Arquidiócesis: la reforma electoral, cambios ``para que todo siga igual''
José Antonio Román Al comentar la reciente reforma electoral, la Arquidiócesis de México señaló que estas modificaciones siempre han sido ``arreglos parciales'' con el fin de ``cambiar para que todo siga igual'' y la misma clase política permanezca al frente del gobierno.
Dijo que la alternancia en el poder es una ``condición ineludible'' para el verdadero movimiento democrático. ``Ya basta de seguir buscando remedios para un régimen caduco por antidemocrático. México necesita otros horizontes más auténticos''.
En el editorial de Nuevo Criterio, órgano de divulgación de la Arquidiócesis de México, se destaca también que en los últimos 20 años se han realizado, con la que acaba de aprobarse, ocho reformas electorales; y cada una anuncia la próxima, porque nunca se llega a una verdadera apertura y transparencia.
``Unas veces es un sector de la oposición, otras el otro, pero siempre se le hace el juego al partido oficial para descalificar de antemano el surgimiento de la alternancia del poder, condición ineludible para el verdadero movimiento democrático.''
En el más reciente número de la publicación religiosa, que desde ayer empezó a circular en la mayoría de los templos y parroquias de la Arquidiócesis, se afirma que al gobierno le conviene llegar a ciertos arreglos en determinadas fechas, como por ejemplo, antes de un informe presidencial, y a la oposición le conviene aceptar ciertas concesiones. ``Pero al país no le benefician estos arreglos coyunturales, que son más de escenografía que de fondo.''
Subraya que en estos momentos difíciles que se viven el país necesita una clase política más preocupada por el verdadero desarrollo de la nación, capaz de superar la miopía que busca sólo el crecimiento de grupo o los intereses de unos cuantos.
``Necesitamos gente valiente que no quede enredada con las primeras dádivas del poder; necesitamos una oposición más firme que garantice instituciones más fuertes. Ya basta de arreglos parciales.''
Por otra parte, el abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg Prado, señaló que con la rapiña, el asalto, el robo y el quebranto de la dignidad de las personas y de sus derechos sólo se complica la ya difícil situación del país.
En su mensaje dominical agregó que toda esta situación genera un grave clima de inseguridad pública. Además, ``las personas que se dedican a eso creen falsamente que solucionan sus problemas cuando en realidad se hunden cada vez más''.
En tanto, el obispo de Tapachula, Felipe Arizmendi Esquivel, señaló que el hambre que sufren millones de personas es producto de los mecanismos internacionales del dinero, que tienen como objetivo supremo el enriquecimiento de los dueños del capital sin importar que muchos se queden sin comer.
``Esta pobreza no es casual, sino fruto de mecanismos injustos del manejo de la economía mundial'', dijo el prelado en su homilía dominical.
Señaló que mucha gente padece hambre: los niños de la calle, los pordioseros, los migrantes, los desempleados, los campesinos e indígenas. Por hambre muchos se ven obligados a dejar su familia y su pueblo para buscar alternativas en las grandes ciudades o en el extranjero.
``Por hambre algunos optan por quitarse la vida. Por hambre otros se dedican a robar, a prostituirse y a delinquir. Es verdad que no falta quienes pasan hambre por perezosos, viciosos e irresponsables; pero la mayoría sufre porque los mecanismos internacionales del dinero tienen como objetivo supremo el enriquecimiento de los dueños del capital, sin importarles que, por acumular o no perder ganancias, muchos se queden sin comer.''
Pidió a los fieles poner en práctica el mensaje del Evangelio de poner al servicio de los demás lo poco que se posea. ``En vez de reducirnos sólo a culpar al gobierno, a los ricos y al sistema económico reinante, hay que disponernos a poner en común lo que tenemos, aunque sea poco.''
El abad Guillermo Shulenburg, a su vez, hizo referencia a los muchos mexicanos que no cuentan con empleo, y a muchos otros que aun teniéndolo no les alcanza para satisfacer las necesidades básicas de su familia. Con el robo y el asalto, dijo, no se resuelve nada.
Señaló que la delincuencia aumenta la inquietud, la angustia y el temor de no sentirse seguros. ``Estas acciones no son la solución para la mejoría de las personas ni del país. Ojalá lo entiendan esos que andan metidos en esas cosas.
``Los ladrones no van al templo, no escuchan la palabra de Dios y siguen con sus malas obras. Eso que hacen no resuelve los problemas que tienen en sus vidas, más bien los hunde más'', dijo el viejo jerarca católico que en abril pasado cumplió 33 años al frente del santuario más importante de América Latina.
Desde el escándalo suscitado por sus declaraciones donde niega la autenticidad del milagro guadalupano, Schulenburg ha suspendido todo contacto con los medios de comunicación. El arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, ha adoptado una posición similar diciendo que ``hay tiempo para todo, hasta para callar''.