La Jornada 23 de agosto de 1996

Empresarios exigen ser el cuarto sector del PRI, y más poder

José Ureña y Ana Salazar Los empresarios reclaman más poder y ganancias. Piden al PRI ser su cuarto sector, más cargos públicos, derogación del impuesto al activo, fiscalización del comercio informal, un gravamen único de 2.5 por ciento para microempresas y exención de tasas en reinversiones.

Congregados por el Partido Revolucionario Institucional en Tlalnepantla, insistieron también en que se cumpla el artículo 115 constitucional y que ``todos los ingresos fiscales que perciba el gobierno federal se canalicen al desarrollo de los estados y municipios donde se genren los mismos''.

Los trabajos de ayer culminaron una reunión de dos días. Divididos en nueve mesas, los oradores reclamaron en casi todas ellas que la nueva legislación electoral les permita participar abiertamente en política a fin de garantizar la alianza empresarios-partido-gobierno.

Al terminar las sesiones, el organizador Jesús Alcántara desechó la exigencia masiva de constituirse en cuarto sector priísta. ``No he recibido hasta ahora ninguna proposición al respecto y no es necesario el cuarto sector para que actúen políticamente los empresarios en una forma personal'', explicó.

El asunto es de ``carácter personal. En los estatutos anteriormente había cierta limitación para que un empresario participara como candidato y actuara, y tenía uno que adoptar o adherirse a una federación o confederación, si así era el caso. En la actualidad cualquier empresario, en lo personal, puede aspirar a cualquier puesto de elección popular''.

En la mesa dedicada a la política, con Javier Gándara como presidente y Rafael Oceguera como coordinador, la mayoría de los oradores repitió la exigencia de formar un cuarto sector. Por ello se asentó en las dos primeras conclusiones:

``1. Que se abran los espacios políticos para los empresarios dentro del partido.

``2. Que estos espacios se den a través de la formación de un cuarto sector del partido''.

En materia económica, propusieron que el gobierno apoye a la microempresa con un impuesto único del 2.5 por ciento ``sobre sus ingresos y exentarlas del Impuesto al Valor Agregado para que puedan vender sus productos sin riesgo de simular un IVA acreditable''.

Más adelante piden suprimir la no deducibilidad de gastos en restaurantes, que el IVA, el pago de la facturación, que los gastos de educación escolar y tecnología sean deducibles y que se cambie la estructura fiscal para gravar al consumo con un impuesto único.

Sostienen la necesidad de simplificar el régimen fiscal, que se derogue el impuesto al activo, que haya una sola tabla de calcular el Impuesto sobre Productos del Trabajo y que se desaliente el comercio informal mediante una fiscalización rígida por parte de las autoridades hacendarias.

En otra mesa, la de productividad social, solicitaron ``apoyo para que los contribuyentes tengan adeudos fiscales hasta por 500 mil pesos determinados al mes de agosto de 1996, con el descuento del 50 por ciento y con pagos máximo de 12 meses, calculados los intereses del financiamiento de acuerdo con el valor de las Udis al momento de su liquidación''.

Durante la clausura, Jesús Alcántara ofreció que intentaría trasmitir al presidente Ernesto Zedillo lo expresado en el Foro Empresarial y que pensaba hasta leerlas, o al menos ``el Estado Mayor (Presidencial) me permita leer la síntesis de todas las ponencias''.