Aprobó México 66 sobrevuelos de EU
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 30 de julio El Grupo de Contacto de Alto Nivel de México y Estados Unidos para el Control de Drogas se reunió en esta capital para discutir los esfuerzos de reducción de demanda de narcóticos, un documento de estrategia conjunta, una evaluación crítica del uso de estadísticas estadunidense sobre las drogas en el vecino país, el tráfico ilegal de armas de Estados Unidos a México y, según fuentes estadunidenses, el tema de los sobrevuelos del territorio mexicano por parte de aviones antinarcóticos estadunidenses.
Que el tema de la reducción de consumo fuera definida por ambos gobiernos como una primera prioridad de este encuentro fue, parece, un logro de la delegación mexicana, que ha estado pidiendo por años que el gobierno estadunidense subraye más este aspecto como parte de la discusión bilateral.
Por otro lado, el Departamento de Estado informó en una carta enviada al senador Jesse Helms, cuya copia obtuvo La Jornada, que ``en torno a sobrevuelos, el gobierno de México ha sido muy receptivo al aprobar solicitudes de permiso de aeronaves de Estados Unidos en misiones contranarcóticos''. La cancillería estadunidense indicó que México ha aprobado 66 de 68 solicitudes estadunidenses para sobrevuelos, incluso ``esas solicitudes hechas con muy poco (tiempo de) aviso''. Asimismo, funcionarios de México y Estados Unidos debieron responder hoy a una nota aparecida en primera plana de The Washington Post, que citó a un ex agente federal mexicano, quien aseguró que la lucha antinarcóticos de su gobierno es ``sólo una actuación''.
Según fuentes del gobierno del presidente Bill Clinton, la sesión de este día del Grupo de Contacto fue dedicada a la revisión de borradores de un documento de estrategia conjunta contra la droga. Cada parte tuvo oportunidad de hacer tres presentaciones y comentar sobre el punto de vista ofrecido por el otro lado. Ambos gobiernos presentaron un paquete de documentos elaborados para presentar iniciativas y diagnósticos, con el propósito de avanzar hacia la elaboración de una serie de documentos de diagnóstico conjunto y una estrategia común.
Gran parte de la discusión giró en torno a esfuerzos para reducir la demanda de droga con amplio comentario de los esfuerzos estadunidenses del zar antidrogas, Barry McCaffrey, y del procurador general Antonio Lozano Gracia, quien junto con el canciller José Angel Gurría encabezó la delegación mexicana en la reunión con sus contrapartes estadunidenses.
Durante una conferencia de prensa antes de la sesión matutina, McCaffrey citó en castellano los puntos generales de la agenda: primero, el consumo, que es una de las raíces de ese problema. Segundo, el poder de los cárteles. Tercero, la corrupción que es fomentada por el narcotráfico. El general retirado añadió más tarde que ``nuestro enfoque principal es sobre la reducción del consumo doméstico''. Por su parte, Gurría dijo que ``la cooperación en materia de drogas entre México y los Estados Unidos nunca ha sido mejor''. Pero en el mismo evento Lozano Gracia debió responder a las versiones del ex agente judicial Ricardo Cordero Ontiveros, publicadas hoy en The Washington Post, según las cuales la PGR vende plazas. ``Por supuesto que no'', respondió Lozano. ``Insisto, me parece que no se puede basar un juicio en las expresiones de una persona que se ha dado de baja como judicial federal''.
Por su parte, Nicholas Burns, vocero del Departamento de Estado, admitió que en México la lucha contra las drogas está afectada por la corrupción, pero que Zedillo ha hecho ``grandes progresos'' en la represión del narcotráfico, ``al igual que contra la corrupción en general'', declaró al responder a las declaraciones de Cordero Ontiveros.
En las sesiones de hoy, funcionarios estadunidenses comentaron que un enfoque particular de las discusiones fue cómo precisar y fundamentar el uso de estadísticas sobre el flujo de drogas, un punto de particular interés para México ya que ha criticado las estadísticas estadunidenses sobre las dimensiones del narcotráfico en el país vecino, en particular la repetida aseveración de que es la fuente de 70 por ciento de la cocaína que ingresa a Estados Unidos, cifra que funcionarios estadunidenses reconocen como ``imprecisa''.
Pero el tema de los sobrevuelos, que hoy provocó un amplio intercambio entre las delegaciones, aún es muy sensible porque hay interés estadunidense para que México haga un anuncio público sobre esta forma de cooperación. En los últimos meses el tema ha provocado una serie de declaraciones confusas de ambos gobiernos. Hace unos meses, el subsecretario del Tesoro, Lawrence Summers, declaró que México había concedido permiso pleno para los sobrevuelos durante un periodo de 15 días. Preguntado sobre esta declaración días después, otro funcionario del Tesoro dijo que existía un ``permiso pleno de sobrevuelo pero sobre una base de caso por caso''. Gurría declaró la semana pasada que que no hay permisos especiales para aeronaves extranjeras en persecución de narcotraficantes, ya que los gobiernos necesitan pedir permiso con anticipación sobre cada caso.