No ha aportado la fiscalía especial del caso Colosio pruebas contundentes contra Othón Cortés
Roberto Garduño y Juan Manuel Venegas Hay inconsistencias en las pruebas contra Othón Cortés Vázquez: tres testigos de la Fiscalía que cambiaron su declaración y 146 pruebas documentales (fotografías y videos) que más que perjudicarlo lo benefician. Y una evidencia indiscutible, según demuestran las imágenes: al momento en que Luis Donaldo Colosio recibe el segundo disparo en el abdomen, Othón que es diestroposa su mano derecha en el hombro del general Domiro Roberto García Reyes.
Faltan siete días para que venza el plazo en que el juez segundo de Distrito con sede en Toluca, estado de México, Mario Pardo Rebolledo, dicte sentencia al inculpado.
Hasta ahora la Fiscalía Especial no ha aportado nuevos elementos lo suficientemente contundentes para inculpar al hombre de 29 años que, entre llantos y desmayos ante el juez, ha jurado ``por su vida'' que a Lomas Taurinas asistió sólo como un militante más del PRI.
En el Informe Procesal sobre Othón la Fiscalía concluyó que en las declaraciones de éste ante el Ministerio Público, ``las mentiras encierran la presunción de que también es falso que sea inocente de la empresa delictiva que diera muerte'' al candidato priísta.
Desde el 28 de febrero de 1995 Pablo Chapa Bezanilla consideró que los instrumentos de prueba contra Othón eran suficientes para inculparlo de homicidio calificado por el apoyo que prestó a Mario Aburto. Pide 50 años de prisión.
Una prueba que refuerza la teoría del complot es un video donde Othón aparece conduciendo un automóvil Spirit gris donde Domiro García y dos tripulantes más se dirigieron del Hospital General de Tijuana al aeropuerto de esa ciudad la madrugada del 23 de marzo de 1994.
La ``cercanía'' entre el acusado y el general diplomado del Estado Mayor Presidencial es un hecho para la Fiscalía, que además cuenta con otro video grabado la noche del 23 de marzo en el hospital de Tijuana: allí se observa a un Othón ``moviéndose libremente'', con teléfono celular en mano, mientras transcurría la intervención quirúrgica.
Esos instrumentos de prueba son para el equipo de Chapa Bezanilla indicios irrefutables del complot en el que participó el priísta. No obstante, paralelamente aparecen las inconsistencias.
Othón declaró el 28 de febrero de 1995 que al presenciar cómo los ayudantes del candidato recogieron el cuerpo y lo subieron a una camioneta para trasladarlo al hospital, ``por iniciativa propia se dirigió hasta el nosocomio para ayudar en el control de acceso, ya que su interés era servir al PRI y a su candidato''.
Permaneció en el hospital. En varias ocasiones cruzó frente a las cámaras que grababan el hecho ``con la intención de aparecer en la televisión''. En sus manos portaba el celular que Teresa Pulido, funcionaria del PRI tijuanense, le entregó para que se comunicara con ella durante la visita de Colosio a Tijuana.
Pulido, quien contrataba a Othón Cortés para realizar trabajos en su despacho de contadores, declaró que el presunto segundo victimario del candidato no realizaba labores para ella.
La misma Pulido que se desempeñaba como pagadora de finanzas del PRI en su declaración ministerial negó que Cortés Vázquez estuviera trabajando el 23 de marzo para su partido.
Sin embargo, ante el juez aceptó tener como empleado a Othón. Es más, dijo que por su encargo éste realizó viajes a la ciudad de México antes del crimen.
En relación con la presencia de Othón en uno de los vehículos de Domiro, el procesado indicó que Leonel Ramírez, encargado por el general para organizar el convoy, le dio instrucciones para que manejara un Spirit color gris y llevara al jefe de seguridad de la campaña y dos hombres más al aeropuerto de Tijuana.
En tanto, la revelación de que el cuerpo del candidato cayó de frentelos dictámenes técnicos evidenciaron que fue materialmente imposible el giro del cuerpo de la víctima hizo concluir a la Fiscalía que hubo una segunda persona que disparó a Colosio.
Y Chapa presentó tres testigos para inculpar a Othón: Jorge Romero Romero, Jorge Amaral Muñoz y Belem Mackliz Romero viuda de Osuna. Los tres, según la Fiscalía, identificaron a ``un sujeto desconocido, portando arma de fuego'', al costado izquierdo de Colosio.
El primero dijo que observó al individuo apuntarle al candidato con un arma en el costado izquierdo. El segundo externó que la persona armada produjo el disparo ``diciendo en su lenguaje que vio un fogonazo''. Y la mujer señaló que el hombre se colocó (después del segundo disparo) frente al candidato empuñando un arma. Según la Procuraduría General de la República (PGR), los tres testigos señalaron a Othón Cortés Vázquez.
Esto se contradice con las actuaciones que obran en el expediente relativas a los careos procesales, donde quedó asentado que ninguno de los declarantes reconoció haberlo visto disparar.
Según la PGR, el 23 de marzo de 1994 Othón llegó a Lomas Taurinas a las 16 horas y se ubicó a ``una distancia de dos o tres metros de la camioneta habilitada como templete'' donde se realizó el mitin. El testimonio según las autoridades fue el siguiente: al finalizar el discurso del candidato, cuando ya abandonaban el lugar, Cortés Vázquez siguió a Colosio y se colocó en su costado izquierdo; en ese instante, según el indiciado, se escucharon dos detonaciones, pero él no se inclina, y cuando voltea observa que el sonorense estaba tirado y sangrando.
Los 27 videos y 180 fotografías que ubicaron a Othón cerca de Colosio son parte de los elementos de prueba que obran en el expediente. No obstante, en el momento del crimen el inculpado recargó su mano derecha en el hombro del general García Reyes, lo que se constituye como prueba irrefutable de que no accionó un arma con su mano derecha. Diversos exámenes indican que Othón no es ambidiestro. La Fiscalía remite los indicios de su participación en el asesinato a sus presuntos nexos con el jefe de seguridad del candidato. Ambos individuos han negado conocerse y menos haber establecido una relación de trabajo o amistosa.
El equipo de Chapa Bezanilla ha presentado distintas pruebas para inculpar a Othón Cortés: 12 son testimoniales; 130 documentales (videos, informes de la Policía Judicial Federal, fotografías, declaraciones ministeriales, informes de dependencias y documentos particulares); cinco pruebas periciales (criminalística, topografía, dibujo e ingeniería); una opinión técnica del Instituto de Física de la UNAM, que concluye la imposibilidad del giro; un dictamen del Servicio Médico Forense del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, que también incluye la imposibilidad del giro, y nueve inspecciones judiciales con nueve videos en el lugar de los hechos.