Tres acontecimientos marcan el momento político actual, dos de carácter nacional y un tercero, más bien discreto y de alcances reducidos, pero en mi opinión, no menos importante. El primero de ellos es la llamada Reforma Electoral, que fue un triunfo del sistema, en especial del secretario de Gobernación, quien reconociendo algunos derechos obvios y presentando como nuevos otros ya establecidos en la ley, logró presentarse ante la opinión pública como el negociador sagaz que consiguió la unanimidad de todos los congresistas mexicanos de ambas cámaras y de los cuatro partidos con registro.
La recreación inicial fue de euforia, manejada artificialmente con habilidad, y sólo hasta después, con algunos días o semanas de retraso, fue que los analistas políticos, y aun militantes de los partidos que aprobaron la reforma, le están encontrando peros.
Si no es, como se reconoce, una reforma definitiva para qué se hizo? Si hay otros pasos que dar en el futuro para adecuar nuestra democracia real a la democracia ideal, por qué no se dieron de una vez hoy?Lo cierto es que, nuevamente, el gobierno se salió con la suya y se presenta. Ya lo dijo el senador o diputado, no sé lo que ahora sea, Olivares Ventura, que el PRI es el único que puede hacer reformas porque es el que tiene las mayorías. Y tiene razón, tiene las propias, que su trabajo le han costado; las del PAN, a cambio de concertacesiones, y ahora las del PRD al que logró convencer de que la reforma si bien no es definitiva, tampoco es tan mala, y que de lo perdido, lo que aparezca.
Otro hecho político importante fue la amplia reunión por la humanidad y contra el neoliberalismo a la que convocó el EZLN, el cual demostró nuevamente que la dirigencia de ese movimiento cuenta con un gran poder de convocatoria, que puede organizar eventos de gran envergadura y que va siempre un paso adelante del gobierno en lo que toca a diplomacia y capacidad política.
Pero algo más hay que destacar y es la visión clara que tienen Marcos y su equipo para detectar los puntos neurálgicos de los problemas de hoy. Plantear la lucha en contra del neoliberalismo es enfrentar el gran problema de hoy y del futuro inmediato; es atacar de lleno la causa de la pobreza extrema y de la grave injusticia social.
Finalmente, un hecho político que pasó casi inadvertido, pero que tiene su significación: le fue negado al Foro Democrático el registro como partido político, condicionado al voto ciudadano. Con esta agravante, la ponencia presentada por el magistrado José Luis de la Peza era favorable a nosotros, reconocía que el Foro llena los exigentes requisitos del Instituto Federal Electoral (IFE) para ser partido, y que así se debió reconocer; sin embargo, en el debate que se suscitó, con argumentos artificiosos y sin sustento se logró dar marcha atrás y negarnos el registro. Sí se lo dieron, en cambio, a partidos que ya lo han perdido varias veces en las urnas y a los que se acusó de haber presentado firmas inauténticas. Así son los misterios de la política mexicana.
De los tres hechos políticos del momento, podemos sacar alguna conclusión. El sistema busca rehacerse y se apoya en los partidos con registro; el EZLN, a pesar de su crítica situación, es una fuerza política real que abre espacios y convoca al cambio; y por último, para las próximas elecciones, el sistema al que está integrado el PAN, y al que integraron a medias al PRD no quiere novedades electorales, prefiere los mismos actores políticos para contender y confrontar a los mismos viejos partidos, a los que ya está acostumbrado a derrotar.