Diversos investigadores y ecologistas de Estados Unidos y Canadá se congratularon recientemente al confirmar que fueron exagerados los datos sobre la mortandad que la nieve causó a las mariposas monarca durante su última invernación en los bosques de oyamel de los estados de Michoacán y México. No murieron 20 millones, como afirmaron categóricos algunos, sino muchísimas menos, cerca de un millón.
Las declaraciones alarmistas motivaron la cancelación de la tercera parte de los grupos norteamericanos programados para visitar el área, afectando gravemente los ingresos de los pobladores que atienden a los turistas, y aumentando así la presión sobre los recursos naturales. Por otra parte, se divulga información veraz y nada alentadora de prominentes científicos: la mariposa dorada (así la llamaron los aztecas) no sólo enfrenta problemas en México por la deforestación, sino también en Estados Unidos y Canadá.
La monarca constituye un fenómeno biológico ejemplar al protagonizar uno de los movimientos migratorios más largos del mundo. Para evitar el frío extremo del norte del continente, migra al sur donde permanece de fines de octubre a principios de marzo, para luego emprender su retorno. La monarca se reproduce en verano, apovechando los tallos, las hojas y las inflorescencias de por lo menos 21 especies de plantas conocidas como algodoncillo (asclepiadaceae) donde pone cientos de huevecillos que en pocos días se convierten en larvas que se alimentan de las hojas del algodoncillo, luego en crisálida y, un mes después, en mariposas listas para aparearse e iniciar un nuevo ciclo.
El doctor Gary Ross, estudioso de la migración de la monarca, se muestra alarmado porque descubrió que había poquísimas evidencias de ellas en algodoncillos muestreados en una zona del sureste de Luisiana, donde suelen abundar. Sólo vio dos ejemplares, cuando suele hallar decenas. Otros reportes de varias áreas rurales de Estados Unidos y Canadá muestran resultados similares. El entomólogo Orley Taylor afirma que las mariposas enfrentaron en marzo último condiciones desfavorables al pasar rumbo al norte por la zona árida de Texas. Mientras el investigador Lincoln Brower, de la Universidad de Florida, opina que este año puede ocurrir la migración más baja de los últimos tiempos.
Los expertos aseguran que la fría primavera anterior influyó en el lento crecimiento de las especies de algodoncillo y otras flores silvestres cargadas de néctar que sirven de alimento a la mariposa. Pero sólo a fines de agosto podrán calcular cuántos ejemplares lograron sobrevivir a las condiciones adversas que enfrentaron. Como anota el doctor Brower, el sistema de navegación de las monarcas es más complejo que cualquier otro que los humanos hayan hecho, y el conocimiento básico para comprender dicho mecanismo puede desaparecer si varían las condiciones que caracterizan la ruta migratoria que se extiende por miles de kilómetros de América del Norte.
La mayoría de los científicos y ecologistas coincide en que el futuro del lepidóptero no depende sólo de problemas naturales. Más bien, la preocupación se centra en saber si hay la capacidad de proteger los bosques y demás vegetación que sirve de albergue y alimentación a la mariposa, y crear nuevas reservas que estén a cargo de comuneros, ejidatarios y productores privados conscientes de la importancia y el potencial que representa la monarca y los recursos locales para alentar nuevas actividades económicas que ayuden a superar el atraso del oriente de Michoacán. Igualmente, de nuestra capacidad social de implantar tecnologías productivas alternas que terminen con la amenza de los agroquímicos aplicados en los campos de cultivo de Estados Unidos y Canadá por donde periódicamente va la mariposa.
Este jueves, funcionarios del más alto nivel, investigadores y organizaciones ciudadanas, se reúnen en Toronto para examinar algunos aspectos de la agenda ambiental que comparten Canadá, México y Estados Unidos. La monarca será un tema a tratar. Al respecto, en vez de la propuesta de comprar los terrenos de la actual reserva (con todo y campesinos?) donde inverna la mariposa, se plantean otras más promisorias y viables. Proponen en lo fundamental, la diversificación agropecuaria en áreas con vocación para ello; ampliar la gama de servicios turísticos; integrar la industrialización de productos primarios; establecer programas de manejo agrosilvícola, y aprovechar la geotermia de la zona.
En todo ello, no debe olvidarse que los problemas claves que ponen en peligro la existencia de la mariposa se solucionan en la medida en que los moradores de los lugares donde ésta llega, participen realmente en la gestión y establecimiento de los proyectos citados, creando así empleo y fuentes de ingreso que los beneficia y los coloca en el centro del esfuerzo internacional por conservar los recursos y lograr el desarrollo regional. Y para que el hombre siga conviviendo, como lo ha hecho por miles de años, con esa inigualable y ejemplar viajera que es la monarca.