El gobierno de Ernesto Zedillo ha perdido la credibilidad al encubrir los crímenes de Carlos Salinas, pero ésta no ha sido la única consecuencia de ello. Uno de los aspectos más graves de lo que acontece es que la crisis moral del grupo gobernante está ahondando la crisis terminal del régimen y en muchos sectores no existe una conciencia de ello.
1. El gobierno de Carlos Salinas actuó durante seis años con una misma lógica: la de que el pueblo lo aguanta todo y de que, por lo mismo, a la hora de hacer política lo único que cuenta son las élites. No es de extrañar que en el segundo año ``de Zedillo'' (que realmente es el octavo año de Salinas), la lógica oficial continúe siendo la misma, como resulta evidente en la operación de encubrimiento del crimen de Colosio. Para el gobierno no importa lo que los mexicanos crean, sino lo que las élites del país acepten como ``la verdad oficial''.
2. La indignación que aún manifiestan algunos sectores porque no se investiga nada en torno al caso Colosio, no sorprendió a quienes han seguido de cerca los tejemanejes de un grupo de panistas, que no han tenido otra prioridad que la de cuidarle las espaldas a su benefactor, olvidándose de los principios del PAN. A nadie puede ocultarse, por ejemplo, que Antonio Lozano Gracia llegó al cargo por una de las más oscuras componendas del panismo con el salinismo, fraguada por Diego Fernández de Cevallos, que si bien permitía a un miembro del PAN llegar al gabinete, el precio a pagar por ello era muy alto, pues se trataba de que fungiera como un candado de seguridad para el salinismo, y esto sigue abriendo múltiples interrogantes.
3. ¿Qué mayor descomposición puede haber en un régimen que aquella que se produce cuando un grupo de dirigentes del principal partido de oposición se tornan en un aval y en cómplices de los crímenes del mismo?
4. Y esto es precisamente lo que está aconteciendo en México con ``el caso Colosio''. Los líderes del PAN han llevado su alianza estratégica con el salinismo hasta sus extremos, con una lógica a todas luces obvia: el sentir popular no importa, y las élites del país tarde o temprano tendrán que aceptar que más vale echarle tierra al asunto.
5. Los cálculos del gobierno salinista PAN-Zedillo empiezan a fallar ahí precisamente, porque muchos dirigentes empresariales, eclesiásticos y sindicales ya no aceptan la tesis de que procesar a Carlos Salinas generaría una crisis política mayor, sino que creen precisamente lo contrario; si no se esclarece lo que aconteció en el sexenio pasado, el país seguirá abismándose en una crisis cada vez mayor.
6. El Procurador General en un régimen democrático hubiese investigado de oficio todos los ilícitos del gobierno precedente a fin de proceder conforme a Derecho, pero ese no es el caso de México. Lo poco que se sabe de las acciones criminales de los Salinas ha sido dado a conocer por medios informativos del exterior, y no por Lozano Gracia, que utilizando todo género de ardides y manipulaciones ha sido uno de sus principales encubridores.
7. Lozano Gracia ha fracasado por completo en la aclaración del caso Colosio, y si tuviese un mínimo de dignidad ya habría presentado su renuncia, pero la dirigencia panista se lo ha impedido y para salvar la cara ha anunciado una limpia de la Policía Judicial que a nadie ha convencido, pues de haber legalidad él tendría que ser investigado.
8. En ese contexto, la decisión del PRD de mantenerse al margen de la designación de un nuevo ``Fiscal especial'' molestó profundamente al régimen y al PAN: a) porque implicó que decidía obrar en términos de la legalidad escrita del país y no de las ``reglas no escritas'' (a lo que el gobierno tiene acostumbrado a los panistas), pero también b) en virtud de que significó que este partido le ponía un alto a las pretensiones de Zedillo de ``desrresponsabilizarse'' en la toma de ciertas decisiones, y de hacer cómplices de las mismas a los partidos (e incluso al Legislativo).
9. La principal reforma que urge en esta materia es, desde luego, la de lograr una plena autonomía del Ministerio Público a fin de que éste ya no dependa del Ejecutivo. Este cambio, sin embargo, no conduciría a nada por sí solo en el marco del actual sistema de partido de Estado, pues hasta ahora el Congreso de la Unión está dominado por las ``mayorías mecánicas'' del PRI en las dos Cámaras y no representa más que la voluntad del Ejecutivo (y esto no cambia, aunque a ella se sume el PAN, como antaño lo hacían los partidos paraestatales).
10. En el curso de estos meses hay algo que casi todo mundo pretende haber olvidado: que en el régimen constitucional mexicano el principal responsable de la investigación del homicidio de Colosio y del encubrimiento del homicida intelectual no ha sido Chapa Bezanilla, como tampoco Lozano Gracia: formalmente ha sido y es Ernesto Zedillo. Y para él tampoco vale la excusa de que es Carlos Salinas el que sigue mandando en el país.