Hallan sustancia explosiva en el avión de TWA: New York Times
Ap y Afp, Nueva York, 23 de agosto Rastros químicos de un artefacto explosivo fueron detectados en los restos del avión de TWA que el 17 de julio estalló en pleno vuelo, y aunque el hallazgo proporciona la evidencia para afirmar que se trató de un acto criminal, la sustancia química es corriente en muchos tipos de bombas y misiles tierra-aire, por lo que hasta el momento es imposible saber qué tipo de artefacto destruyó el Boeing 747, revelaron altos funcionarios gubernamentales.
En la edición de este viernes, el diario The New York Times informa que expertos en elementos químicos encontraron en un laboratorio del Buró Federal de Investigaciones (FBI), en Washington, rastros de PETN --sustancia presente en explosivos plásticos-- en una de las partes del avión extraída de la cabina, entre las filas 17 y 23 de los asientos de pasajeros.
El Boeing 747 estalló en pleno vuelo el pasado 17 de julio, poco después de haber despegado del aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy con destino a París, y se precipitó en aguas del Atlántico, frente a las costas de Long Island; sus 230 ocupantes murieron. Hasta ahora, las autoridades han mantenido tres hipótesis como origen de la catástrofe: falla mecánica, misil o bomba, pero al parecer la primera conjetura comienza ser excluida.
La cadena de televisión CNN informó también esta madrugada del hallazgo de rastros químicos de un artefacto explosivo en los restos del aparato. De acuerdo con el Times, que cita a funcionarios de alto rango en las investigaciones, cinco días después del estallido los investigadores encontraron indicios preliminares de resíduos del PETN en una piezas del ala derecha cercana al fuselaje, pero el descubrimiento no fue confirmado en posteriores pruebas de los laboratorios centrales del FBI.
A pesar de que el hallazgo de esta sustancia permitiría afirmar que el avión fue destruido por un aparato explosivo, las fuentes consultadas tanto por el periódico neoyorquino como por la televisora indicaron que la sustancia es corriente en muchos tipos de bombas y misiles tierra-aire, y que hasta ahora no se puede saber el tipo de artefacto que destruyó el aparato.
En todo caso, el Times apuntó que los investigadores aún no están en situación de declarar que la catástrofe fue resultado de un acto criminal, en tanto que no estén totalmente seguros de que la explosión fue causada por una bomba o un misil.
Casi cinco semanas después del desastre, los buzos han logrado recuperar casi 50 por ciento del Boeing 747, y los expertos aún esperan obtener más partes del avión que están en el lecho marino, a unos 10 minutos de vuelo del aeropuerto Kennedy. Están particularmente interesados en fragmentos de metal con rastros de lo que los especialistas llaman ``ondas de expansión'': el daño físico ocasionado por una explosión, y que sugiere el tipo de artefacto empleado.
Desde ayer jueves, expertos de la NASA en la explosión del Challenger trabajan en el examen de partes del depósito central de combustible que, aunque estaba casi vacío, se presume que fue el foco de la explosión. En todo caso, el estado de los asientos de pasajeros situados sobre ese depósito muestra que hubo una explosión, según el vicepresidente de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, Robert Francis, quien, sin embargo, se negó a conjeturar sobre el origen de la catástrofe. Hasta el momento han sido recuperadas 209 de las 230 víctimas, y Francis indicó que quizá las restantes estaban sentadas en las filas más afectadas por la explosión.