Simpatía en Austria hacia la devolución del penacho de Moctezuma: Tovar
Adriana Malvido Se fue hace más de 400 años, luego de una larga travesía por Europa se instaló hace un siglo en el Museo Etnológico de Viena. Y hoy, como siempre, su destino se debate, pero ahora alcanza las más altas esferas políticas y diplomáticas luego de que por primera vez en la historia, el gobierno de México manifiesta oficialmente su interés en el regreso del Penacho de Moctezuma. El proceso, dice Rafael Tovar de Teresa, se ha iniciado. Ahora ``hay que esperar la respuesta de Austria''.
El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes pisó ayer de nuevo el Aeropuerto de esta ciudad, como lo hizo la semana pasada cuando viajó a Viena encabezando a la delegación que expresó allá la posición del gobierno mexicano con respecto al Penacho de Moctezuma. Lo acompaña María Teresa Franco, directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Antes de partir hacia San Luis Potosí, ambos son abordados por La Jornada.
``En este momento hay una polémica dentro del ámbito político y cultural austriaco y en ese contexto es difícil señalar con certeza las posibilidades de lograr un acuerdo favorable, pero el planteamiento ya está iniciado, por primera vez, al más alto nivel'', plantea Tovar.
--¿Cuál es el resultado de las gestiones realizadas por la comisión gubernamental en Viena?
--En primer lugar existe una política general muy clara de recuperación del patrimonio cultural que con éxito ha llevado a cabo el gobierno mexicano en los últimos años. Algunos de los frescos de Teotihuacan que se encontraban en San Francisco fueron reintegrados a México; un importante acervo de objetos prehispánicos de la colección Christensen de Australia volvió a este país y se han reintegrado cientos de piezas del patrimonio en colaboración con la PGR en el marco del convenio de recuperación de bienes culturales con Estados Unidos.
Existen los convenios multilaterales en el marco de la Unesco y los bilaterales que expresan la misma voluntad. A nivel bilateral, enfatiza Tovar, es la primera ocasión en que el gobierno mexicano manifiesta oficialmente su interés por el regreso del Penacho de Moctezuma, que se establece una comunicación de cancillería a cancillería y que se da la presencia de una delegación mexicana en Austria para expresar este interés.
``Después de esta visita, es indudable que el tema del regreso del Penacho de Moctezuma ha quedado incluido como uno de los temas más importantes de la agenda bilateral''.
Las gestiones, asegura, tienen lugar en un contexto donde tradicionalmente las relaciones con Austria han sido muy buenas y tienen como antecedente la protesta de nuestro país ante la Sociedad de las Naciones en 1938 por la anexión que hace Alemania del territorio austriaco. Estas ``excelentes'' relaciones, agrega Tovar, quedaron manifiestas durante la última comisión mixta México-Austria que se celebró en noviembre de año pasado en Viena.
En el viaje reciente, comenta, se identificaron posiciones, y se expresaron argumentos. Menciona la labor de sensibilización en distintos niveles de opinión austriacos que durante los últimos meses fue creando un ambiente favorable para plantear la posibilidad del regreso de la pieza. ``Esta nueva situación hizo eco en el presidente Thomas Klestil quien en dos ocasiones expresó no sólo su opinión favorable sino su disposición de que este bien cultural pudiera estar en México''.
Durante la visita de la delegación mexicana, integrada también por Teresa Franco del INAH; Jorge Chen y Mauricio Reyes de la Secretaría de Relaciones Exteriores y por la embajadora en Viena, Roberta Lajous,``se entregó una carta del canciller Angel Gurría'' dirigida a su contraparte austriaca, el señor Wolfgang Schüssel, ``en donde se plantea con claridad la postura del gobierno mexicano''. La delegación, informa, también visitó las oficinas del presidente austriaco en donde se entrevistaron con Adolf Kuen, jefe de asesores de Thomas Klestil ``quien expresó que el presidente mantiene su posición''.
Para Teresa Franco: ``Es importante destacar que han desaparecido algunos argumentos como el que se utilizó durante mucho tiempo en el sentido de que el penacho pudiera sufrir daños materiales en su traslado. Se ha logrado en la polémica que este argumento se diluya como pretexto para detener el examen objetivo del caso.
``Las voces que están expresándose a favor del posible regreso, son voces que tienen una autoridad moral, una audiencia amplia, también ha habido prensa favorable. Está la actitud de Rudolf Burger, el rector de la Universidad de Artes Aplicadas, pero también la de Carl Pruscha, rector de la Academia de las Bellas Artes cuya voz tiene peso en Austria. Yo creo que todos estos aspectos cambian radicalmente el panorama en el que se desenvuelve el caso''.
Además, dice, la relación cultural entre los dos países, lejos de afectarse por la polémica, se intensifica. Próximamente México presentará en el Museo Kunsthistorisches la exposición Oro prehispánico y plata colonial de México, y en función de la polémica, el propio director de ese museo, Wilfried Seipel ha expresado su interés en que la relación se enriquezca y estamos por seleccionar el tema de una gran exposición en México con colecciones de aquel museo. Asimismo, uno de los curadores más importantes del Museo Etnológico de esa ciudad visitará México, es decir ``pretendemos que la relación se hermane aún más''.
--¿Qué posibilidades contemplan a partir de su visita, del regreso del Penacho?
Responde Tovar: ``No podemos crear expectativas, sería prematuro, ahora el asunto se encuentra en el marco de la polémica en Austria y habrá que esperar si toda esa labor de sensibilización deriva en un consenso''.
--¿México ofrece algo a cambio del Penacho de Moctezuma?
--Quienes se han manifestado a favor del regreso del Penacho, en Austria, han expresado claramente que se trata de un acto de reconocimiento de amistad a México, un gesto excepcional. Y no es que Austria no tuviera voluntad de recibir algo de México pero el intercambio cambiaría todo el sentido de un acto que se plantea de generosidad.
--¿Qué está pasando en México que dio pie a que después de tantos años se abra este proceso?
Dice el presidente del CNCA: ``Es el asumir plenamente una responsabilidad con la identidad nacional, con la identidad cultural. Todo lo que pueda contribuir a fomentar esos valores hay que hacerlo. Y en México es innegable que el Penacho de Moctezuma tiene por tradición y por realidad un valor emotivo, simbólico y cultural enorme. Y por eso, aunque este sea un proceso largo en el tiempo, ya está iniciado.
Responde la directora del INAH: ``Uno de los frutos de la era que nos toca respirar en este momento, es que los temas importantes están siendo asumidos''.
--Y ahora ¿qué le toca hacer al gobierno mexicano?
--Esperar la respuesta a la carta del canciller Angel Gurría.
Así, el caso del Penacho de Moctezuma está en manos de la diplomacia y entre las cancillerías de México y Austria.
Según ha manejado la prensa autriaca, para trasladar el Penacho de Moctezuma, ``sería necesaria una resolución del Parlamento en representación del pueblo austriaco''. Peter Noever, director del Museo de Artes Aplicadas escribió:
``Sólo este proyecto podría reconciliarme con este país''.
Patricia Vega Contrariamente a lo que afirma una corriente de opinión eurocentrista, México sí cuenta con los espacios adecuados, los recursos y el conocimiento técnico especializado tanto en restauración como en conservación de objetos orgánicos perecederos para recibir y hacerse cargo del tocado de plumas mexica, conocido popularmente como el ``Penacho de Moctezuma'' y que actualmente forma parte de la colección de objetos del Museo Etnológico de Viena.
México tiene por lo menos 40 años de experiencia en el empaque y conservación de objetos prehispánicos que se transportan de un lado a otro para participar en diversas exposiciones que se han presentado en el extranjero.
Precisamente en estos momentos se exhiben en Francia unos pequeños objetos de pluma, de la época colonial y que pertenecen a la colección del Museo Nacional de Antropología.
De concretarse la intención del presidente de Austria, Thomas Klestil, de ``regalar'' a México el mencionado objeto como un acto de ``buena voluntad'' --hecho que tendría que ser legislado por el Parlamento austriaco--, sería el mandatario mexicano, Ernesto Zedillo Ponce de León, quien tendría que decidir --asesorado por las altas autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que a su vez depende del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA)-- el mejor lugar para exhibir el majestuoso Copilli Quetzalli que, de acuerdo con la versión histórica más aceptada, salió de nuestro país como parte de los obsequios que el emperador Moctezuma envió al conquistador español Hernán Cortés, quien a su vez los envió como regalo, en 1519, al emperador Carlos V de España y I de Alemania.
En México se perfilan dos magníficos museos como los sitios idóneos para albergar una pieza única dentro del arte plumario prehispánico: el Museo Nacional de Antropología (MNA) y el Museo del Templo Mayor (MTM).
No obstante que en ambos casos se tendrían que hacer adecuaciones técnicas en las salas y modificaciones en los guiones museográficos necesarias, en el Naciona de Antropología se integraría a la Sala Mexica --junto a la réplica que de manera permanente se exhibe en dicho museo-- y en el del Templo Mayor se colocaría en la parte central, es decir en la parte posterior de la maqueta de la gran Tenochtitlan que está a la entrada del museo.
Por supuesto que de antemano se considera que las modificaciones museográficas serían costosas, pero se tiene la certeza de que existiendo la posibilidad de que el Penacho de Moctezuma regrese a nuestro país, el gobierno mexicano no escatimaría en gastar el dinero necesario para obtener las condiciones de humedad, temperatura y seguridad, requeridas, como lo hizo en su momento el presidente Adolfo López Mateos cuando se construyó el Museo Nacional de Antropología o cuando se transportó del centro al bosque de Chapultepec a Tlaloc, la Coatlique y al Calendario Azteca.
Aunque no existe ninguna evidencia de que el Penacho haya sido portado por el emperador Moctezuma, sí se sabe que era el símbolo más destacado del poder político y religioso.
Los arqueólogos Felipe Solís (subdirector de Arqueología del Museo Nacional de Antropología y curador de la Sala Mexica) y Eduardo Matos (director del Museo del Templo Mayor) coinciden al señalar que indudablemente se trata de una pieza mexicana de la época prehispánica, que pertenece al periodo final de la historia indígena que llamamos el postclásico tardío y que salió del altiplano central, de lo que sería la capital azteca.
Asimismo, entrevistados por separado, los especialistas señalan que la importancia del Penacho radica en que es la pieza de mayor jerarquía, en cuanto a nuestro pasado prehispánico, fuera del país.
El Penacho sintetiza esa parte de nuestra historia que corresponde a la conquista de México por una potencia extranjera (España) y representa ese pasado perdido, destruido. Los pocos materiales prehispánicos de arte plumaria que poseemos en México pertenecen al periodo colonial temprano --los primeros diez años--, casi todo lo demás fue destruido o se encuentra en el extranjero.
De ir al de Antropología...
Estaría, en opinión de Felipe Solís, en ``esa gran vitrina que exhibe nuestra personalidad indígena como mexicanos y siendo un pueblo controvertidamente mestizo es importante, hoy más que nunca, hacer que los mexicanos sientan ese valor, ese amor, hacia nuestra parte indígena. En este museo tenemos salas de arqueología dedicadas a nuestros ancestros indígenas, anteriores a la conquista europea, pero también tenemos salas de exhibición etnográfica para los indígenas contemporáneos que, además de ser mexicanos tienen la fortuna de hablar otras lenguas que son autóctonas de este país y de poseer una gran riqueza en sus costumbres.
``El hecho de que en el Museo Nacional de Antropología estén representadas todas las nacionalidades indias del pasado y del presente, hace de este museo no solamente el lugar idóneo sino el sitio exacto para que esta pieza, que representa parte de nuestra nacionalidad indígena, regrese a su lugar de origen, junto a la Piedra del Sol y la Coatlicue que constituyen un altar de la nacionalidad mexicana''.
O al Templo Mayor...
Un museo de sitio, dedicado a exhibir particularmente los hallazgos del Templo Mayor que era, precisamente, el símbolo del poder mexica. Eduardo Matos Moctezuma es el actual director del Museo del Templo Mayor, pero también lo fue de el Museo Nacional de Antropología, así que guarda ``cariño'' por ambas instituciones museísticas. Opinando más como arqueólogo que como funcionario, Matos Moctezuma considera que el Templo Mayor es simbólicamente el lugar más idóneo para recibir al Penacho de Moctezuma por ser, este museo, ``el lugar que el mexica consideraba como centro de su Universo''.
¿Cómo se transportaría?
La restauradora Laura Filloy del Museo Nacional de Antropología responde: ``actualmente existen muchísimas técnicas que permiten reproducir en el empaque las mismas las condiciones de temperatura y humedad que existen en las vitrinas o salas de exposición. Las cajas se preparan con tiempo y se les acondiciona con productos especiales que favorecen la conservación e impiden el deterioro de los objetos.
``Por otro lado, las condiciones de humedad y temperatura son muy estables en todas las salas del Museo Nacional de Antropología, pero en caso de que la pieza regresara, obviamente se le tendría que hacer una vitrina especial con las mismas condiciones de temperatura, humedad e iluminación, que tiene actualmente en Austria''.
Un compromiso...
Al señalar que sería un honor recibir al Penacho de Moctezuma, Mari Carmen Serra Puche, directora del Museo Nacional de Antropología, comentó que en la Sala Mexica se harían los cambios necesarios para exhibir la pieza aún en mejores condiciones que las que actualmente tiene en el Museo Etnológico de Viena, Austria. Compromiso que, no dudamos en señalar, Eduardo Matos Moctezuma comparte.
Ambos museos, el Nacional de Antropología y el del Templo Mayor, serían un lugar, más que digno, para exhibir la famosa pieza plumaria conocida comúnmente como el Penacho de Moctezuma.