La Jornada 15 de agosto de 1996

Anular la pasada elección en Ford Cuautitlán, piden observadores

Judith Calderón Gómez Las recientes elecciones sindicales efectuadas en la planta Ford de Cuautitlán son una muestra del sistema corporativista mexicano y deben ser anuladas porque se cometieron graves violaciones a la legalidad, opinó el Comité de Observadores Trinacional (COT) que supervisó el proceso.

Delegados de ese organismo, en el cual confluyeron representantes de Estados Unidos, Canadá y México, dieron a conocer ayer sus conclusiones sobre el proceso electoral mediante el que se renovó el Comité Ejecutivo local del sindicato de esa empresa para los próximos tres años.

Previamente habían difundido sus razones para supervisar dichos comicios en esta planta: las represalias contra los trabajadores automotrices en Ford, cada vez que han pretendido votar por gente ajena a la Confederación de Trabajadores de México (CTM).

Tales acciones han ido desde agresiones físicas y despidos hasta la irrupción violenta de 300 golpeadores en la planta, en l990, enviados por la CTM, hecho en el que fue asesinado el obrero de fundición Cleto Nigmo y en el que resultaron heridos de bala nueve trabajadores.

En los últimos dos días hubo guardias en las puertas de la planta. Los delegados de la COT realizaron encuestas con los trabajadores y conocieron del proceso electoral desde fuera, porque tanto la empresa como el sindicato se opusieron a que entraran a las intalaciones.

Los representantes cetemistas dieron a conocer ayer el resultado: declararon como triunfadora a la Planilla Naranja, con 474 votos.

El COT señaló que esta corriente -con delegados cetemistas- sólo obtuvo l0 por ciento de los votos de los 3 mil 200 asalariados de la planta Cuautitlán.

Un gran número de trabajadores -20 por ciento- se abstuvo y 8 por ciento de los sufragios emitidos en favor de la Planilla Café fueron anulados, pues la dirigencia cetemista descalificó a sus integrantes antes del proceso por considerar que no tenían una probada militancia en esa central obrera.

Sindicalistas de la industria automotriz de Estados Unidos y Canadá, encabezados por Tood Wiecl y John O'Handley, respectivamente, concluyeron por su parte que no hay respeto a la libertad sindical en México.

A nivel nacional se integró el Comité Cleto Nigmo para supervisar este proceso. Sindicalistas, abogados, defensores de derechos humanos, especialistas laborales e integrantes de Alianza Cívica, entre otros personajes, señalaron que hubo irregularidades desde antes de que comenzaran las elecciones.

En nombre del Comité de Observadores Trinacional, Carmen Herrera, representante del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), dio a conocer ayer las conclusiones preliminares después de que diversos organismos realizaron guardias en la planta durante los días 13 y 14 de agosto.

Los delegados del COT manifestaron que el proceso que vivieron los trabajadores de la Ford en Cuautitlán constituye un patrón representativo de los mecanismos mediante los cuales se ``sostiene el sistema corporativo mexicano en los diversos sectores de la sociedad y, en este caso, en el campo laboral''.

Destacaron que los antecedentes en esta planta ``inhiben la posibilidad de participación'', y señalaron que el proceso ``estuvo viciado con graves violaciones a la legalidad'', por lo que ``debe ser anulado y realizarse otro que se apegue a la Constitución Política mexicana''.

Manifestaron su preocupación por las consecuencias que pueda haber contra los integrantes de la Planilla Café que fue descalificada, pues ellos expresaron su temor de sufrir represalias como perder el empleo, por lo que pidieron protección para los sindicalistas involucrados en este proceso electoral.

Manipulación cetemista: trabajadores

Desalentados, varios obreros coincidieron en que la Planilla Café era la mejor, porque ``sí sabía a qué le tiraba''. Este grupo lo encabezó Raúl Fernández.

Al descalificarlo, la dirigencia nacional difundió en una circular: ``Se sabe que recurren a asesoría externa... Ante esta situación, no podemos permitir que se repita o se ponga en riesgo la estabilidad o la seguridad de nuestro trabajo''.

Los trabajadores entrevistados aseguraron que fue una elección en la que los cetemistas ``manejaron todo''. Uno de los entrevistados agregó: ``¿Qué queda por hacer? Votar por la que creemos más conveniente, pero no hay voto democrático, como la palabre lo dice''.

Raúl Escobar, diputado perredista, opinó el día de las votaciones que ``hubo una campaña por parte de empresa y el sindicato cetemista contra la Planilla Café'', y que fue un proceso pacífico gracias a la presencia de observadores.

Eduardo Miranda, de Alianza Cívica, habló de que existían ``amarres'' para que ganara la CTM, y que haber hecho una maniobra de este tipo ante tantos organismos prestigiados ``muestra la barbarie de la nueva cultura laboral''.

Estela Ríos, de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), aseveró que el proceso fue ilegal, no se apegó a los estatutos y que jamás se realizó una asamblea para marcar la pauta que seguirían las elecciones.

Estuvieron al pendiente del citado proceso representantes de Alianza Cívica, del Centro de Reflexión Laboral (Cereal), la Asociación Nacional de Abogados Democráticos y el Frente Auténtico del Trabajo (FAT), entre otras organizaciones mexicanas. Entre los personajes que asistieron, el periodista Rodolfo F. Peña, el legislador Edgar Sánchez y los abogados Emilio Krieger y Jesús Campos