Empleados de servicios médicos se desangrarán ahora frente a la ARDF
Judith Calderón Gómez/II Desangrarse en público y voluntariamente, forma inédita de manifestar inconformidad, no sólo ha impactado a la sociedad: aparece como una posibilidad de cambiar el férreo control sindical sobre los burócratas de la ciudad. Se trata de la primera protesta trascendente en 58 años de vida sindical.
El Sindicato Unico de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF) aglutina a 111 mil miembros. Fue la Sección 12 de esta organización la que en días recientes exigió la anulación del proceso electoral del 17 de julio y, para el efecto, tomó las instalaciones de la sede general del sindicato del DDF
Allí, durante 14 días, ventilaron las carencias de medicinas y equipo en los hospitales de la ciudad; los bajos salarios que prevalecen en todas las secciones y el ``férreo control'' que hay en el SUTGDF, dirigido por Raúl Quintana Bautista.
En más de cinco décadas, las protestas habían quedado sólo en brotes aislados: hace aproximadamente seis años, trabajadores de las secciones l5 y 39 pugnaron por democracia e independencia sindical. Hace dos años, los integrantes de la Sección 15, que dan servicio en oficinas superiores e intendencia, desconocieron al entonces líder seccional, Ricardo Vega Flores.
``Porque existe una estructura vertical, en donde los estatutos exigen que para ser candidato a la secretaría general de una sección los aspirantes deben haber ocupado antes otro cargo. De manera que aunque no hay reelección, sí una rotación, porque son los mismos en diferentes puestos y así se la pasan l0, l5 o 20 años'', explica Alberto Guerrero Flores, integrante de la Sección 15.
Esa organización es un punto estratégico para el gobierno del DF. Confluyen 111 mil asalariados distribuidos en 39 secciones, y son los encargados de proporcionar la mayoría de los servicios en esta ciudad. Están en limpia y transporte, aguas, parque, jardines, mercados, drenaje profundo y oficinas.
``El hecho de que tradicionalmente sea un trampolín para ocupar después un cargo de asambleísta o diputado convierte a ese sindicato en un espacio político importante'', señala Guerrero Flores.
En los estatutos hay un principio corporativista. Establece que no podrán tener representación sindical quienes militen en partidos de oposición, ``a los principios de la Revolución Mexicana, que en los hecho significa limitar a quienes tienen una afiliación partidista distinta al Partido Revolucionario Institucional (PRI)''.
Las irregularidades en la Sección 12 para el trienio l996-99 iniciaron con el registro de planillas.
La toma del edificio sindical ubicado en Antonio Caso 48 fue encabezada por dos ex candidatos a la secretaría general: Carlos López Pacheco y José Arturo Carmona, quienes además están en huelga de hambre. La toma del edificio inició el 23 de julio y 14 días después fueron desalojados.
Ambos coinciden en que el ``fraude electoral'' inició desde que la Secretaría de Procesos Electorales, que encabezaEnrique Sánchez Arrieta, aceptó que se registraran seis planillas, cuando por el número de sindicalizados que tiene esa sección --8 mil 500-- no podían ser más de cuatro.
Los estatutos señalan que cada planilla debe ser apoyada por 2 mil firmas de sindicalizados, sin incurrir en duplicidad de firmas y, por tanto, para aceptar seis planillas debían contar con al menos 12 mil trabajadores.
Incluso los estatutos enfatizan sobre este tema, que ``en caso de duplicidad de firmas de apoyo en los formatos, éstas serán nulificadas'. Este artículo fue difundido en la convocatoria a las elecciones de la Sección 12, ``servicios médicos'', y está firmada por Raúl Quintana y Enrique Sánchez.
Antes de las votaciones, Martha Malagón, candidata de la planilla azul, entregó su inconformidad a Raúl Quintana.
En el documento manifiesta su ``inconformidad en relación con las anomalías que se están presentando en los procesos electorales''. Sostiene: ``Es un proceso totalmente amañanado y manipulado por Enrique Sánchez, así como por Carlos Merino, de la comisión de Vigilancia''.
Considera como una ``irresponsabilidad otorgar el registro a seis precandidatos, sabedor de que con esto se pone en riesgo la seguridad y estabilidad de nuestra sección, a todas luces causando el divisionismo tota''.
Las quejas no fueron atendidas y el proceso electoral en esa sección se desarrolló a partir del l9 de junio, cuando se expidió la convocatoria. Desde ese momento, los seis candidatos a la secretaría general iniciaron sus respectivas campañas, pese a las protestas verbales o escritas que hicieron llegar a la Secretaría de Procesos Electorales. La campaña se suspendió el l6 de julio y el l7 se llevó a cabo el recuento de votos.
En las primeras horas del l8 de julio se dio a conocer el resultado: votaron 5 mil 401 trabajadores y de éstos un 26.73 por ciento a favor de la planilla café que encabeza Carlos Medina Hernández, quien fue declarado triunfador con mil 444 votos a su favor. En segundo lugar estuvo Arturo Carmona, de la planilla negra, con mil ll7 sufragios, y en tercero la planilla rosa con mil ll4 votos y que encabezó Rosa López Martínez.
Participaron también en la contienda Martha Lilia Malagón, por la planilla azul, y Carlos López Pacheco, por la planilla amarilla. Obtuvieron, respectivamente, 575 y 890 sufragios. Jesús Hernández, por la planilla verde, 202 votos. Fueron nulificados 59 sufragios, según se informó mediante una circular.
Ante los resultados que consideraron fraudulentos, dos ex candidatos se unieron para pedir la anulación del proceso electoral. Su argumento: Carlos Medina estaba apoyado por Raúl Quintana, quien lo favoreció con recursos y becas para que los trabajadores votaran por él.
En vano apelaron ante el secretario de Gobernación, Emilio Chuayfeet; el líder de la FSTE, Héctor Valdés, y el regente, Oscar Espinosa Villarreal. Fueron desalojados del local el 5 de agosto y serán turnados a la Comisión de Vigilancia y Fiscalización, según advirtió Raúl Quintana. Dijo que esa organización no tiene facultades en el caso porque el proceso electoral está concluido. La decisón está en manos ahora del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje.
Según Quintana, la inconformidad surgió en los candidatos ``en cuanto se enteraron que no habían resultado electos''. Sin embargo, los inconformes no cesan en sus demandas. Exigen la anulación de las elecciones, denuncian otras anomalías y continúan con su estremecedora forma de protesta: desangrarse. Hoy miércoles se desangrarán varios trabajadores de servicios médicos ante la Asamblea de Representantes del Distrito Federal