La Jornada 27 de agosto de 1996

INJUSTICIA Y ACOSO EN ZONAS INDIGENAS

Víctor Ruiz Arrazola, corresponsal /II, Región Triqui, Oax. Cinco de las mujeres triquis originarias de Unión de los Angeles y Yutazani, que fueron asaltadas y violadas la primera semana de agosto, tuvieron que vivir 13 días fuera de su comunidad en espera de que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) les creyera su dicho. La espera fue inútil.

Todo comenzó el miércoles 7 de agosto, como a las cuatro de la tarde, cuando unas 30 personas entre mujeres, niños y jóvenes procedentes de las rancherías de Unión de los Angeles y Yutazani, empezaron a llegar al paraje conocido como Punto Trino, donde se dividen los terrenos de Santa Cruz Tilapa, San Pedro Chayuco y Yutazani.

En ese sitio fueron sorprendidas por unos 20 hombres armados con rifles y escopetas, que llevaban el rostro pintado con carbón.

Las mujeres y menores de edad que iban a vender sus productos y a comprar víveres en la ciudad de Juxtlahuaca fueron llegando en pequeños grupos al Punto Trino, lo que facilitó a los armados, primero consumar el robo y después cometer las violaciones.

Diez días después de la agresión, cuatro de las mujeres violadas fueron entrevistadas por La Jornada en la comunidad de Guadalupe Tilapa, donde esperaban que personal de la PGJE se pusiera de acuerdo con los dirigentes de la Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort), sus representantes, para ir al Punto Trino a la reconstrucción de los hechos.

Con la traducción del priísta Miguel Ramírez Paz, presidente del concejo municipal de San Juan Copala e integrante de la Ubisort, las cinco mujeres agraviadas que aún no podían regresar a la comunidad de Unión de los Angeles, en espera de la reconstrucción de hechos, aseguraron que sus atacantes fueron hombres vinculados con el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT).

Ramírez Paz, al hablar en su calidad de presidente del concejo municipal de San Juan Copala, dijo que es costumbre en la región Triqui y en particular en Yutazani y en Unión de los Angeles, que las mujeres y niños salgan solos de la comunidad a vender sus productos y a comprar alimentos, ``porque si los hombres salen, sólo regresarán muertos''.

Divisiones por problemas familiares

Hace 50 años, Yutazani --sostuvo Ramírez Paz-- se dividió por problemas entre familias, por lo que a unos cinco kilómetros de distancia se fundó Unión de los Angeles.

Los años pasaron y al polarizarse los conflictos entre simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del MULT, ambas comunidades se volvieron a dividir y los seguidores de este último, al ser minoría, tuvieron que salir para refugiarse en Santa Cruz Tilapa, en El Rastrojo y en El Carrizal.

Las entrevistadas manifestaron estar seguras de haber reconocido a los hombres que las asaltaron y violaron en el monte; mencionaron nombres de personas originarias de Unión de los Angeles y de Yutazani y que ahora, dicen, viven en Santa Cruz Tilapa y son protegidos por el MULT.

El día 19 de agosto unos 30 agentes de la Policía Judicial del Estado (PJE), los agentes del Ministerio Público, Fermín Marroquín y Antonio Martínez Pérez, y el médico de la Procuraduría General de Justicia del estado, Humberto Pérez Cruz y las cinco agraviadas, caminaron hora y media de San Pedro Chayuco al Punto Trino, donde se intentó reconstruir los hechos. En el camino, las indígenas fueron objeto de comentarios y chistes soeces por parte de los uniformados.

En el Punto Trino, las mujeres atacadas sexualmente el pasado día 7 de agosto relataron lo sucedido a los representantes sociales, quienes tras breves preguntas y toma de fotografías dieron por terminada la diligencia.

En los alrededores se encontraron un zapato de mujer, una servilleta y un bulto con unos diez kilos de café, objetos que se integraron a la Averiguación Previa 36 (SJC) 96.

El agente del Ministerio Público --comisionado en San Juan Copala pero con oficinas en la ciudad de Juxtlahuaca-- Fermín Marroquín, al ser entrevistado en San Pedro Chayuco recordó que el día 7 de agosto efectuó un operativo en Yutazani para cumplir una encomienda del procurador general de Justicia del estado, Roberto Pedro Martínez Ortiz.

Nadie sabe nada

Un grupo de los agentes de la PJE que lo acompañaron, dijo, pasaron por el Punto Trino como a las 17 horas, y él y otros cuatro agentes cruzaron por el mismo sitio como a las 22 horas del mismo día, pero únicamente observaron unos animales de carga que se espantaron con la luz de las lámparas que portaban los miembros del segundo grupo de policías y corrieron.

``No vimos nada anormal, únicamente los animales que se asustaron, pero al grupo armado no lo vimos; a lo mejor ellos sí nos vieron pero nadie nos da razón de ellos'', dijo Marroquín.

A las autoridades de San Pedro Chayuco reunidas en su palacio municipal, se les preguntó sobre el ataque que sufrieron las mujeres de Yutazani y de Unión de los Angeles, y se concretaron a decir que no sabían nada, porque cuando ocurre algún hecho violento por esta zona luego se enteran, ``pero ese día las mujeres llegaron sin novedad y después se fueron a Juxtlahuaca, como acostumbran hacerlo todas las semanas''.

Rufino Merino Zaragoza, dirigente del MULT, al ser entrevistado por este diario en la comunidad de El Rastrojo sostuvo que la violación de las mujeres de la Ubisort ``fue tan sólo un invento de su asesor Raúl Marcial Pérez''




Francisco Barradas, Especial para La Jornada /II Poseído por los fantasmas de una embriaguez divina, El Chicón se ríe y compone un refrán relativo a la eventual presencia de guerrilla en el norte de Oaxaca: ``El mazateco prefiere comerse un honguito y ponerse a llorar, antes que tomar un arma y salir a matar''.

Cubre la calva con un sombrero, la otra mitad del rostro la oculta con su barba roja y sucia. Se presenta como guía de turistas. Lo de Chicón es mote autoimpuesto; en lengua mazateca, una de las acepciones de la palabra es ``hombre blanco'', aunque también se emplea para denominar a la deidad dueña de los montes, dueña del ``honguito''.

Burócrata por un tiempo, Chicón mudó de vida luego de experimentar con las setas alucinógenas que brotan en la sierra. Hace tres años decidió establecerse en definitiva en Huautla de Jiménez. Su dicurso es una serpentina de sucesos extraordinarios.

En apego a lo descrito por María Sabina, la mujer remolino, la más famosa sacerdotisa de los hongos, El Chicón cree haber visto la ``infita maquinaria'' del reloj que palpita; cree haber estado en el ``mundo donde todo ha sucedido y todo se sabe''. Repentinos espasmos le descomponen el rostro. Una borrachera larga y quizá la excesiva ingesta del vegetal que los aztecas llamaron ``la carne de Dios'', teonanácatl, lo traen esta vez fuera de órbita.

El de los hongos continúa siendo un comercio próspero en Huautla. Popularizados a nivel mundial a mediados de la época de los sesentas, su componente activo, la psilocibina, es capaz de abrir ventanas en el universo de la razón humana, disparando los cerebros como aerolitos. Por ello, deste tiempos inmemoriales, los hongos son utilizados en ceremonias curativas y de adivinación. Su uso fue hasta este siglo el secreto mejor guardado por los mazatecos.

En 1994, hubo reportes de actividad guerrillera en la zona. Se creyó que lo de Chiapas iba a extenderse.

Los meses siguientes, a la par que se insistió en la presencia de rebeldes en la sierra de Guerrero, se publicó que algo similar ocurría en territorio oaxaqueño, específicamente en la alta Mazateca, un nudo de montañas en la sierra Madre Oriental, que hoy está sirviendo de paso a decenas de indocumentados centroamericanos que buscan en Puebla o la ciudad de México, estaciones de tránsito hacia el ``gran sueño americano''.

A San Bartolomé Ayautla llegó el mes pasado el general Rubén Rivas Peña, comandante de la XXVIII Zona Militar, con sede en la capital de Oaxaca. Se bajó sin prisas del helicóptero y comenzó a preguntar directo sobre los guerrilleros. Había recibido noticias confusas acerca de la presencia de extranjeros en el municipio, ubicado a unos 60 kilómetros de distancia de Huautla, camino hacia el valle de Tuxtepec.

Presentes desde enero, los soldados incrementaron notablemente su número en la Mazateca a partir de julio. La aparición del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en el vado de Aguas Blancas, el 28 de junio, estrelló los nervios de los mandos castrenses. Helicópteros y aviones artillados comenzaron a sobrevolar a partir de entonces la sierra Mazateca.

Todavía hoy, si el ingreso se realiza por el valle de Tuxtepec, podrá verse un retén militar a las afueras de San Lucas Ojitlán. De allí hasta Huautla de Jiménez, ya no se ve más tropa. Salvo aquella que es transportada por carretera en camiones de redilas con capacidad para veinte elementos.

``Acá los cuernos de chivo son de chivo, nada más'', dice el párroco de la Iglesia católica de Huautla, Ignacio Garzón. Vivió 16 años en El Salvador. Fue perseguido e interrogado durante diez horas por el Ejército de aquel país, al suponerse que colaboraba con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Por esa experiencia, afirma sin concesiones que no hay guerrilla en la Mazateca. Interpreta la presencia militar como un mensaje del gobierno, un decir ``vean lo que somos capaces de hacer''.

A instancias de la Unión Campesina Democrática (UCD), que liderea el perredista Salomón Jara --aspirante a la dirigencia estatal de ese partido en Oaxaca-- decenas de mazatecos y mixtecos marcharon hacia la ciudad de México, para exigir la salida del Ejército de sus territorios. Regresaron a su tierra luego de negociar en Bucareli que en los próximos días habría pláticas directas con el gobernador Diódoro Carrasco.

``Los que se sienten atropellados por la presencia del Ejército es porque andan fuera de la ley'', dice Jerónimo Pérez Jiménez, delegado regional de la Confederación Campesina Independiente (CCI), afiliada al PRI. Concluye julio y está de paso por San Felipe Jalapa de Díaz. Sin que nadie pregunte, afirma: ``Es una vil mentira que los soldados presionen a los campesinos o los molesten''. Niega rotundamente la presencia de guerrilla en la zona, aunque no deja de mirar con ojos de recelo a las organizaciones campesinas que gobiernan este poblado, cuya mancha urbana crece al pie del Cerro Rabón.

``¿Sabe por qué se dice que hay guerrilla aquí?'', pregunta muy quedo Julián Gregorio Moreno, asistente jurídico del Frente Unificador Mazateco (FUM), una de las cinco agrupaciones que controlan el ayuntamiento de Jalapa de Díaz. ``Porque aquí gobierna la oposición'', responde igualmente en voz baja.

Su hermano Arnulfo, quien preside el FUM, también es abogado y esta vez intentará liberar a un compañero preso por causar disturbios. La cárcel es algo rutinario para estos políticos.

Con el torso desnudo, Julián Gregorio pregunta: ``¿Pero quién nos financiaría como guerrilla a nosotros, que somos tan pobres?''