La Jornada 15 de agosto de 1996

Dos años más para una plena recuperación: IP

Raúl Llanos Samaniego A pesar de que en el primer semestre de este año el entorno económico fue más favorable para las empresas, ya que ha habido más ventas, utilidades e inversión, se ha incrementado la capacidad instalada y la generación de empleo, los empresarios consideran que la ``incertidumbre en la política económica'' continúa siendo una limitante para la recuperación, junto con la falta de créditos, el bajo poder adquisitivo y los insuficientes esquemas de apoyo a deudores, a lo cual se agrega un ``profundo sentimiento de incertidumbre e incredulidad'' sobre la política cambiaria, revela el estudio más reciente del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Al presentar su Encuesta semestral sobre la situación y perspectivas de las empresas, el organismo precisa que es evidente la ``actitud de cautela'' de los hombres de negocios frente al actual contexto económico, a grado tal que el 85 por ciento de los entrevistados afirman que la ``plena recuperación'' tardará, por lo menos, dos años más.

El documento, que consta de 25 páginas, destaca que durante enero-junio de este año los profundos desequilibrios que resintió la economía en 1995 ``empezaron a corregirse de manera persistente''. Esto permitió la aparición de un ambiente de ``menor incertidumbre'', y la confianza de que en la segunda mitad de 1996 podrá haber un crecimiento más vigoroso.

Agrega el texto que en el primer semestre creció el número de empresas con mayores ventas, con superior utilización de la capacidad instalada y creación de empleos; también mejoraron las expectativas empresariales acerca de la evolución de la economía, y se ampliaron las oportunidades para hacer inversiones y obtener utilidades.

De acuerdo con los resultados de la encuesta aplicada en 450 empresas industriales, comerciales y de servicios del valle de México, Guadalajara, Monterrey y León, el mercado interno empezó a crecer en el periodo de referencia a un ritmo superior al previsto. El 60 por ciento de los consultados reportaron alza en las ventas y el 29.9 por ciento, bajas.

Por tipo de actividad, el industrial (48.9 por ciento) fue el que logró mayores ventas; le siguió el sector comercial (54.8) y el de servicios (52.7). Por tamaño de empresas, los incrementos más significativos se dieron en el segmento de las grandes, luego medianas y chicas.

Los inventarios disminuyeron en las empresas consultadas durante enero-junio, mientras la utilización de la capacidad instalada se incrementó de 62.3 por ciento de diciembre pasado, a 67.8 por ciento para junio pasado, aunque los niveles siguen por debajo de los observados antes de la crisis.

El documento del CEESP menciona que el margen de utilidad sobre ventas totales es otro de los indicadores que presentó una variación positiva, lo que se refleja en la intención de 75.9 por ciento de los encuestados de incrementar sus inversiones para lo que resta del año, aunque ``ello dependerá de evidencias inobjetables de una recuperación sólida y del costo del crédito''.

El estudio destaca que las limitantes que en mayor medida impidieron mejores niveles de inversión fueron el problema del financiamiento, la disminución de la demanda y la incertidumbre prevaleciente. Entre las causas de un menor crecimiento de la producción estuvieron la falta de demanda, escasez y/o el alto costo del financiamiento, problemas relacionados con el abasto de materias primas y el desplazamiento por importaciones.

El trabajo del organismo empresarial analiza la recuperación económica ``desde el punto de vista de las empresas'', y de acuerdo con los resultados sólo poco más de uno de cada dos empresarios ha percibido indicios de que en la primera parte del año la economía se hallaba en ese proceso.

Cita que para los empresarios los factores limitantes para la recuperación económica se encuentran en ``la incertidumbre en la política económica'' (57.6 por ciento), la falta de recursos (52.7), el bajo poder adquisitivo (50.7) y los factores políticos (46.4).

En el renglón de política cambiaria ``se encontró una alta insatisfacción'' de los empresarios, quienes consideraron inadecuado el tipo de cambio que prevaleció en el primer semestre.

``Los pronunciados altibajos a lo largo del año pasado, seguidos por un fortalecimiento inesperado en el primer semestre de 1996, aparentemente han creado un profundo sentimiento de incertidumbre e incredulidad en torno a esta política, lo cual se expresa en constantes expectativas devaluatorias.

``Da la impresión de que, a pesar de los efectos dañinos de la depreciación de la moneda, es preferible que ello proceda de manera gradual y previsible a fin de, supuestamente, evitar una depreciación de grandes proporciones a futuro'', concluye.