Prevalece el optimismo, pero ``habrá mucho ruido''.De esta manera se describió en los altos niveles del gobierno federal lo que se espera que resulte del periodo extraordinario de sesiones que ayer se inició formalmente, pero que tendrá hoy su primera sesión de trabajo.
El ruido puede llegar a tal grado que inclusive la primera reunión de trabajo podría suspenderse o postergarse, debido a las posiciones irreductibles que parecen haber asumido algunas de las partes negociadoras, a pesar de los llamados procedentes de todos los rumbos del país para que concreten esta reforma, que desde antes de ser aprobada ya se puede considerar la más trascendente del México contemporáneo.
El hecho de que el gobierno federal ya no esté representado en el IFE, que los conflictos electorales sean en adelante materia de la Suprema Corte de Justicia, que el financiamiento sea mayoritariamente oficial y que se acabe el sistema de partido dominante serán cambios que acrediten la importancia de las modificaciones que están en proceso.Se puede decir con justicia que estos cambios se igualan o superan a la reforma que impulsó el entonces secretario de Gobernación Jesús Reyes Heroles para que se estableciera en México el sistema de representación proporcional, es decir, cuando aparecieron los ``diputados de partido'' y se crearon las bases para un sistema político plural.En cuanto quede lista las nueva reforma, el pluralismo estará consolidado y se alejará el temido riesgo del bipartidismo. Tal vez por ello hay todavía resistencias de quienes desearían ver en México un sistema político a imagen y semejanza de Estados Unidos.
Pero eso ya no será posible. Si bien se acaban las posibilidades de un partido hegemónico, como lo fue el PRI durante un largo periodo, también se diluyen las condiciones para que una segunda fuerza electoral borre a las organizaciones minoritarias del panorama político. En adelante, como ocurre ahora, los partidos ``grandes'' tendrán que tomar en cuenta para sus planes y alianzas a los minoritarios, a los que despectivamente se ha denominado la morralla, pues esos centavitos serán muy importantes para formar un capital.Por esos y otros muchos aspectos, más allá de los aspectos todavía en disputa se ha levantado un coro que pide concretar la reforma. De manera destacada se escuchó ayer la voz del presidente Ernesto Zedillo, pero fueron muchas otras las opiniones en favor de que los partidos depongan sus diferencias y pongan punto final a las iniciativas, que serán aprobadas seguramente sin cambios, aunque con ``mucho ruido''.
Unos ganan, otros pierden
Como ya se ha vuelto costumbre en los últimos meses, mientras siguen las discusiones acerca de la forma en que se ha de integrar el Consejo General del IFE y la manera en que se elegirá a su presidente y su director, este órgano electoral continúa normalmente sus actividades, en una demostración de que fue un acierto de la pasada reforma electoral crear un cuerpo profesional de funcionarios electorales.
A semejanza de lo que ocurre en los países con sistema parlamentario, en los cuales a veces no hay cabeza de gobierno, pero no por ello se suspenden las actividades oficiales, en el IFE las tareas no se han interrumpido y por ello está a punto de culminar una tarea que parecía de sumo riesgo político: la redistribución del país en 300 distritos electorales, conforme a las nuevas tendencias de distribución de sus habitantes. Se temía que el hecho de que unas entidades tuvieran más o menos distritos electorales se convirtiera en motivo de controversia, pero tales temores resultaron infundados.Hoy se efectuará una sesión extraordinaria del Consejo General del IFE, en la cual se aprobará la nueva distribución de los distritos electorales y la nueva conformación de las cinco circunscripciones plurinominales. En forma complementaria, se presentará el proyecto de redistribución del Distrito Federal en 40 distritos. Como se prevé, las elecciones de 1997 serán las últimas en las que el IFE tendrá bajo su responsabilidad unas elecciones locales, como serán ésas en las que se decidirá quién será el primer gobernador electo de esta entidad federativa. A partir del año 2000 entrará necesariamente en funciones un organismo local, responsable de las votaciones para gobernador, diputados o miembros de la Asamblea según se les denomine y eventualmente para delegados políticos. Como sucede en el resto del país, los comicios para presidente de la República, senadores y diputados federales seguirán bajo el control del IFE.
Monterrey por Durango
Algunos de los aspectos más relevantes de los cambios en materia de distritos electorales ya se conocen. Por ejemplo, era sabido y hoy se confirmará que el Distrito Federal dejará de ser la entidad con más representantes en la Cámara de Diputados. A la fecha son 40 los diputados por el Distrito Federal y a partir de las elecciones de 1997 serán 10 menos. Por el contrario, el estado de México será el que tendrá más diputados, con 36, dos más de los que actualmente lo representan. De todos los estados, el que aumentará en mayor proporción el número de diputados federales será Chiapas, pues a partir de 1997 tendrá tres nuevos distritos electorales federales y así su representación crecerá de nueve a 12. Pero ese no será el único cambio para Chiapas. A partir de los comicios de 1997 también pasará a formar parte de una nueva circunscripción plurinominal, pues se integrará a los estados de la vertiente del Golfo de México y de la península de Yucatán, que forman la tercera circunscripción, que tendrá su sede en Jalapa, que ya es actualmente lugar de residencia de una de las circunscripciones. Otro estado que cambia es Nuevo León, cuya capital, Monterrey, será ahora centro de la segunda circunscripción. Cuando se hizo la anterior división política, todavía vigente, una de las grandes sorpresas fue precisamente que la capital neoleonesa no fuera considerada. Durango, que era la sede de circunscripción, no sólo pierde esa condición, sino que cambia de vecinos, pues pasará a la primera, cuya sede será Guadalajara. Las restantes cabeceras de circunscripción plurinominal serán, como actualmente, el Distrito Federal y Toluca. Otro tema a tratarse en la asamblea extraordinaria del IFE es la asignación de recursos por concepto de financiamiento público a los partidos que obtuvieron recientemente su registro condicionado.