La Jornada 16 de agosto de 1996

El sacrificio obrero 77-96 equivale al doble de la deuda externa: Millán

Andrea Becerril Veinte años de sacrificio salarial han sido ya suficientes. Es hora de que el sindicalismo, en el marco de la nueva cultura laboral, cambie su estrategia, pues el deterioro de los ingresos obreros de 1977 a la fecha, en cifras conservadoras, significa 258 mil millones de dólares, el doble de la deuda externa, sostuvo el secretario del PRI, Juan S. Millán.

Esos recursos, ``sacados del bolsillo de los trabajadores, vía la pérdida de su poder adquisitivo, no sirvieron para crear empleos o modernizar el aparato productivo y, por el contrario, llevaron también a la crisis al IMSS y al Infonavit'', agregó el también integrante del Comité Ejecutivo Nacional de la CTM y uno de los artífices de la nueva cultura laboral.

Se requiere, subrayó, cambios de estrategia y de actitudes, que los sindicatos dejen a un lado posturas rígidas, pues no es posible perder de vista los cambios que se están dando en el ámbito laboral en todo el mundo. Aseveró que ``posiblemente obreros y empresarios lleguen a la conclusión, en algunos meses o años, de que se requiere actualizar la Ley Federal del Trabajo o el artículo 123 constitucional''.

Millán fue orador central en la conferencia Sindicalismo y nueva cultura laboral, organizada por la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios (Fenasib) en el auditorio del Congreso del Trabajo (CT).

Expuso que el recién signado pacto obrero-empresarial no es un tratado de buenas intenciones, como algunos lo han calificado, sino ``el esfuerzo por mejorar a trabajadores y empresas, independientemente de los beneficios que marca la Constitución y la LFT''.

El éxito de este intento por llegar a otro estadio en la relación entre los factores de la producción, subrayó, depende de la voluntad de los firmantes y ``no es una tarea fácil, porque implica no repetir esquemas de confrontación ni insistir en esquemas salariales que ya probaron no funcionar para los trabajadores''.

El secretario general del PRI hizo una revisión amplia de la evolución de la política seguida por los sindicatos en materia salarial. Resaltó que la caída de los salarios en cifras representa 258 mil millones de dólares, más del doble de la deuda externa.

``Cómo no van estar en crisis el IMSS y el Infonavit si ambas instituciones dejaron de percibir 55 mil millones de dólares de 1977 a 1995 por la contracción de los salarios'', se preguntó.

Millán dijo también que en las empresas medianas y pequeñas, que generan 65 por ciento del empleo en el país, el promedio salarial es apenas de 1.5 mínimos.

``¿No han sido suficientes 19 años continuos de deterioro salarial, no le han bastado dos décadas de sacrificio salarial al sindicalismo, no ha llegado ya el momento de cambiar la estrategia general?''

A partir de la nueva cultura laboral, resaltó, se abre otra vertiente, otra opción, para que los trabajadores puedan participar de los beneficios que resulten del mejoramiento de la productividad.

``Es un esquema que obliga a una discusión permanente de los problemas de la empresa y a un involucramiento de los trabajadores en todo programa de elevación de la productividad.''

No es congruente, dijo, pedir aumentos a una empresa que está en condiciones de supervivencia. De ahí que se haya incluido en el documento base un punto que habla de mejorar los ingresos de acuerdo con la situación del país y de cada empresa. ``Se introduce, por ello, un elemento de diagnóstico en cada centro de trabajo''.

En adelante, añadió, los líderes sindicales deberán capacitarse, ser más creativos, abandonar esquemas rígidos.

En entrevista, expuso que la actualización de la Ley Federal del Trabajo y el artículo 123 constitucional nunca ha estado descartada. Sin embargo, aclaró, no fue ese el objetivo del acuerdo que dio vida a la nueva cultura laboral y, en última instancia, una decisión de modificar la legislación debe partir del conseno entre empresarios y líderes sindicales.

``Puede, como resultado de la aplicación de la nueva cultura laboral, acordarse que es necesario actualizar la ley, pero para ello tendrán que realizarse muchas evaluaciones de los resultados conseguidos con la concertación recién firmada.''

El dirigente cetemista aclaró que en este momento, sin embargo, se trata de hacer un esfuerzo por mejorar las relaciones laborales, sin que sea necesario estar discutiendo la reforma a la LFT.

Las iniciativas del Partido Acción Nacional en esa materia se han rechazado, añadió, porque en buena parte sólo buscan acabar con los contratos y los sindicatos. Sin embargo, de analizarse capítulo por capítulo, ``se encontrarán coincidencias entre las propuestas panistas y los acuerdos de la nueva cultura laboral''.

CCE: no debe haber presiones

Entrevistado por separado, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Héctor Larios Santillán, dijo que no debe haber presiones de partidos políticos ni de ningún otro sector para adelantar la revisión de la Ley Federal del Trabajo, ya que primero debe darse un proyecto consensado en función de los avances logrados a través de la nueva cultura laboral.

El PAN, y en general los partidos, añadió, tendrán que intervenir, pero en el momento en que lleguen al Congreso de la Unión los proyectos de ley ya consensados entre representantes de trabajadores y empresarios, que son los que intervienen directamente en el proceso productivo.

Sobre las críticas formuladas por el PAN en el sentido de que se trató de un acuerdo cupular, signado por quienes no representan a la totalidad de los trabajadores y los patrones, Larios comentó que deben hacerse de lado actitudes divisionistas: ``Yo sugiero que aquellos que dicen no que fueron consultados se integren en la siguiente etapa, en la que se buscará aterrizar los principios generales de la nueva cultura laboral''