Aprueba el Senado por unanimidad la reforma electoral; subsisten dudas
Ismael Romero y Mireya Cuéllar Sin un acuerdo sobre cómo se elegirán los 32 senadores por representación proporcional y no romper el pacto federal y la representación paritaria, el Senado de la República avaló por unanimidad el paquete de reformas constitucionales en materia político-electoral.
Las inconformidades y dudas se quedaron en los pasillos; a los priístas les aplicaron los mecanismos tradicionales del consenso y el PRD se dio por satisfecho con una ``promesa política'' plasmada en los considerandos del dictamen. Así se salvaron las últimas reservas relacionadas con la forma de elección de los senadores de partido. Con 124 votos el pleno aprobó la minuta que enviaron los diputados.
Los senadores se presentaron al edificio de Xicoténcatl con la convicción de aprobar la reforma sin tener idea muchos de ellos de cómo serán designados los nuevos legisladores plurinominales. Sólo los perredistas insistían en ``amarrar'' por algún lado el compromiso de que en la ley secundaria (el Cofipe) se reglamentara la elección de tal manera que no se rompa el pacto federal y la representación paritaria.
Los perredistas lograron que en la página 42 del dictamen en los ``considerandos'' se insertara un documento titulado ``reserva de los senadores de la fracción parlamentaria del PRD respecto del dictamen de reforma constitucional en materia de integración del Senado''.
El documento perredista llama a legisladores de los otros partidos a rescatar el espíritu federalista y a comprometerse a que ``en la ley secundaria se establezca la obligación de integrar la lista nacional con un candidato por cada entidad federativa para evitar la sobrerrepresentación de algún estado y así el Senado siga siendo la institución garante del pacto federal''.
Entre los priístas había dudas respecto del tema de los 32 senadores de representación proporcional que a partir de 1997 se integrarán a la Cámara. Ricardo Monreal Avila pasó buena parte de la mañana explicándoles el alcance de la reforma. Algunos reclamos eran en el sentido de que el PRI está ``cediendo'' espacios de poder.
Les preocupaba la supuesta ruptura del pacto federal. Monreal respondió que no había tal porque los 32 senadores representarán a la nación en su conjunto y habrá tres por estado que garantizarán la representación igualitaria.
Sin embargo, admitió que no están del todo claros los mecanismos con los cuales se va a lograr que todas las entidades tengan igual número de senadores y no haya unas con cuatro y otras con siete, lo cual pondría en entredicho el pacto federal.
Los trabajos iniciaron a las 12 horas. Se dio por recibida la minuta y fue enviada a comisiones para su dictaminación. Mientras tanto se llamó a receso. A las 16:30 horas se reanudó la sesión para conocer el documento y votarlo.
El primero en subir a tribuna fue Amador Rodríguez Lozano, quien a nombre de las comisiones dictaminadoras dijo que culminaba un largo proceso de transformaciones y reformas que se han venido realizando a lo largo de las últimas décadas. Señaló que ahora deben quedar atrás actitudes y comportamientos que no contribuyen al ejercicio de la democracia: la descalificación, el improperio, la diatriba, el uso indebido de la representación social; las posiciones irreconciliables que evitan el acuerdo y propician el aislamiento.
Por acuerdo de las fracciones sólo harían uso de la tribuna los tres coordinadores parlamentarios. A Félix Salgado lo convencieron de que no subiera y entregó a la secretaría una carta de Heberto Castillofirmada también por Salgado, Ernesto Navarro y Héctor Sánchez para que le diera lectura. Con quien no pudieron fue con Irma Serrano, quien pese a las protestas y burlas del PAN subió a tribuna después de que la presidenta de la mesa directiva, Guadalupe Gómez Maganda, le dio la palabra argumentando que no pertenece a ningún grupo parlamentario.
Desde su curul Salgado Macedonio dejó en claro que su fracción votaría en favor de la reforma por tener la esperanza de que esto pueda resolver los múltiples problemas que aquejan a la nación. En la primera crítica que se hizo al dictamen por calificar la reforma como ``definitiva'', el perredista dijo que su partido no estaba de acuerdo porque ``hacen falta muchas cosas por integrar''.
Se leyó la carta de Heberto Castillo (quien se encuentra en Chiapas). En ella aclaró que su voto es a favor, pero manifestó su desacuerdo con tres aspectos del dictamen: la elección de los senadores plurinominales, el veto a los ex regentes para que gobiernen la capital y la limitación en el financimiento oficial a los partidos.
También reclamó porque en esta reforma se dejaron de lado las propuestas surgidas en la mesa de San Andrés Larráinzar. Sin embargo, al final de la sesión el pleno votó un punto de acuerdo comprometiéndose a que esas propuestas serán consideradas cuando se discutan las reformas constitucionales y legislativas que garanticen los derechos indígenas.
Héctor Sánchez, coordinador de los senadores perredistas, aclaró que Irma Serrano no pertenece a su fracción. Después criticó a Rodríguez Lozano por haber dicho que se inaugura una nueva etapa en donde los improperios, las diatribas y los insultos deben quedar atrás: ``Me preocupa que no se diga que en esta nueva era... se quede atrás la corrupción, el autoritarismo, la represión, los crímenes políticos. Esto es lo que necesita la sociedad''.
Reconoció los logros alcanzados, pero deploró la indiferencia mostrada en torno de propuestas de reforma para incluir el plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular, entre otras. Subrayó que si bien hay avances importantes, la reforma aún no es definitiva, y consideró que las senadurías de representación proporcional serán ``un sistema de premios para las cúpulas de nuestros partidos políticos''.
Hasta el último momento los senadores del PRD mantuvieron una postura distinta a la de sus compañeros diputados.
Del PAN, Gabriel Jiménez Remus coincidió con el PRD en que esta reforma es sólo el primer paso, pero muy distante aún del proyecto integral que de la reforma del Estado mexicano todos esperan.
Hay temas que no se recogieron, dijo, pero el PAN aprueba la reforma ``porque en el diálogo y en la negociación honesta no podemos esperar que se satisfagan con plenitud todas las pretensiones que cada parte manifiesta, sino que dentro del conjunto cada protagonista vio por encima de los logros particulares el bien del país''.
Precisó que el PAN no comparte el contenido de los artículos 56, que se refiere a los senadores plurinominales; del tercero transitorio, que impide la reelección de los consejeros ciudadanos, y la parte relativa al incremento en los recursos del financiamiento a los partidos.
Fernando Ortiz Arana, líder de la mayoría priísta, dijo que la revisión de la minuta no fue un mero trámite y que se cumplió con lo que la Constitución y la norma señala para el proceso legislativo.
Hizo un reconocimiento a todos los que participaron en el proceso de consensar las reformas y, en particular, al presidente Ernesto Zedillo.
``Reconocer que el presidente de la República ha promovido en todo momento el acuerdo entre los partidos no requiere adulaciones vanas ni significa sometimiento alguno. Sería una gran omisión, políticamente imperdonable, regatear al Presidente el enorme mérito que tiene en esta reforma al demostrar firmeza y decisión inquebrantables''.
Por la mañana diputados del PRI, PRD y PAN estuvieron en el Senado para conocer las opiniones de sus compañeros senadores. Samuel Palma se reunió con los senadores del PRI; Ricardo García Cervantes con los del PAN, y Juan Guerra con los del PRD.
Ayer ningún priísta se acordó de que estaba en contra de que el Senado se abriera a la representación proporcional. Ni José Trinidad Lanz Cárdenas ni Fernando Solana Morales ni Eduardo Andrade recordaron su oposición expresada en una reunión a puerta cerrada. Andrade no se presentó a la sesión y Lanz y Solana, sin rubor, dieron el sí.