La Jornada 15 de agosto de 1996

Pide protección otro informante sobre los presuntos nexos de Mario Aburto con el narco

Juan Manuel Venegas y Ciro Pérez Silva Se llama, para efectos de la seguridad que dice buscar, Sergio. Estuvo en la prisión de Tijuana cuatro años.

Se enteró en la cárcel de los contactos de Mario Aburto Martínez con el narcotráfico y las constantes visitas de agentes de la Fiscalía Especial del caso Colosio, para interrogar a los amigos del homicida del candidato presidencial, y supo de primera mano todo lo relacionado con la liberación de un presunto narcotraficante, Héctor Fonseca Chávez, ``una de las personas que más contacto tuvo con Mario en los primeros días de marzo de 1994''.

Vino a la ciudad de México con la intención de reunirse con las comisiones legislativas que dan seguimiento a las investigaciones del crimen en Lomas Taurinas. También ha buscado entrevistarse con el grupo de políticos colosistas.

Su intención es ``hacer público todo lo que sé'', pero pide seguridad. ``Quiero ver la manera de que los diputados y senadores de la comisión Colosio me ofrezcan protección a mí y a mi familia''. Por lo pronto, hasta el martes había logrado reunirse con algunos diputados de la comisión, entre ellos Ramón Sosamontes.

En entrevista con La Jornada, contó ``sólo una parte'' de lo que conoce y pidió no identificar su nombre, ``hasta que me pueda reunir con las comisiones''.

Lo que sabe y cuenta

A principios de octubre de 1995, llegaron a la prisión de Tijuana, acusados de narcotráfico, cuatro hombres: Héctor Fonseca Chávez, Oscar Montaño Valdez, Jesús Cardona Rincón y Hugo Federico Zambrano Solís. Los cuatro, vecinos de la colonia Buenos Aires, donde residía Mario Aburto.

Sergio no se percató que uno de ellos, Fonseca Chávez, abandonó la prisión apenas dos días después de haber ingresado. Pero al paso de los días comenzó a tener relación con los otros tres y se dio cuenta de que ``recibieron varias visitas de agentes federales que los interrogaban durante largas horas''.

Primero pensó que se trataba de un asunto ``estrictamente'' relacionado con el tráfico de drogas. No obstante, uno de los tres --también por seguridad pidió que no se publicara su nombre, ``porque él tiene miedo de que lo vayan a matar''-- le contó el motivo de las visitas policiacas.

Estaban investigando a Mario Aburto Martínez y ellos (los tres narcotraficantes) sabían de él.

--¿Qué sabían de Mario?

--Pues eran parte de un mismo grupo que jefaturaba Fonseca. Se dedicaban a la distribución de drogas... todos ellos eran, como se dice en la frontera, puchadores y andaban en la pisteada juntos.

--¿Sólo eso?

--No, también que Héctor Fonseca fue la persona que más cerca estuvo de Mario en los días anteriores al asesinato de Colosio, y que fue precisamente él la persona que le consiguió la pistola que Mario traía. También conocían de las reuniones que varias personas tuvieron en la casa de Aburto y a las que asistió Fonseca.

--¿Por qué tan cercana la relación de Fonseca con Aburto?

--Ellos eran amigos y Fonseca le daba trabajo a Mario. Además eran amigos de todo el tiempo, ellos eran vecinos de la misma calle. La casa de Mario no estaba a más de 15 metros de la de Fonseca.

--¿Qué le dijeron de la liberación de Héctor Fonseca?

--Pues los otros tres tuvieron mucho miedo. Tienen mucho miedo, porque Fonseca sabe perfectamente ``con qué personas se reunió Mario Aburto los días anteriores al asesinato del señor Colosio.

--¿Y por qué los interrogaban a ellos?

--Pues los judiciales querían saber de dónde había salido Aburto y quiénes eran sus amigos. Además, también andaban tras la pista de dónde había sacado su arma (Mario Aburto llevaba una Taurus 38 el día que asesinó al candidato) y pues ellos sabían que Mario andaba armado porque así se lo había sugerido Fonseca, que además le había conseguido una pistola.

--¿Quiere decir...?

--Quiero decir que Fonseca sabía con quiénes se reunía Mario Aburto. El iba a su casa, donde muchas personas los visitaban...

Fonseca, según la PGR, dejó Baja California y se encuentra desde hace algunos meses en San Diego.