La Jornada 30 de julio de 1996

Pese al discurso oficial, el sistema quedará en manos de las grandes empresas, señala el investigador Jorge Legorreta

Los microbuseros que sólo tienen una o dos unidades no podrán cumplir con los requisitos que establece la Ley del Transporte para convertirse en empresarios, y ``va a pasar lo que advertimos en público en los foros de transporte: que sólo las grandes empresas van a operar el transporte en la ciudad, y los microempresarios, o pequeños empresarios, van a convertirse en empleados de los grandes consorcios'', señala en entrevista Jorge Legorreta, investigador y experto en el tema del transporte.

Ahora ``vemos que los grandes empresarios --los carroceros, las armadoras, inversionistas del transporte-- se van a asociar, pero veo muy difícil una asociacion perdurable. No es lógico ni resulta creíble que el propietario de un microbusero se asocie con quien tiene 100 o más concesiones, y mucho menos con una empresa, eso no es cierto, pues la operación del transporte no es un club de servicios, es un negocio'', asevera.

El también urbanista e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) sostiene que ``el año que entra en la ciudad estaremos viendo los nuevos pulpos del transporte, los nuevos consorcios, porque aunque la ley y el discurso oficial lo prohíbe, sí se prevé el surgimiento de monopolios''.

Legorreta, quien ha escritos varios libros sobre transporte y contaminación, y sobre todo en torno a la situación del transporte en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, sostiene que la propia lógica económica, ``las desprotecciones y el desamparo en que se encuentra la pequeña empresa y el pequeño propietario, hacen que el sistema vaya a ser operado por los grandes consorcios''. También se espera que en el mediano plazo se forme un nuevo consorcio de transporte que agrupe los intereses de los microbuseros, de los ex trabajadores de Ruta 100, de los nuevos empresarios, ``y eso no es malo, porque es mejor planificar un servicio con un solo mando que tratar el problema con cinco o seis mandos''

Apunta que el monopolio hace daño a los pequeños empresarios, pero no necesariamente provoca un caos en el sistema, porque ``es más fácil la planificación con una sola empresa que hablar con 20''

La constitución en empresas, explica, ``ha resultado una fuerte presión para todos los microbuseros que ven con mucho riesgo formar parte de este programa de modernización del transporte. El programa de microbuses interrumpió su proceso natural, todavía no es tiempo de que se cambien a autobises; el mercado aún no exige ese paso, y se tienen además más riesgos al pasar de microbuses a autobuses''.

Sin embargo, destaca el investigador, esta modernización, igual que las anteriores, ``no va al fondo del problema, pues no resuleve el predominio del uso del transporte individual sobre el colectivo. Sabemos que los autos particulares ocupan 10 veces más suelo que el transporte público, y sólo se dedica a sustituir parque vehícular viejo por otro nuevo''. La política de modernización que está instrumentado el DDF es limitada, ``pues deja intactas las estrcturas de la transportación, y no cuenta con una visión integral y de conjunto, más bien parece que el gobierno quiere deshacerse del problema que le provocan los transportitas, que se han convertido en un poder político''.

``La modernización podría acabar con el poder político de los cacicazgos que se generaron alrededor del transporte, pues el gobierno ahora ya no los necesita, pero crearía un poder económico muy fuerte, fomentando así el cacicazgo económico'', dijo.