Cuál será el futuro de México?

Es muy difícil precisarlo, sobre todo ahora que se termina el milenio.

La población se ha multiplicado en forma alarmante. En 1930 había en la capital un millón de habitantes y en el país 15 millones. Hoy la capital tiene 22 millones y la nación más de 90. La desigualdad social también se ha multiplicado, y existen en la República 8 millones de indios marginados y más de 20 millones de desempleados.

Esta situación explosiva es fruto de la miseria y de la ignorancia. Es necesario recordar que en el siglo XVI don Vasco de Quiroga nunca dio limosnas, sino que enseñó oficios que hasta la fecha perduran como importantes fuentes de riqueza; también fundó hospitales donde los propios indios, en calidad de médicos expertos, curaban a los enfermos con hierbas medicinales.

En el México actual, los marginados para no morirse de hambre se vuelven ladrones y criminales, creando así un clima de inseguridad que se vuelve incontrolable.

Muchos otros intentan buscar un trabajo en Estados Unidos bajo condiciones cada vez más riesgosas, o deciden engrosar las filas del narcotráfico.

Los problemas son de tal magnitud que no se resolverán en dos o tres sexenios, sino en un tiempo mayor, siempre y cuando se multipliquen las escuelas, se funden nuevas fábricas, se cultive mejor la tierra y la ganadería, se paguen las deudas externas y se evite contraer otras.

Los avances en los medios de comunicación facilitarán un mayor alcance de la educación para lograr abatir la desigualdad que nos abruma, y que es una de las causas por las que México nunca ha tenido una verdadera democracia.