La Jornada 5 de agosto de 1996

Se reivindicó la actividad política: Oñate; es un primer paso: Calderón; no significa transición democrática: López Obrador Participaron los tres dirigentes en debate televisivo

Qué significa la reforma constitucional en materia electoral, recién aprobada?Santiago Oñate: ``Una oportunidad para reivindicar la actividad política como una actividad de servicio''.

Felipe Calderón Hinojosa: ``No podemos afirmar, con toda honestidad, que en sí misma traiga beneficios inmediatos y tangibles. Es un primer paso de muchos que hay que dar''.

Andrés Manuel López Obrador: ``No podemos hablar de una reforma definitiva, y mucho menos pensar que es el equivalente a la transición democrática''.

Alberto Anaya Gutiérrez: ``Apostamos a que termine con los conflictos pre y poselectorales y que también sirva para dar estabilidad política al país''.

Así definieron los dirigentes de los cuatro principales partidos políticos la reforma electoral que ellos mismos negociaron y aprobaron en el Congreso, a través de sus fracciones parlamentarias, durante una entrevista casi debate con el periodista Ricardo Rocha para el programa Detrás de la noticia.

El dirigente de Acción Nacional, Felipe Calderón, reconoció la importancia de tener una legislación electoral que permita procesos democráticos, pero dijo que la gente no cree en la política ni en los políticos y no participa en las elecciones porque no hay transparencia, ``porque siempre gana el PRI''.

Insistió en que es necesario mejorar las leyes, pero sobre todo las prácticas políticas. Mencionó el caso de Tabasco y la elección de la que resultó gobernador Roberto Madrazo Pintado: ahí la ley ``era buena y decía: ningún partido puede gastar cuatro millones de pesos, máximo. Y sin embargo, hubo un partido, que siempre gana, que gastó 128 millones de pesos contra la ley y no pasó nada''.

Andrés Manuel López Obrador, involucrado en el caso como contrincante de Madrazo en aquella ocasión y hoy dirigente nacional del PRD, terció: ``En México hay una tradición de simulación democrática. Las leyes, por lo general, están bien hechas, pero no se cumplen''.

El entrevistador había planteado el debate en torno a los alcances de la reforma y su impacto en la vida política del país.

Santiago Oñate se defendió: ``En la sociedad hay una voluntad de cambio, y mi partido no está excluido''.

Según Alberto Anaya Gutiérrez, dirigente del Partido del Trabajo, para la ciudadanía la política es ``una actividad insana; los políticos nos hemos encargado de desprestigiarla. Para la gente la política es sinónimo de demagogia, de mentira, engaño, corrupción e impunidad''.

El problema medular del país, acotó Felipe Calderón, es que un aparato político estatal (en referencia al binomio PRI-gobierno) no ha cumplido las reglas.

La reforma es un motivo de ``aliento'', todos los días, en cada elección, ``debemos irnos apegando a las leyes; ir avanzando en la corrección de conductas, y con eso canceláremos tanto los fraudes preanunciados como los posteriores, negociaciones previas, negociaciones posteriores'', apuntó el priísta Santiago Oñate.

De ese tema los dirigentes de los partidos pasaron a discutir la composición de las Cámaras y tuvieron algunos roces porque Felipe Calderón sacó a relucir que los acuerdos de Bucareli en los que no participó el PAN nada contenían respecto a dicho tema, y que fue al final, cuando el PAN se sumó a la negociación, cuando se resolvió ese tema.

Aquí alguno de ustedes, perdón, se siente ganador o perdedor en este proceso? les preguntó Rocha al percibir el animo de la discusión.

Parco, Santiago Oñate, respondió que los ganadores serán los ciudadanos, ``que tendrán un mejor sistema''. Felipe Calderón también quiso dar por concluida esa parte del debate: ``Sí me siento ganador, pero no exclusivo o excluyente. Fue una reforma en la que se propició que hubiera un esquema de ganar de todos los que participamos''.

Los medios de comunicación y los partidos políticos fue otro de los temas abordados durante la entrevista. El petista Alberto Anaya recordó que se estipuló en la Constitución la obligación de que haya un reparto equitativo de los espacios en los medios de comunicación para los partidos, en tiempos ordinarios y electorales.

Andrés Manuel López Obrador dijo que, más allá de lo acordado, él espera que no ocurra nuevamente lo del sexenio pasado, que siempre que se hablaba del PRD en los noticiarios de televisión presentaban a unos ``campesinos con garrotes'' porque querian sembrar la idea ``de que somos un partido de la violencia''.

''Qué demandarían ustedes de los medios de comunicación?'', les inquirió el entrevistador.

``Objetividad, imparcialidad'', fue la respuesta unánime, aunque Felipe Calderón recordó que ahora no sólo hay más competencia entre los partidos, sino también entre las televisoras, y ``ser muy parcial puede ser contraproducente''.

Calderón agregó que no se puede dar por sentado ``que sea igualitario lo que vamos a tener'', porque podrá darse el mismo espacio en la televisión a todos los partidos, pero será muy importante estar pendientes de las escenas que de cada uno se transmitan.

Los dirigentes de los partidos volvieron al tema de la equidad en la competencia electoral y López Obrador y Calderón acusaron al PRI de hacer uso de recursos públicos en sus campañas y de tener a su favor los programas gubernamentales como Procampo y todas las variantes de lo que fue el Pronasol.

Oñate no se quedó callado. Dijo que la explicación de Calderón sobre la coacción del voto por medio del hambre ``se parece mucho a Jalemos Parejo'', el programa que Francisco Barrio echó a andar en Chihuahua el año pasado, luego de que perdió las elecciones locales.

Felipe Calderón cambió la dirección de sus acusaciones y habló de la mala distribución de los recursos del ramo 26. Citó que al municipio de Puebla se le dan 13 pesos por habitante y Monterrey no recibe más de 22, mientras que el de Querétaro recibe 114 pesos por habitante. Esto, comentó el dirigente panista, es parte de un reparto inequitativo que castiga a los municipios gobernados por la oposición.

El debate derivó al tema de la ética y al necesario cambio de conductas. Oñate aprovechó para darle un raspón al dirigente del PAN. Dijo que si la corrupción sólo fuera privativa del PRI, ``no tendríamos problemas en Zapopan'', en alusión a Daniel Ituarte, el alcalde panista que tuvo que pedir licencia para que se le investigue por un presunto desvío de recursos.

El petista Alberto Anaya también se fue sobre el PAN. Señaló que en Monterrey ese partido gobierna y opera programas con el mismo criterio ``excluyente'' que el PRI. Calderón le reviró: el PT en Durango recurre constantemente a las mismas prácticas que el PRI.