Libertad a La Quina, piden Corripio y obispos de Tamaulipas
José Antonio Román La jerarquía católica de Tamaulipas, encabezada por el cardenal Ernesto Corripio Ahumada, pidió al gobierno federal dejar en libertad al ex líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, La Quina, preso desde los inicios del gobierno salinista, el 10 de enero de 1989.
Entrevistado en la Basílica de Guadalupe, el prelado --originario de Tampico-- dijo que ``muchos'' de los delitos que se le imputan el ex líder sindical ni siquiera se le han podido comprobar. ``Procuren dejarlo en paz, en atención a todo el bien que hizo allá al encontrarse en medio de todos sus amigos y conocidos''.
--¿Pediría el indulto?
--Yo pediría que se le permitiera salir, pues ya basta --respondió el jerarca católico, quien muestra una gran mejoría en su estado de salud, a un año de haber dejado la responsabilidad de la Arquidiócesis primada de México.
Sobre el pedido de libertad para La Quina también se manifestaron los obispos de Tampico, Rafael Gallardo García; de Ciudad Victoria, Antonio González Sánchez, y de Matamoros, Francisco Chavolla Ramos. Todos ellos concelebraron ayer la misa con la que concluyó la peregrinación anual de esas diócesis a la Basílica de Guadalupe.
Gallardo García, de la diócesis de Tampico --de donde el cardenal Corripio fue obispo de 1956 a 1968--, señaló en entrevista que el gobierno debe cumplir con sus obligaciones de atender médicamente a un reo. Dijo que hace poco envió una carta a la esposa del ex líder petrolero, en la cual aboga por los derechos humanos de La Quina para que sea atendido.
El prelado señaló que aun cuando dicha carta sólo está firmada por él, es apoyada por ``todo el pueblo de Ciudad Madero''. Ojalá se le permita atenderse bien, reiteró.
Sobre la posibilidad del indulto, expresó que la justicia debe atenerse a los hechos. ``Yo pido que le conceda al señor Galicia atenderse bien de su enfermedad''.
Hay que recordar que el 23 de julio, la Secretaría de Gobernación, a través de un comunicado, informó que la salud de La Quina empeoró, y aunque los médicos que lo atienden en el Reclusorio Preventivo Oriente recomendaron trasladarlo al Hospital Militar para un mejor tratamiento, el reo se negó a aceptar el ofrecimiento. El padecimiento fue un ``aparente cuadro de convulsión''.
Respecto a su liberación, se debe señalar que tras haberse agotado ya todas las instancias legales, y pese a haber ganado tres amparos ante la justicia federal, La Quina, de 74 años de edad, no podrá salir de prisión hasta octubre próximo, cuando cumpla las dos terceras partes de la sentencia de 13 años que se le dictó por homicidio y acopio de armas, entre otros delitos que siempre negó haber cometido.
Por su parte, el obispo de la diócesis de Matamoros, Francisco Ramos Chavolla, dijo que esta petición de que Hernández Galicia pueda atenderse clínicamente de sus padecimientos crónicos debiera darse no sólo a él, sino a todos los reos que están en una situación crítica.
Nuestras cárceles, agregó, ``debieran ser auténticos centros de rehabilitación y no centros de corrupción, como se ve ahora; tampoco debe oprimirse a los internos, porque entonces también la misma sociedad se convierte en opresora''.
``Hay situaciones inhumanas; debe haber sentimientos para que cuando una persona esté padeciendo ya una enfermedad terminal, lógico haya que tener una compasión'', dijo el prelado.
Antonio González Sánchez, de Ciudad Victoria, calificó de justo la solicitud de que el ex líder petrolero pueda ser atendido en el lugar que desee, lo cual no debe negársele.