La Jornada 16 de agosto de 1996

Plantea Dole la vuelta al liderazgo fuerte de Reagan

Jim Cason y David Brooks, enviados, San Diego, 15 de agosto Bob Dole llegó a esta Convención Republicana muy atrás de su contrincante demócrata Bill Clinton en las encuestas y con un partido profundamente dividido en temas claves, pero según sus asesores el ex senador abandonará San Diego el viernes como el candidato de un partido unificado y armado con un fuerte programa de política económica e, igual de importante, con unos 70 millones de dólares de fondos federales de campaña en el banco.

"Nuestra primera prioridad era unificar al partido --comentó hoy el estratega de la campaña, Paul Manafort-- y creo que hemos logrado eso". En respuesta a una pregunta de La Jornada, Manafort añadió que algunas encuestas ya han demostrado el impacto positivo de este evento, y como resultado una reducción en las diferencias de apoyo entre ambos candidatos en encuestas recientes.

Pero mientras Dole y su compañero de fórmula Jack Kemp se preparan para viajar al noreste del país, varios delegados sugirieron en entrevistas que en su esfuerzo para proyectar una imagen más moderada, el partido podría haber bien enajenado a una parte poderosa de su base: los cristianos conservadores que serán claves en la campaña de promoción del voto en varias regiones del país. Al mismo tiempo, la campaña de Bob Dole todavía no ha logrado diseñar un mensaje atractivo al segmento moderado y no afiliado del electorado que determinará el resultado de la elección en estados críticos en el medio oeste.

No cabe duda de que la estrategia de Dole y la cúpula republicana ha funcionado aquí. Cedieron la plataforma política al ala ultraconservadora del partido sólo para después declararla irrelevante, y no necesariamente compartida por la campaña.

Mientras el sector ultraconservador tenía con que declarar su triunfo (sobre posiciones contra el aborto, antinmigrantes y "valores familiares"), el liderazgo partidario controló una imagen publica de la convención que subrayó la pluralidad de opinión, de raza y género, con dos maestros de ceremonias (George Bush hijo y Christine Whitman) opositores a lo incorporado en la plataforma sobre inmigración y aborto, respectivamente.

En lugar de estos contenciosos, la campaña de Dole insertó como asunto central el tema económico. "Creemos que la agenda económica será la razón básica del porqué la gente pensará que Dole necesita ganar la elección (en noviembre)", explicó Manafort.

Para el Partido Republicano esto ha sido un logro tremendo. El diario Philadelphia Inquirer informó hace unos meses que en la primera parte de este año las encuestas internas del Partido Republicano habían detectado que hasta 40 por ciento de sus militantes estaban considerando votar a favor de Bill Clinton en noviembre en rechazo al ``extremismo'' de su partido en torno a temas sociales. Antes de cualquier cosa, el liderazgo del partido tenía que asegurar el retorno de esta gente a la ``carpa grande'' de su partido.

La cúpula del partido también espera que la selección de Kemp permitirá ampliar su base electoral más allá de sus límites tradicionales. "Es único como un candidato en el sentido de que en verdad motiva, bombea la base del partido y al mismo tiempo atrae a gente que tradicionalmente no es votante republicano, los votantes afroamericanos, hispanos, judíos", explicó el presidente nacional del partido, Haley Barbour.

Este tipo de ``alcance'' es particularmente importante este año ya que la contienda electoral presidencial podría ser decidida por votantes ubicados en algunos estados. La razón de este calculo es resultado de que los votos en la elección general para presidente son tabulados por entidad federativa, con los estados de mayor población --California, Nueva York y Texas-- que representan más votos. De esta forma no es el voto directo, sino el candidato que gane la mayoría en el estado gana todos los votos electorales de ese estado en el Colegio Electoral.

Los analistas republicanos señalan que desde 1968 los candidatos de su partido casi siempre han ganado la lealtad de los estados sureños más grandes, con los de las montañas del oeste, los del centro occidental y los de la costa oeste. Los candidatos demócratas han tenido éxito en tiempos recientes en estados como Nueva York, Connecticut y otras entidadess industriales. Por el momento, Clinton tiene una amplia ventaja en California y Nueva York, pero Dole tiene Texas. Según una encuesta de la agencia MasonDixon Research, los estados que todavía no están definidos y tienen muchos votos incluyen a Ohio, Michigan, Wisconsin, Illinois, Nueva Jersey, Pennsylvania y Florida.

Barbour reconoció esto ayer, al comentar a la prensa que "esta contienda electoral será decidida, en gran parte, en los estados del medio oeste (centro del país) y los del medio Atlántico (estados sureños atlánticos)".

El presidente del Partido Republicano estimó que la imagen moderada y de inclusión proyectada desde esta convención, serán atractivas para los votantes centristas e independientes, los cuales decidirán el resultado de la elección en esos estados críticos.

Pero la suposición de esta estrategia es que en cada uno de estos estados siempre hay un bloque leal republicano, otro que siempre vota demócrata y un tercer bloque que cambia su voto dependiendo de la coyuntura particular y el candidato. Aunque la estrategia republicana podría alentar a algunos votantes moderados, arriesga desmovilizar a partes activistas de su base central, advirtió el delegado de Michigan, Tim Hughes.

En entrevista con La Jornada, Hughes, quien es simpatizante de Pat Buchanan, describió cómo se despertaba a las cinco de la mañana todos los días durante las elecciones primarias para promover el voto de su candidato. "Sí, votaré por Dole porque Pat nos dijo que lo hiciéramos``, comentó Hughes. ''Pero será difícil tener entusiasmo para hacer mucho más que eso. Temo que mucha de nuestra gente simplemente no saldrá a votar el día de elecciones".

El reto para la campaña de Dole es cómo diseñar una estrategia para atraer a los ``centristas'' y, al mismo tiempo asegurar que los amigos de Hughes también salgan a votar.

El estratega republicano Manafort reconoció hoy que un gran apoyo para este esfuerzo llegará el viernes, cuando la campaña Dole-Kemp deberá recibir el primer pago de casi 70 millones de dólares en fondos federales para las elecciones generales. "Hasta ahora, simplemente no hemos tenido los fondos necesarios para responder a la ola de ataques negativos de la campaña de Clinton. Pero a partir del viernes responderemos", comentó.

Sin embargo, aún con estos fondos la campaña tiene un largo y difícil camino que recorrer. Encuestas difundidas hoy demuestran un panorama mixto para la campaña Dole-Kemp. Varios sondeos indican que Dole ha cerrado su desventaja frente a Clinton a unos 10 puntos, pero hoy una encuesta nacional del periódico San Diego Tribune sugirió que la ventaja de Bill Clinton podría haberse ampliado de nuevo a 17 puntos sobre Bob Dole.