunció a la DEA y denunció a Colombia como una narcodependencia.

En otro ámbito, el ex presidente López Michelsen dijo que una "salida digna" que se han buscado para que el actual mandatario deje el poder, sería fijar un plazo prudente para que el Congreso apruebe las reformas políticas que ayer presentó ante el Congreso.

"Si el propio presidente se fijara un plazo para sacar adelante ese programa y después retirarse, Colombia y sus instituciones, no menos que el propio presidente, tendrían mucho que ganar", subrayó Michelsen en declaraciones al periódico El Tiempo.

Según el ex presidente, del oficialista Partido Liberal, con las reformas aprobadas Samper podría dejar el poder por voluntad propia porque "ningún político se retira bajo fuego ni cuando sus enemigos se lo piden".

En otro orden, el gobierno del presidente de Venezuela, Rafael Caldera, reaccionó con irritación ante las acusaciones de Samper hechas ante el Congreso, al señalar que la guerrilla y los grupos narcotraficantes se surten de armas provenientes de Venezuela, vendidas por miembros de las fuerzas armadas o cambiadas por droga.

Ante esto, el canciller venezolano Miguel Angel Burelli pidió al gobierno colombiano formalizar las acusaciones , "suficientemente graves para que sea una simple referencia", y el ministro de la Presidencia, Asdrúbal Aguiar, solicitó al embajador colombiano en Caracas, Sebastián Aleggrett, la elaboración de un informe oficial acerca de estos planteamientos.

En otro orden, cinco personas murieron y siete resultaron heridas en un ataque de presuntos guerrilleros a un autobús que se dirigía de la ciudad de Arauca, departamento del mismo nombre, a Santafé de Bogotá. En la zona actúa el Ejército de Liberación Nacional.

Mientras, una protesta de campesinos en el departamento de Guaviare por las medidas antridrogas en la región por parte del gobierno degeneró en violencia cuando tropas del ejército repelieron con gases lacrimógenos un intento de los campesinos por romper un cordón militar para marchar hacia el poblado de San José, con saldo de 12 heridos.