La Jornada 31 de julio de 1996

Sospechan en Atlanta de un guardia de seguridad

Ap, Afp, Ansa, Dpa, Efe y Reuter, Atlanta, 30 de julio Richard Jewell, el guardia de seguridad privada que descubrió y dio la voz de alerta sobre la bomba que estalló el fin de semana en el Parque del Centenario Olímpico, es uno de los sospechosos en la investigación policial, aseguraron fuentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) a medios de prensa locales.

En Washington, el presidente Bill Clinton hizo un nuevo llamado al Congreso a aprobar rápidamente un proyecto de ley antiterrorista, pero la reunión de una comisión bipartidista para discutir al respecto concluyó este martes sin acuerdo alguno.

Clinton valoró como ``muy constructivo'' el encuentro, al que asistió el secretario de la Presidencia, Leon Panetta, aunque el senador Larry Craig, jefe de la delegación republicana, dijo que si bien se pretende definir una iniciativa antes del receso del Congreso de octubre, ``nuestra meta es no precipitarnos''.

Un sondeo de USA Today/CNN encontró que 53 por ciento de los estadunidenses no se sienten intimidados y no cambiarán su modo de vida. El 51 por ciento estima ``muy posible'' y 42 por ciento como ``posible'' que se registre un nuevo atentado terrorista en el país, al tiempo que continuaron las falsas alarmas de bomba; hoy tocó el turno en el hotel de Atlanta donde se hospeda el equipo de basquetbol Dream Team III, y en el Rockefeller Center, en Nueva York, así como a un avión de USAir, que tuvo que volver a Filadelfia, poco después de haber despegado a Francfort.

Agentes federales revelaron al diario The Atlanta-Journal Constitution que tres milicianos de Alabama fueron interrogados en el marco de las investigaciones. El vocero del FBI, Paul Miller, sin dar precisiones, indicó que se sigue interrogando a varias personas, y la jefa de la policía de Atlanta, Beverly Harvard, señaló que habrá detenciones antes de que concluyan los Juegos Olímpicos.

La jefa de la policía del distrito de Fulton, Jacquelin Barret, no descartó que el atentado haya sido cometido por un ex trabajador de AT&T, y recordó que la telefónica ``hace poco despidió gente''. La bomba estalló en la base de una torre de iluminación de un escenario al aire libre del local de AT&T.

La atención de la jornada se centró en el agente de seguridad privada Richard Jewell, quien de ser considerado a lo largo del fin de semana como héroe por haber ubicado el lugar donde se encontraba la bomba, se convirtió en sospechoso.

La versión fue divulgada inicialmente por el Atlanta, al citar a investigadores federales. CNN, que interrumpió su programación para dar a conocer la noticia del diario, la confirmó con fuentes oficiales, lo mismo que la agencia Ap. ``Parece que es él, pero nadie ha sido arrestado y la investigación continúa'', dijo un funcionario federal a Ap.

Jewell, un blanco de 33 años, negó haber colocado la bomba, que mató a una persona e hirió a 111 en la madrugada del sábado, en el Parque del Centenario, reabierto hoy en medio de un gran dispositivo de seguridad. Jewell encontró la bomba minutos antes de que estallara lo que permitió que cientos de personas fueron alejadas del lugar de la explosión.

Afán protagónico

El Atlanta destacó que Jewell recibió adiestramiento en la desactivación de bombas cuando fue sub alguacil en un condado del nordeste del estado de Georgia, cargo al que renunció recientemente. Hasta el 21 de mayo pasado, fue guardia en el instituto técnico Piedmont en Demorest, Georgia, en donde se le planteó renunciar o ser despedido, informó la propia empresa.

Poco después de haberse presentado ``voluntariamente'' a declarar ante agentes del FBI, Jewell declaró a la prensa que ``yo no lo hice. No tengo nada que ver con esto'', y subrayó que el FBI lo interrogó en el marco de la investigación de todos los que trabajan en el parque. Horas después, su abogado, Watson Bryant, dijo que un agente del FBI ``dijo que Richard Jewell no es un sospechoso, no es un sujeto, no es un blanco (de la investigación)''.

Agentes del FBI analizan grabaciones de video que hicieron profesionales y aficionados poco antes de la explosión para determinar si Jewell fue quien colocó la bomba. Analizan además una llamada telefónica al servicio de emergencia, ya que un hombre llamó para advertir que en 30 minutos estallaría una bomba en el parque.

La interrogante que se ha hecho la policía es cómo pudo encontrar la bomba en poco tiempo, si en la llamada telefónica de advertencia no se precisó la ubicación exacta del explosivo; el parque tiene una superficie de 8.5 hectáreas.

Aunque el FBI no ha señalado oficialmente que Jewell no es sospechoso, John Douglas, perito del FBI en sicología comentó que ``en casos como éste debemos estar atentos a sospechosos que llamen la atención''

Desde el atentado han sido frecuentes las entrevistas que Jewell ha dado a la prensa, e incluso manifestó su deseo de estrechar la mano de Clinton, y se presentó esta mañana a la reapertura del parque, donde quiso ser fotografiado con la jefa de la policía; además, el domingo habló por teléfono al Atlanta para ser entrevistado.

``Siento tristeza porque hubo víctimas. Si me quedara solo un deseo, sería de que no hubiera víctimas'', dijo al Atlanta Jewell, empleado ahora de la empresa de seguridad Anthony Davis and Associates, que ofrece servicio a AT&T. Un vocero de esta compañía dijo que Jewell fue contratado por la empresa de seguridad Borg Warner para trabajar en la Villa Olímpica pero se le canceló el contrato, y añadió que Anthony Davis and Associates decidió emplearlo a petición del Comité Olímpico.

El Atlanta sostuvo, al citar a agentes federales, que tres integrantes de la milicia de los Gadsden Minutemen de Alabama fueron interrogados por el FBI. Uno de ellos, Derek Underwood, rubio de 24 años, explicó que fue interrogado porque se parecía a uno de los retratos robot elaborados por la policía en base a testimonios, pero resaltó que la policía corroboró que la noche del atentado estuvo en un bar, con amigos, en Alabama.

Los investigadores buscan también, añadió el diario, a los pasajeros de un automóvil con placas de Alabama, que fue visto por testigos cerca de la cabina telefónica de la que se cree se hizo la llamada de advertencia; uno de los pasajeros sería integrante de los Gasdden Minutemen, cuyo líder sostuvo que la bomba fue instalada por agentes federales para poder reprimir los derechos humanos de quienes, dijo, posean armas