La Jornada 13 de agosto de 1996

Irán a consultas ambas partes; nueva cita en Larráinzar, 4 de septiembre

Hermann Bellinghausen, enviado, San Andrés Sacamch'en, Chis., 12 de agosto El desenlace fue todo lo anticlimático que se hubiera podido tener a esas alturas, las más frías de la madrugada. ``Es lamentable la innecesidad de esperar toda la noche'', dice el comandante David a los desvelados de la intemperie, ``desvelados todos'', según el jefe de la delegación zapatista. ``No hay señas de que en ellos (los del gobierno) se mueva el corazón'', dice, y que ``se siguen comportando como los patrones de la nación''.

La indignación en el rostro de Marco Antonio Bernal al cruzar apresuradamente los portales de San Andrés rumbo a las suburban y el amanecer encuentra traducción puntual en el documento que distribuyen selectivamente los de prensa de Gobernación; sólo lo reparten a los que les caen bien, así que hay que conseguirse luego uno para irlo a fotocopiar. Si no, ¿cómo citarlo?


El negociador del gobierno, Marco Antonio Bernal,
al salir de la sede del diálogo, la madrugada de ayer
lunes.
Foto: Frida Hartz

Allí acusan a los zapatistas de perpetrar una ``profecía autocumplida'', en el sentido de que no habría acuerdo.

Quién sabe si sea una guerra de Internet, pero como toda guerra que se respete es también una guerra de papel. El comandante Tacho da lectura al balance final del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que a su vez acusa nuevamente a los del gobierno de sordos y mudos, de no entender, de racistas y cosas peores:

``Claramente, la delegación gubernamental ha venido desarrollando una estrategia que tiene como objetivo la derrota del zapatismo y nunca una verdadera solución a las causas del conflicto. Para ello, ha tratado artificialmente de achicar las posiciones zapatistas, y nos descalifica continuamente haciéndonos aparecer como intransigentes. Todo indica que en ningún momento ha abandonado la posibilidad de una `solución' militar''.

Resulta que mientras la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) bordaba lo más fino que podía para obtener documentos consensables, sin satisfacer a la delegación de Bernal, la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), que anduvo en la sombra la mayor parte de la infructuosa Plenaria II de la Mesa sobre Democracia y Justicia, consiguió un aval presidencial para destrabar lo que parecía estarse yendo quién sabe a dónde. Lo irreconciliable había tocado fondo; los reglamentos, como suele suceder, hay contingencias que no saben resolver.

Y la cosa quedó como demandaban los zapatistas desde el principio: ampliar la Mesa II, llevar a consulta los documentos existentes y reunirse para una no contemplada Plenaria III, al otro lado del Informe Presidencial, el 4 de septiembre.

Hasta parece que México sigue pareciéndose al México de antes.

Mundos paralelos

Los zarpazos de papel alcanzan una precisión ad hominen al recordar la delegación gubernamental que ``al término del llamado Encuentro Intercontinental contra el Neoliberalismo, el principal vocero del EZLN afirmó tajante que con la delegación del gobierno no se iba a llegar a ningún acuerdo. Posteriormente, tal postura fue reiterada en numerosas ocasiones... por el señor Tacho''.

Mientras la delegación gubernamental de Marco Antonio Bernal acusa al EZLN de manejar planteamientos ``irreductibles e innegociables'', de ``hacer política, independiente y al margen del curso de las negociaciones de paz'', la delegación zapatista, en boca del comandante Tacho, apunta: ``Según la delegación gubernamental, no hay problemas graves en México ni en Chiapas. Se niega a reconocer que el país está viviendo una grave crisis y hace todo lo posible por olvidar que los indígenas chiapanecos tuvieron que levantarse en armas para hacerse oír. Como los problemas no existen, tampoco existen las soluciones''.

Sin acuerdos, pero destrabado, el diálogo de paz en San Andrés Larráinzar no se interrumpe.

La loca del portal

La loca del portal, una mujer miserable de piel estragada que vive allí, y se defiende a garrotazos de un mundo que no ve, lleva rato dormida. Casi encima le pasan los que cruzan el portal. Al salir, enfundado en la chamarra de cuero negro, Marco Antonio Bernal casi roza la cobija que cubre a la mujer que entre los desvelados reporteros alguien llama ``el fantasma del diálogo''.

Una clochard tzotzil que toma parte en el escenario de las negociaciones. Una santa loca que nadie toca.

Ya se dijeron hasta lo que no las delegaciones, en una plenaria que casi nunca fue plenaria sino ``trabajo por separado''.

Ambas partes produjeron áridos cuadros comparativos de las propuestas presentadas, y que demandan un desentrañamiento posterior, pues a tono con todo lo demás, son distintas y ¿será que hablan de lo mismo?

Una vez más el fantasma de La invención de Morel, los mundos paralelos que no se tocan. Los periodistas que inexplicablemente permanecieron toda la noche en guardia esperando lo que se supone no iba a pasar, tuvieron su recompensa: sí pasó.

Son las 5:45 A.M. La luna nueva se despide, casi diurna, tras los tejados de San Andrés Larráinzar.

El comandante David anunció: ``Este tema está todavía en la mesa, y no como quiso el gobierno, dejarlo en suspenso''.

Y nos dieron las seis...

6:00 A.M. Suenan a la vez las campanas de tres capillas distantes y la corneta del campamento militar.

Las muchachitas del cordón de paz, descalzas y firmes, están a punto de ir a descansar de su tiritar serenado. El <>comandante David se despide: ``Gracias por su esfuerzo, su sacrificio. No nos despedimos, nos vemos al rato''.

``Si es que así nos lo permiten'', había expresado en tono quedo y un poco antes el comandante Tacho.

Las nubes se inundan de color naranja, y los valles se inundan de progresivas oleadas de claridad.

Es lunes otra vez