La Jornada 18 de agosto de 1996

La Comisión de Seguridad Nuclear y Salvaguardas, ineficaz: Greenpeace

Angélica Enciso ``Una reforma a fondo de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas (CNSNS) para que se convierta en un organismo independiente y autónomo del gobierno e integrar a ella la representación académica y civil'', son algunas propuestas de Greenpeace después de conocer la respuesta de aquella institución sobre el asunto de la leche contaminada de Conasupo.

En un recuento sobre la importación de leche radioactiva de Irlanda en 1987, Greenpeace destaca que la comisión no resolvió el problema de la varilla radioactiva, el caso del confinamiento de Samalayuca, Chihuahua, la presunta falta de control de la exposición de los trabajadores a la radioactivad en Laguna Verde y no ha expuesto su opinión respecto al confinamiento de desechos radioactivos de Sierra Blanca.

La organización hace referencia a un informe de la comisión legislativa que investiga el funcionamiento de Conasupo y sus empresas filiales, en el que se asentó que la leche contaminada había sido distribuida por empresas particulares y consumida en el país; que el producto ingresó a México en el segundo semestre de 1986; que su estado no fue descubierto sino hasta enero del siguiente año, y que después se intentó mezclar la leche contaminada que aún no se vendía con leche en buen estado.

De acuerdo con Greenpeace, la empresa Wyeth Vales, que compraba leche en polvo a Conasupo, analizó la leche y encontró que sí estaba contaminada.

Después, entre enero y marzo de 1987, Conasupo se puso en contacto con la CNSNS, que tomó muestras de productos lácteos que estaban en el mercado y de otros que estaban en bodegas y determinó que el producto no debía comercializarse, agrega el informe.

Según Greenpeace, en los laboratorios de la Central Nuclear de Laguna Verde se detectó también que la leche importada de Irlanda estaba contaminada por cesio 137 y estroncio 90. Sin embargo, las autoridades no informaron al respecto.

Al puerto de Veracruz, indica el texto, llegaron tres embarques procedentes de Irlanda con un total de 16 mil 958 toneladas de leche en polvo y 251 mil 990 kilos de mantequilla, y para febrero de 1988 en las bodegas sólo había 3 mil 700 toneladas.

Detalla que luego de una denuncia del Grupo de los Cien sobre las toneladas que aún permanecían en bodega, la Secretaría de Salud (Ssa) reconoció que 3 mil de 11 mil toneladas estaban contaminadas, por lo que serían devueltas a su lugar de origen.

En febrero de 1988 la Ssa y la CNSNS anunciaron que a pesar de que una parte de la leche en polvo cumplía con las normas establecidas, la totalidad del producto sería devuelta a Irlanda.

Para Greenpeace, ocho años después de esos acontecimientos es difícil determinar los daños que pudo haber ocasionado el lácteo y fincar responsabilidades.

Ante ello, considera necesario que se reorganice la CNSNS, pues ha demostrado incompetencia para proteger a la población de exposiciones a la radioactividad y carece de autonomía, capacidad técnica y recursos para cumplir con sus obligaciones. Asimismo destaca que hay elementos que denotan una alta posibilidad de corrupción en la compra del lácteo contaminado.