Somos hijos de los días. Según los mayas, hemos sido fundados por el tiempo, desde que el tiempo creó a los dioses que nos crearon. Todos somos tierra encantada y todos somos tiempo, y de tiempo en tiempo andamos. El tiempo reina, y se burla: se burla de los pasatiempos que quieren matarlo, de las cirugías que quieren borrarlo, de las píldoras que quieren callarlo, de las máquinas que quieren medirlo y de la gente que quiere ganarlo.
En las reuniones de San Andrés Larráinzar, los funcionarios del gobierno no han conseguido entender a los indígenas zapatistas.
--Ya déjense de fastidiar con esta cosa del tiempo --dijo uno de los funcionarios. Y señalándose la muñeca, y señalando las muñecas de los indios, sentenció:
--Nosotros usamos relojes japoneses, y ustedes también usan relojes japoneses. Para nosotros, son las nueve de la mañana. Para ustedes, también son las nueve de la mañana.
Los indios sonrieron, y callaron.