La Jornada 13 de agosto de 1996

Ordena el Presidente a Lozano reunirse con comisiones legislativa Desestimó la PGR investigar posibles ligas de Aburto con narcos

Juan Manuel Venegas y Ciro Pérez Silva En octubre de 1995, la Delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en Baja California dejó en libertad a Héctor Fonseca Chávez, presunto narcotraficante, amigo y vecino de Mario Aburto Martínez.

La línea de investigación que involucra a Aburto con organizaciones de narcotraficantes en Tijuana no fue atendida por las autoridades, a pesar de que de ello tuvieron conocimiento el ex gobernador panista de Baja California, Ernesto Ruffo, y el subprocurador general de la República, Hiram Escudero Alvarez.

De acuerdo con la averiguación previa 1807/95, Fonseca Chávez fue detenido el 2 de octubre en el centro comercial Mercado Arvizu de la colonia Buenos Aires de la ciudad fronteriza, en posesión de casi 60 gramos de la droga conocida como cristal, la cual reconoció de su propiedad.

Sin embargo, dos días después los agentes de Ministerio Público Federal, Marco A. Beltrán y Julio A. Santamaría, acordaron su libertad considerando ``que no se reunían los requisitos para proceder penalmente contra Fonseca Chávez''.

No corrieron la misma suerte otros tres sujetos detenidos junto con Fonseca: Oscar Montaño Valdez, Jesús Cardona Rincón y Hugo Federico Zambrano Solís, quienes permanecen en prisión.

De las declaraciones ministeriales de estos últimos se desprende que Fonseca encabezaba un grupo de distribuidores de droga (burreros, como se les conoce en la frontera), con quienes mantenía relación el asesino confeso de Colosio Murrieta.

Todos ellos vecinos de la Buenos Aires, lo mismo que Aburto, aseguraron que éste estaba armado precisamente por su participación en el grupo de Fonseca, quien residía en la calle Santa Rosalía de la colonia Buenos Aires, ``a unos metros de la casa de Mario Aburto''.

Sobre la detención de los amigos-vecinos de Aburto tuvieron conocimiento Ruffo, Escudero Alvarez y el entonces director general de la Policía Judicial Federal, Enrique Gándara Chacón, según consta en el parte informativo 355/95.

Ninguno, sin embargo, sugirió abrir esa línea de investigación que vincula al asesino confeso del candidato presidencial con el narcotráfico. De haberse iniciado estas pesquisas, las autoridades habrían tenido un perfil que se acercara más a las actividades y contactos que mantenía Aburto antes de disparar contra Colosio.

En todo caso, si los encargados de investigar el crimen de Lomas Taurinas realizaron alguna investigación en este sentido, no aparece en el expediente que Pablo Chapa Bezanilla entregó al procurador Antonio Lozano Gracia