La Jornada 26 de julio de 1996

El desarrollo urbano del DF, en pugna con el económico

Víctor Ballinas, Alonso Urrutia y Gustavo Castillo De cara al final del milenio, la ciudad de México discute el replanteamiento de su desarrollo urbano. Con el reconocimiento oficial de la inoperancia de los programas vigentes, en la urbe coexisten altos niveles de contaminación, transporte deficiente, inequitativa distribución demográfica, insuficiencia de viviendas, segregación social e insuficientes alternativas a la población para mejorar su calidad de vida.

En la discusión, según consideraciones del gobierno capitalino, se aspira a corregir los desfasamientos generados por el crecimiento anárquico expresado en asentamientos irregulares en zonas de reserva ecológica, que contrastan con la expulsión poblacional de las delegaciones centrales con elevados niveles de infraestructura, para dar paso a los comercios y servicios que, con su potencial económico por delante, han desplazado a los sectores populares.

Una vez aprobado el Programa General de Desarrollo Urbano, está en puerta la aprobación de los planes delegacionales, los que más directamente inciden en las comunidades. La consulta pública fue ampliada por las inconformidades del limitado tiempo que se tuvo para su discusión.

En las consultas que se realizan en cada demarcación la duda recurrente es el impacto que tendrá ya sea la redensificación de delegaciones urbanizadas, el impulso al poblamiento en otras o, también, los proyectos de desarrollo económico y comercial.

Dicha situación obligó al gobierno capitalino a ampliar un mes más los plazos de consulta de dichos programas, por la desinformación, ``manipuleo de las consultas'' y la decisión apresurada de que en una sola reunión se presentaran los 16 programas.

Si bien existe como una de las prioridades el repoblamiento de delegaciones centrales y el mejoramiento de la calidad de vida de la población, como objetivo de los programas, también consideran tener mayor compatibilidad entre las zonas habitacionales y el desarrollo económico. Los planes que se proponen deberán ser aprobados por los consejeros delegacionales.

Con una proyección de crecimiento limitada para los próximos tres años --apenas 200 mil habitantes más para el DF, según el diagnóstico del gobierno capitalino--, una de las preocupaciones oficiales es reaprovechar la infraestructura instalada revirtiendo las acentuadas tendencias de expulsión demográfica que han registrado la delegaciones centrales de la ciudad, lo cual disminuiría las fuertes presiones demográficas que tiene el área conurbada.

Dentro de las proyecciones gubernamentales para los próximos años, el Departamento del Distrito Federal establece que prácticamente toda la delegación Benito Juárez tiene un alto grado de potencial de reciclamiento.

Aunque en menor medida pero con un importante grado de potencial de reciclamiento se encuentran Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Azcapotzalco y Gustavo A Madero, cuyos altos niveles de infraestructura permitirán el reciclamiento del suelo, si bien en Iztapalapa y Alvaro Obregón se considera la necesidad de mejoramiento en zonas habitacionales de bajos ingresos.

En este contexto, en los próximos años la construcción de nueva infraestructura en las delegaciones de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, serán consideradas como de alta prioridad, en tanto que Iztapalapa, Cuajimalpa y Contreras serán delegaciones que le sigan en importancia.

Otro ámbito que abarcan los nuevos programas de desarrollo urbano es la elevación de la calidad de vida, medida en términos de niveles socieconómicos, calidad de vivienda y de servicios. En este ámbito, cuatro delegaciones tendrán, en el programa, la máxima prioridad gubernamental: Iztapalapa, Xochimilco, Milpa Alta y Contreras.

El desarrollo econónomico tiene una mayor inserción tanto en el conjunto de la política urbana como en el diseño de los planes delegacionales, pues en el pasado hubo protestas constantes de la población en contra de los megaproyectos o el acentuado crecimiento de la inversión inmobiliaria en el sexenio pasado




Con el objetivo de evitar la expansión irregular de la mancha urbana sobre las zonas de conservación ecológica, el gobierno de la ciudad propuso a consulta pública que se permita establecer en las delegaciones rurales pistas de patinaje, estaciones de transferencia de basura, oficinas de gobierno, rastros y frigoríficos, extracción del material orgánico, depósitos de combustible, clubes de golf, clubes campestres, agroindustrias e helipuertos.

En los programas delegaciones de Xochimilco, Tlalpan, Milpa Alta, Cuajimalpa, Magdalena Contreras y Tláhuac, que son las jurisdicciones consideradas como rurales el gobierno de la ciudad, puso a consideración de la población su propuesta de reordenación urbana que considera revalorar el suelo rural con objeto de que a la población le sea más atractivo trabajar sus tierras que deshacerse de ellas, como hoy ocurre.

Actualmente, en estas jurisdicciones se cuenta con una desigual distribución de servicios: mientras las áreas verdes son las que están mejor atendidas, las instalaciones de cultura están por debajo de la media delegacional, y aunque en todas esas demarcaciones se cuenta con planteles educativos, la atención es desequilibrada, y en cuatros de ellas no se atiende al ciento por ciento de la población en edad escolar.

La calidad de vida de la poblacion rural, es la más castigada, pues mientras en las delegaciones centrales y las urbanizadas se cuenta con clínicas y médicos sumamente concentrados, en el área rural se tiene dispersión de los servicios médicos, que son atendidos exclusivamente por los servicios de salud del gobierno de la ciudad, y que en tres delegaciones esos servicios apenas cubren el 50 por ciento de la población.

Estas juridicciones, donde se producen los alimentos de la ciudad y donde se ubican las tierras que sirven como cinturón verde a la ciudad, el Programa General de Desarrollo las identifica como las de prioridad uno y prioridad dos de atención en cuanto a equipamiento y calidad de vida se refiere.

Justifica el Departamento del Distrito Federal en su propuesta de Programas Delegacionales de Desarrollo Urbano que con objeto de disminuir la presión de las invasiones a esas zonas de la ciudad que resultan de vital importancia para la recarga de los acuíferos, como zona de amortiguamiento de tolvaneras y zona purificadora de aire, se proponen programas de desarrollo sustentable.

En estas seis delegaciones, que representan más del 50 por ciento de la supericie de la ciudad, vive el 18.5 por ciento de la población, y en su mayor parte son habitantes que viven del campo, de la producción forestal, de las artesanías y la venta de comida tradicional.

Entre los usos del suelo que se ponen a consideración de la población, para la zona rural, se encuentran además estacionamientos públicos, canchas deportivas, billares, boliches, encierro de fauna silvestre, centros de adiestramiento, museos, zoológicos, pistas de equitación, lienzos charros, y la explotación de materia orgánica.