En Oventic, ultras y reformistas nacionalistas e internacionalistas
Hermann Bellinghausen, enviado, San Cristóbal de las Casas, Chis., 26 de julio A unas horas de que dé inicio el Encuentro Intergaláctico en las montañas del Sureste Mexicano, la situación en la ciudad coleta es bastante complicada, como cabía esperar. Por lo pronto, no hay hoteles, y menos cuartos en posadas y vecindades de renta.
San Cristóbal está lleno de turistas del tipo habitual: mochila y sleeping bag, ansioso de una hamaca y de moverse hacia territorios mayas. Nada más que los de ahora traen otra historia, y vienen a otra historia. Su meta no es Bonampak o Toniná, sino Oventic y el ejido Morelia, y vienen a dar varias peleas. Una contra el neoliberalismo, otra con los policías migratorios acantonados en la llamada zona de conflicto.
La espada en prenda, en Oventic.
Foto: Duilio Rodríguez
Algunos traen en la mochila sus diferencias de allá, porque de ultras y reformistas están llenas las viñas del Señor, de nacionalistas, internacionalistas y los que ni una ni otra cosa y contra todo, Refundación Comunista y los Centros Sociales, la Italia del norte y la del sur, los franceses comunistas, los anarquistas, la ultra más acalorada y ya se anuncian los pasos de madame Mitterrand.
Comités de Solidaridad de todos los colores, los de Chicago que tienen allá su Aguascalientes, los uruguayos que se la han pasado allá hablando de Chiapas y los zapatistas entre mate y mate, y de pronto aquí están, ya recorrieron las montañas de Zinacantán, descubriendo Chiapas de carne y hueso.
No el sueño solamente, que ha permitido anunciar L'internacionale della Speranza Contra L'internacionale del Denuro. También los indios descalzos y analfabetas, con o sin traje de ellos están por conocer aún a los del pasamontañas, los indígenas de más adentro. Eso ven el escritor Eduardo Galeano y una breve mujer bretona que se presenta como ``indígena'' del mundo. Eso no ven todavía.
La curiosidad se sobrepone a los sobresaltos y San Cristóbal recibe una veracidad de prensa electrónica y escrita que, a medias Olimpiadas de Atlanta y con toda clase de escollos en los caminos de México, tiene su mérito.
Nadie sabe bien a bien qué esperar. Ni siquiera los que ya han estado antes, como periodistas, como campamenteros, como solidarios de diverso tenor. La banda hard-core Rage Against the Machine de Estados Unidos quizás no espere lo mismo que los ocupas de Cataluña o París, pero lo esperan con curiosidad equivalente, con el repelente y un foco de pilas y sus desinfectantes de agua en la mochila.La terrible picaresca de lo inexplicable detiene en la ciudad de México a la mayor parte de la delegación estadunidense, pues ayer se suspendieron los vuelos de Aviacsa. Entre 7 y 12 camiones con destino al Encuentro están varados en algún lugar de Oaxaca porque hay un plantón de la COCEI y el FAC-MLN. Se trata de los Comités Civiles de Diálogo del Distrito Federal, de la delegación argentina más o menos completa y un número indeterminado de invitados y participantes de diversa nacionalidad.
Los españoles parecen animados en los jardines del Centro Don Bosco, donde se realiza la elaborada acreditación de los participantes. En las casitas de un extremo, los mexicanos. En las de más afuera, los extranjeros.
Un grupo de brasileños se las ve con el temario del intergaláctico, desplegado en un periódico mural en el cobertizo del Don Bosco, y por ahí han de andar los veintitantos griegos y la gente de Euskadi, que tiende a diferenciarse de la delegación española en proporción directa a la complicación de sus avatares migratorios.
La izquierda es igual en todas partes. Aquí hay unos que se saludan mucho y se dan de besos del encuentro, y otros que ni se saludan. ``Y ese, qué hace aquí?'', hay quien se pregunta, consternado.
El happening global vela armas en la incertidumbre. Mañana la inauguración, en Oventic. Y luego, el viaje a los Aguascalientes. Cuántos de éstos son viajantes pobretones, que se pagaron avión, hotel y cuota rascando el monedero. Por venir a conocer a los zapatistas.
Los hay que llevan dos años y pico leyendo comunicados, buceando en Internet en pos de noticias zapatistas. Están aquí los traductores al francés, italiano, alemán, japonés, inglés, portugués, griego, danés, de las historias del viejo Antonio, de las cuatro declaraciones de la selva Lacandona. Se encuentran aquí los actores de marchas, plantones y tocadas diciendo Ya basta! en Roma y Berlín, Buenos Aires, París y Tokio. Los espectadores de la videografía zapatista que circula en Bélgica, Chile y la vieja Yugoslavia.
Los que andan en alguna parte de este sueño. Los que salieron del naufragio. Alaine Touraine dicen que viene, y también las marginalidades diversas de la Europa Occidental. Ponencias de Noam Chomsky y John Berger.
A cubrir el evento, la plana mayor de Il Manifesto y el Canal Arte de Francia, agencias al por mayor, New York Times y Washington Post, The Economist y Libération.
Cuántos espacios de la marginalidad internacional reciben atención y el beneficio de la curiosidad de la prensa dominante?Qué van a topar? Para muchos, será la prueba de la realidad. El ``hombre nuevo'' que radica en la selva, tal cual, aún en formación, imperfecto y contradictorio como buen hijo del maíz. Gente cualquiera, como toda, indios, que llaman a mandar obedeciendo y renuncian a todo para ganar.
Descubrirán que los tzotziles, tzeltales, choles y tojolabales que les hicieron venir son pequeños y pobres, sabios e ignorantes, tan inconclusos como ellos, los canadienses, irlandeses, nicaragenses y suizos que le buscan por dónde y van y vienen alegremente en la oscuridad.
Mientras tanto, los comerciantes coletos viven sus propias contradicciones. Los zapatistas llenan una vez más de invitados la ciudad, y traen lo más parecido a divisas que se puede esperar. La lucha territorial en San Cristóbal está desatada. Los taxistas chamulas, los comerciantes del mercado, los expulsados que invaden terrenos, las fuerzas vivas que de ahí los quieren expulsar. Una ciudad sitiada, con bloqueos un día sí y un día no, recibe a los mil 600 extranjeros y no se sabe aún cuántos mexicanos listos para zarpar en las cinco direcciones de Aguascalientes. ``Un desvanecimiento de perfumes y razas'' (porque siempre se aparece Neruda).
(Y de pilón, una breve fe de erratas. En la nota del 5 de julio de este enviado se lee que en la fiesta de Oventic, durante el Foro Nacional Indígena, había ``tropas de Bochil, San Andrés, Magalenas, Chenalhó, Chamula, El Bosque y hasta Huistán''. Debía decir ropas, cosa de huipiles nada más. Tropas, no había de ninguna ese día).