Zapatismo, esfuerzo similar a los de Mandela y Luther King: Touraine
Hermann Bellinghausen, enviado, La Realidad, Chis. 1o. de agosto ``¿Qué piden los zapatistas por dejar las armas?'', pregunta un periodista de los muchos que navegan el lodo liso de Aguascalientes durante la colectiva conferencia de prensa ofrecida anoche. El subcomandante Marcos responde:
--Un mundo nuevo.
También dice que, de haber guerra, ésta no vendrá de los zapatistas sino del gobierno.
El escritor y periodista Octavio Rodríguez Araujo
dialoga con un policía de Migración, cerca de
La Realidad. Foto: Duilio Rodríguez
Han hablado algunos de los invitados del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a la mesa especial del Intergaláctico, de la A de Alain Touraine a la Z de Danielle Mitterrand.
El escritor uruguayo Eduardo Galeano, asegura:
``He venido aquí porque les creo''.
Se dirige a los campesinos y visitantes que llenan Aguascalientes; se refiere a los zapatistas.
``Estamos entrenados para mentir diciendo y para mentir callando''.
Se refiere al poder que miente, ``obliga a los demás a mentir por miedo o costumbre'', advierte
En este tiempo de mentira, dice Eduardo Galeano, ``los zapatistas hablan con la verdad''.
Y recuerda a un taxista que hace algunos días le dijo una frase inexplicable en San Cristóbal de las Casas: ``Está lloviendo ayer''.
Galeano ahora entiende, le parece, y dice una frase que parece nacida de El perseguidor del mentado Julio: ``Está lloviendo mañana en Oventic y La Realidad''.
Cascada de voces
El veterano dirigente campesino Hugo Blanco, de Perú, agradece a los zapatistas dos cosas: ``una, la universalidad de su pensamiento y su convocatoria. No sólo llaman a la izquierda, sino a toda la humanidad que está en contra del neoliberalismo''. La segunda ``es la democracia. Las izquierdas hemos cometido errores, que son derrota''.
Acepta que su generación ha heredado una derrota ``por la ausencia de democracia dentro de las organizaciones''.
Eso anuló muchos pensamientos, reconoce el peruano.
Para Blanco, el movimiento zapatista ``ha logrado un método revolucionario válido para el mundo entero'', y hace votos porque las nuevas generaciones sepan convertir la lucha en victoria.
Las palabras de Touraine
Las participaciones de Alain Touraine a lo largo del día han llamado poderosamente la atención tanto de participantes como de observadores.
Es el primero en tomar la palabra en esta cascada de voces.
Menciona de entrada ``la enorme importancia que vemos en el esfuerzo de renovación política, social e intelectual que representa el Ejército Zapatista de Liberación Nacional''.
También él se refiere a la universalidad: ``El zapatismo representa uno de los grandes esfuerzos sociales, como Nelson Mandela y Martin Luther King''.
Han evitado ``encerrarse en un comunitarismo'', en busca de equilibrio ``entre lo regional y lo nacional. El Ejército Zapatista debe tomar responsabilidades políticas'', y en referencia a la amenaza militar, externa dice:
``Espero que muchos participen en todo el mundo en la defensa de este movimiento indígena''.
El importante teatrero Jacques Blanc reconoce que comparte dudas con el subcomandante Marcos pero tiene claro que la distinción clave en el mundo actual es entre ``los que están con la democracia y los que están en contra''.
A propósito de cosas inexplicables, no sé cómo pueden ser tan amables los intelectuales y políticos, la mayoría ya de considerable edad, si los trajeron hasta acá a patinar en el lodo y pasar incomodidades e inconvenientes selváticos.
Todavía les quedan ganas de hablar bien de los zapatistas. Como Pablo González Casanova, con la voz cansada después de un largo día, no exento de complicaciones: ``Los zapatistas no sólo heredan su propia lucha, sino las de todo el pueblo mexicano y la historia de México, recreándola y haciéndola''.
Les reconoce una ``imaginación política sorprendente'' y encuentra en su discurso ``las más recientes formas del discurso filosófico universal''.
Pero recalca lo más urgente: la lucha por la paz. ``No se va a resolver la paz si no se respeta la dignidad de los sublevados. Para ellos, venderse es peor que morirse''.
El cineasta ruso Pavel Luguin, reconoce: ``Aquí me encuentro entre dos tiempos y dos espacios'' y aventura que ``ya nació el zapatismo internacional''.
Pero su mensaje es también una alarma. Quizás pocos participantes al Encuentro Intergaláctico han tenido sentimientos más encontrados que Pavel Luguin, a quien la experiencia soviética y la sed de libertad le sensibilizan enormemente la piel.
``No hay que olvidar que el zapatismo está en peligro. El 6 de agosto se reinició el diálogo y siento verdadero peligro. Espero que entre todos lo podamos detener'', dice seriamente emocionado.
Según el subcomandante Marcos, el Ejército Federal espera que pase este encuentro ``para endurecer su posición contra los zapatistas'' y revela la posibilidad de que haya un ataque al mando zapatista, pues ya existen cuerpos de élite, de asalto, diseminados en la selva.
``Esta mañana empezó un movimiento de tropas especiales en Guadalupe Tepeyac'', dijo.
Los zapatistas temen ``un endurecimiento militar que pondría en riesgo el diálogo, una provocación, a ver si rompemos''.
Se acerca, dice, un momento de definición: ``Tenemos que decidir entre la vía militar y la vía política. Cuando llegue el momento, la decisión será nuestra. Pedimos comprensión''.
Según Marcos, lo único que el gobierno acepta de los zapatistas ``es la rendición''.
Mientras tanto, Danielle Mitterrand consideraba que ``los jóvenes de 43 países serán los vectores de la solidaridad con los militantes zapatistas de Chiapas''.
Alguien pregunta a Marcos: ¿qué esperan los zapatistas del encuentro?. ``No tenemos ni maldita idea'', dice, y también que hasta hace unos días, ellos esperaban que empezara el encuentro, ``ahora quisiéramos que terminara''.
No es para menos, se acerca el momento de la verdad: la clausura. Woodstock del tercer o cuarto mundo, y olvídate de Avándaro. No es la primera, ni será la última vez.
Those were the days
Alguna vez el comandante guerrillero Douglas Bravo, cuyo interés en el movimiento indígena de Chiapas es inocultable, subrayó el que ``desde este lugar selvático se haya desencadenado un movimiento que va desde la poesía hasta las armas en la mano, todo lo cual propicia una especie de nueva institucionalidad''.
Bravo, que sabe de eso, rescata el hecho de que ``los zapatistas tienen una concepción distinta de la guerra''.
También a él le inquieta el destino del Ejército Zapatista de Liberación Nacional: ``Debemos sentir una gran preocupación, porque cualquier gobierno de América Latina debe estar pensando qué hacer para que desaparezca un ejemplo de esta naturaleza'' en el continente.
Dale tu mano al indio...
Más noche, el cantautor uruguayo Daniel Viglietti, estrena la hermosa guitarra valenciana que le trajeron a regalar los españoles al comandante Tacho, al interpretar algunos de sus grandes éxitos, que le concedieron el favor del público, como Dale tu mano al indio (``dale que te hará bien''), A desalambrar (``que la tierra es nuestra, es tuya y de aquél'') y Duerme, duerme negrito (``duerme mobila, que tu mama ta en el campo''), para regocijo de los intergalácticos de pies húmedos, que le aplauden tanto como a Eduardo Galeano, de manera que los uruguayos solitos cierran uno de los círculos de la contradicción:
El cantante recurre a la nostalgia, mientras el escritor asegura que si algo no lo trajo aquí fue precisamente la nostalgia.
Y ambos tienen la razón.
Por el camino intergaláctico
En espera del resto de los participantes en el famoso Encuentro Intergaláctico para la clausura, final o desenlace, que promete una apoteosis de lodo y gente para el día de mañana (hoy viernes), los asistentes a la mesa de Política esta mañana levantaron sus chivas y se instalaron como pudieron en las casas de la comunidad.
De tal manera, los que lleguen ocuparán las posadas de Aguascalientes.
Los campesinos de la región ven venir la pelotera intergaláctica, y construyen con celeridad cobertizos nuevos y colocan toldos de emergencia en el patio de la escuela del lugar.
Me dice Sabás, un responsable del pueblo: ``Por más que pongamos techo, tenemos el cálculo de que van a faltar'', y parece que tiene razón.
Los zapatistas se preparan para romper un nuevo récord ante la segura indiferencia del Guiness:
El de los visitantes del extranjero reunidos de una sola vez en algún lugar de la selva Lacandona.
Por lo mismo, un batallón de agentes migratorios tiene en la garita de Zaragoza, un poco adelante de Las Margaritas, un dispositivo ``apañador'' de pronóstico reservado, el cual no será sino una más de las acechanzas y obstáculos que los intergalácticos han ido encontrando en su camino a este encuentro.