La Jornada 1 de agosto de 1996

Drástica reforma al sistema de bienestar social, anuncia Clinton

Ap, Afp y Reuter, Washington, 31 de julio El presidente Bill Clinton anunció hoy que convertirá en ley una drástica reforma al sistema de bienestar social, que desde hace seis décadas garantiza asistencia federal irrestricta a los pobres y cuya modificación negaría toda asistencia pública a los indocumentados, entre otras medidas.

La iniciativa fue aprobada esta noche por la Cámara de Representantes por 328 votos a favor y 101 en contra, y se prevé que el Senado hará lo propio este jueves. El sistema de bienestar social (welfare) contiene 75 programas y su origen se remonta a la década de 1930, en tiempos del New Deal del presidente demócrata Franklin D. Roosevelt y su desarrollo a la década de los 60, durante la Gran Sociedad del también demócrata Lyndon B. Johnson.

De promulgar Clinton el proyecto, se pondría fin a una garantía de 61 años de asistencia para los pobres, limitaría los beneficios a sólo cinco años y requeriría que los beneficiarios trabajen después de los primeros dos años de recibir asistencia. Entre otras disposiciones, la iniciativa prevé que los estados administren sus propios programas de asistencia pública, niega la concesión de asistencia monetaria y cupones de alimentos a toda persona convicta a nivel federal por narcotráfico.

Prohíbe también a los que no sean ciudadanos estadunidenses, salvo los que hayan prestado servicios en las fuerzas armadas o no hayan trabajado ni pagado impuestos en los últimos diez años, a recibir asistencia monetaria ni cupones de alimentos. Prohíbe a los inmigrantes legales a recibir la mayor parte de los beneficios federales en los primeros cinco años de estancia en el país, y excluye a los indocumentados de recibir beneficios sociales federales, salvo en caso de emergencia médica. Los estados podrán negar los beneficios del programa de ayuda médica a los pobres (Medicaid) a los extranjeros que lleguen al país tras la firma de la ley.

Clinton ya vetó dos reformas al welfare aprobadas por el Congreso de mayoría republicana, pero en esta ocasión informó que convertirá la iniciativa en ley porque ``aunque contiene serias deficiencias... provee la oportunidad histórica de hacer que el bienestar social sea lo que se propuso ser inicialmente: una segunda oportunidad, no un medio de vida''.

En particular, Clinton fustigó la cláusula, muy popular entre los republicanos, que prohíbe gozar de los beneficios del welfare a los inmigrantes legales y dijo que buscará atenuarla. El mandatario estadunidense tomó la decisión durante una reunión de más de dos horas con miembros de su gabinete, tras lo cual recordó en conferencia de prensa que había prometido en su campaña de 1992, que realizaría la reforma al welfare y que es momento de ``cumplirla'', faltando tres meses para las elecciones presidenciales.

No obstante, los sectores liberales del Partido Demócrata criticaron la decisión de Clinton. El representante demócrata Charles Rangel, señaló que la medida del presidente ``va a arrojar a un millón de personas a la pobreza. Este es un proyecto político. No debe convertirse en ley'', mientras el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Richard Gephardt señaló que ``el proyecto republicano no es suficiente para ayudar y proteger a los niños vulnerables'', y se comprometió a hacer todo lo posible para mejorar el texto antes de que sea firmado por el mandatario.

Actualmente, 4 millones de adultos y 9 millones de niños (del cual un tercio son negros) tienen acceso a 75 programas del welfare. A las críticas se sumaron los grupos de defensa de los pobres, que señalaron que Clinton cedió a los republicanos en detrimento de los pobres. ``Esto dejará una mancha moral en su presidencia y en nuestro país que nunca se borrará'', aseguró la presidenta del Fondo para la Defensa de los Niños, Marian Wright Edelman, amiga de la primera dama del país.

Del lado republicano, el seguro rival de Clinton, el ex senador Bob Dole, calificó la decisión presidencial de ``un acto electorero'', aunque destacó que ``si bien no puedo aplaudir las razones que alientan las posiciones rápidamente cambiantes del presidente, lo felicito por finalmente sumarse a mis posiciones sobre bienestar social''.

Los republicanos aseguran que la iniciativa ahorrará unos 55 mil millones de dólares en seis años, pero según el Urban Institute, la consecuencia inmediata de la reforma será privar de recursos a 1.1 millón de niños. ``¿Cómo un presidente demócrata puede firmar esto?'', se preguntó este día el editorial del periódico The Washington Post, al señalar que el welfare fue obra de los demócratas y era muy popular en sectores de base de ese partido.

Sin embargo, el welfare ha sido objeto de las críticas de los republicanos y los sectores más conservadores de Estados Unidos.

Los especialistas indicaron que un tercer veto de Clinton a la reforma habría significado ``darle munición'' a Dole para las elecciones, porque el ex líder senatorial habría intentado denunciar a Clinton de ``izquierdista'' y de olvidar sus promesas electorales de 1992.