La Jornada 27 de julio de 1996

Clasifica en plataforma la clavadista María José Alcalá

Jorge Sepúlveda Marín, enviado Atlanta, 26 de julio Al inicio de las eliminatorias olímpicas en la plataforma de clavados, parecía estarse viendo en varios casos a novatas, sin experiencia, aunque desde luego las grandes favoritas llegadas de oriente, de Europa y de aquí mismo, no tuvieron problemas para dejar en claro, desde el primer momento, que no están dispuestas a perder su supremacía.

La clavadista mexicana Marijosé Alcalá tuvo un inicio lento. Su primer clavado de tres vueltas y media al frente en posición B, definitivamente no fue de mejor calidad, por lo que obtuvo calificaciones de 3.0 hasta 6.0, lo que de inmediato debió preocuparle, ya que al final de esa primera ronda, terminó en el sitio 20, alejada dos casillas de lo requerido para mañana seguir tirando y pasar a las finales.

El Acuatic Center lució lleno, y como una fortaleza, por la esporádica presencia de Bill Clinton, presidente de esta nación.

Para la segunda ronda, la mexicana tenía preparado un clavado de dos y media vueltas hacia atrás, en B, que tampoco le rindió las resultados esperados en cuanto a la puntuación, aunque las malas actuaciones del resto de las participantes sirvieron para que terminara en esa ocasión ya en el sitio 18, frontera entre quedar fuera y seguir.

La porra de la mexicana fue abundante. Básicamente se trataba de atletas aún a la espera de tener acción, y los menos, quienes ya partirán. Obviamente cuando las estadunidenses Clark y Ruehl tiraban sus clavados de excelente hechura, sin levantar agua, el público enloquecía. También a las chinas de les brindaba un aplauso.

Ya más confiada, Alcalá inició la tercera ejecución con un dos y media vueltas invertido, que al menos ya alcanzó mejores evaluaciones. La magia de los binoculares ofrecían un acercamiento inusual, para descubrir los gestos faciales al final de cada una de las actuaciones. Enojándose al salir del agua y luego contenta cuando estimó suficiente el esfuerzo.

Tiró en la cuarta oportunidad un clavado hacia atrás, con uno y medio giros y dos y media vueltas; en otras palabras retorció todo el cuerpo y luego lo hacía girar. Bajó un poco en las puntuaciones, pero subió de posición. Ya estaba 15.

Y para terminar, una figura hacia adelante con dos y media vueltas, que fue el que mejores dividendos le dio y la llevó hasta la seguridad del sitio 13.

Renuente a hablar al final de las sesiones, sólo dijo que la prueba había sido muy disputada, señal de que mañana cuando ya soló busque una calificación rumbo a las finales, nada fácil resultarán, porque en verdad que gente como las chinas Mingxia Fu y Jingjing Guo, o la estadunidenses Becky Ruehl y ni qué decir de la alemana Annika Walter, cuyos nombres aparecen en la lista final entre las primeras seis, van a ser verdaderas piezas de joyería acuática, difíciles de igualar. ``Yo hice mi mejor esfuerzo'', se concretó a decir y ``mañana lo volveré a hacer''.