La Jornada 16 de agosto de 1996

Cinco especialistas japoneses rastrean aquí al empresario secuestrado

Jorge Alberto Cornejo, corresponsal, Tijuana, BC, 15 de agosto Cinco investigadores expertos en secuestros llegaron a esta ciudad procedentes de Japón, para colaborar con las autoridades locales en el caso del empresario nipón Mamoru Konno, plagiado hace cinco días en esta frontera por un comando armado que demanda el pago de 2 millones de dólares como rescate.

Aunque oficialmente las autoridades no reconocen el hecho, un alto funcionario de la Procuraduría General de la República (PGR) reconoció que los agentes extranjeros arribaron ayer por la mañana y trabajan en coordinación con el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI).

A este respecto, se conoció que ejecutivos de la empresa Sanyo, así como familiares del secuestrado, también arribaron anoche a esta frontera y pidieron que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) se mantenga al margen de las pesquisas.

Un allegado a la empresa comentó en forma confidencial, que los familiares de Konno tienen ``desconfianza'' en las autoridades locales, pues están enterados que hace unas semanas, en Mexicali, un empresario secuestrado por agentes de la Policía Judicial del Estado (PJE) ``fue ejecutado''.

El mismo funcionario de la empresa propiedad del plagiado comentó a La Jornada que Mamoru Konno se habría comunicado ya con su esposa y que, al menos en una ocasión, los secuestradores también establecieron comunicación con la familia.

Fuentes judiciales refirieron que efectivamente la familia recibió dos telefonemas y, según indagaciones del FBI, las llamadas se efectuaron desde un teléfono público en San Diego, California, lugar de residencia de la familia Konno.

Se conoció asimismo que en la primera llamada Mamoru Konno dijo estar bien de salud y pidió a su esposa que reuniera el dinero que demandan los plagiarios, para entregarlo a la brevedad posible.

En la segunda llamada, un hombre que habló en japonés con la familia fijó el plazo de una semana para el pago de los 2 millones de dólares, en billetes de baja denominación