Ruy Pérez Tamayo
En la Universidad de Colima

Como parte del actual Programa de Animación Cultural, en el que El Colegio Nacional colabora con la Secretaría de Educación Pública, durante el mes de abril próximo pasado tuve la satisfacción de visitar durante tres días la Universidad de Colima y de dictar ahí una conferencia. Desde luego, esta no fue la primera ocasión en que mi esposa y yo disfrutamos de la espléndida hospitalidad de nuestros buenos amigos colimotes; de hecho, como ya he comentado en más de una ocasión en este espacio, hemos estado ahí muchas veces y pensamos seguir visitándolos con frecuencia, porque el calor de su clima no es nada comparado con la generosidad, la simpatía y el afecto con que nos reciben. Por eso es que cuando a principios de año recibí su última invitación (a través del Programa de Animación Cultural mencionado) la acepté encantado y fijé una fecha cercana. Nuestra visita fue todo lo que esperábamos y algo más, que deseo compartir con el amable lector. El primer día recibimos una invitación del Rector de la Universidad de Colima, el Lic. Fernando Moreno Peña, para asistir a la presentación de un libro de la conocida escritora colimota Elena Levy, en lo que pronto será la Pinacoteca de la Universidad. A la hora señalada mi esposa y yo llegamos a ese recinto, en compañia de nuestros buenos amigos Carlos y Mary Salazar, y Ramón y Cris Zedillo. Enclavada muy cerca del centro de la ciudad (pero todo en Colima está muy cerca) la Pinacoteca ostenta una entrada moderna y austera, una galería de acceso muy iluminada y con un magnífico cuadro de Coronel al fondo, y de pronto se transforma en un espacio mágico que nos coloca en Colima en el siglo XIX: corredores amplios con columnas y arcos que se abren a un patio central, árboles centenarios cuya sombra impide el crecimiento del césped en el resto del jardín, paredes planas cuyo único y mejor adorno es el color rojo-rosado-ladrillo (¿bugambilia) que ostenta con arrogancia nacionalista decimonónica, techos muy altos con gruesas vigas de madera, y detrás de las paredes las salas de exhibición ya casi terminadas. Converso un minuto con Gonzalo Villa Chávez, el Genio Restaurador del edificio y de las obras que pronto serán exhibidas, y me cautvan su informalidad y su espíritu de duendencillo inocente y culpable al mismo tiempo. Al día siguiente nos llevan al centro de la ciudad a ver el Museo Cultural (vecino a una gran librería que la Universidad de Colima y el Fondo Cultural (vecino a una gran librería que la Universidad de Colima y el Fondo de Cultura Económica están patrocinando, en cuyas vitrinas se exhiben, entre otros, los textos de Miguel León Portilla) y nos encontramos con una hermosa exposición de Toledo. Como este es uno de nuestros pintores favoritos mi esposa y yo nos quedamos toda la tarde viendo sus obras, fascinados con su fantasía y su colorido, hasta que muy cortésmente el guardia nos indicó que ya era hora de cerrar. Como nos quedamos picados, al día siguiente regresamos y le dimos otra vuelta completa. También visitamos la hacienda Nogueras, antigua propiedad del benemérito y adamirado artista colimote Rangel Hidalgo, Premio Colima de Artes 1995; la hacienda está ahora en posesión de la Universidad de Colima, que con buen gusto y respeto ha remozado la centenaria construcción y la está transformando en otro museo que albergará parte de la obra cedida generosamente para ello por Rangel Hidalgo. El sitio posee la belleza colonia que tanto amamos y entre los muebles hay varios diseñados por el propio Rangel Hidalgo, con sobria elegancia de formas y decorados originales y atractivos. Paseando por la ciudad vimos otro edificio en plena ampliación y remodelación, un foro más que la Universidad de Colima está rehabilitando como centro de actividades culturales para la población. La obra en favor de la difusión cultural que está realizando la Universidad de Colima no se limita a la ciudad capital de ese estado, sino que también se encuentra en desarrollo en otras entidades que por razones de tiempo no pudimos visitar. Pero con lo que vimos personalmente quedamos gratamente impresionados con la visión generosa de la Universidad de Colima sobre su función como promotora de la cultura en la sociedad, y con las obras que está realizando y en donde se llevarán a cabo las actividades pertinentes.