La Jornada 1 de agosto de 1996

Marijosé Alcalá y María Elena Romero no clasificaron

Rosalía A. Villanueva, enviada Es el último y el decisivo. No hay tiempo y es el momento. Ni qué pensar si porque le tocó el número 13 su suerte ya estaba echada. Marijosé Alcalá, con la cara tensa, se encamina a la tabla. Respira hondo. Se concentra. Levanta ambos brazos y sale disparada en ese vuelo como si fuera rehilete, pero un mínimo error --separar las piernas-- al momento de tocar el agua le quitó el punto definitivo para clasificarse. La mala racha siguió cuando fue eliminada la otra mexicana, María Elena Romero, en el trampolín de 3 metros.

Marijosé levanta el rostro y por más que se esfuerza en sonreír, su gesto es de dolor. Acepta la derrota y sólo da explicaciones que ella misma se cuestiona y responde al decir que la competencia fue difícil, que siempre peleó y le echó muchas ganas; si no ganó su clasificación, no es porque no haya querido, sino porque todas fueron ``constantes''.

Lo único que no quiso reconocer la veterana plataformista es que sus ejecuciones fueron de no tan buena calidad, como las del resto del grupo. El grado de dificultad era similar, pero la mexicana tuvo mayores problemas para resolverlo.

Pese a que reiteradamente señaló no ser una trampolinista de experiencia, la estudiante del último semestre de derecho habló de que aunque la gente no lo crea o no lo vea, el atleta da lo que tiene adentro y no se tira para fallar, sino para mejorar. "En esta ocasión salí con el corazón en la mano y traté de hacer bien las cosas, pero no se pudo", señaló Alcalá, quien era solicitada por una multitud de medios nacionales y extranjeros.

Ha pasado una hora. El Centro Acuático de Georgia está ocupado en su totalidad y apenas es mediodía. Marijosé ha logrado hasta la cuarta ronda calificaciones de sietes y sietes y medios en sus ejecuciones, y aunque sus clavados no han sido de los más espectaculares, éstos la han mantenido en la decimosegunda posición, la ansiada y última plaza que 18 competidoras buscaban para avanzar a la gran final nocturna.

Allí estaba la mexicana en la pelea, porque María Elena Romero, la diminuta clavadista, ya se había quedado desde hace mucho tiempo atrás y no había esperanza de que repuntara de las últimas posiciones. Pero Marijosé no, y quedaba la esperanza, ésa que se diluyó en fracciones de segundo cuando la mexicana, como es tradicional, falló su último clavado porque abrió ``un poquito'' las piernas, explicaría después, al quedarse a un punto de la calificación que le arrebató la canadiense Annie Pelletier en el puesto 12. Alcalá sumó 450.63 puntos y Romero, en la plaza 17, 440.19 unidades.

Al final, Marijosé declaró estar contenta y muy orgullosa de su actuación, pero que habría que ver hacia el futuro, seguir compitiendo y concluir su carrera de abogada. Para tratar de apaciguar las críticas, señaló que los resultados de los atletas mexicanos ``no son malos", y agregó: ''Tampoco para que se piense que nos tenemos que dar un balazo".